domingo, mayo 29

Revolución legislativa

No es extraño oír a Rubalcaba que no se arrepiente de ninguna de sus actuaciones en el gobierno de Rodríguez Zapatero, pues ese gobierno no tenía el objetivo de fomentar el bienestar y salvaguardar la libertad de los españoles sin transformar nuestra sociedad a golpe de leyes produciendo una verdadera revolución legislativa que ha alterado profundamente la libertad y la apreciación de lo justo y natural en la vida y relaciones humanas.





Cuando el equipo de Rodríguez Zapatero, o quizá de Rubalcaba a la sombra o no tan a la sombra, dejen el poder, habrán sembrado una serie de leyes que más que regular la convivencia, pretenden una subversión de valores de grandísimo alcance y de consecuencias insospechadas, pues han removido las bases de la estructura social que ha servido a la humanidad desde su origen.






Hace tiempo que el socialismo comprobó que sus tesis son incapaces de generar un sistema que funcione: la miseria del socialismo real que ocultaron los intelectuales comprometidos al final ha mostrado su realidad más que evidente. Pero ellos no han renunciado al materialismo y al afán de transformar la sociedad en otra cosa distinta a la que siempre fue, y ahora miran con atención dos realidades: el dirigismo económico chino con un mínimo de libertad, en especial para los miembros del partido comunista, en materia económica; y la profunda alteración de la realidad que tiene la recién descubierta "ideología de género", que hasta ahora era marginal porque nadie pensaba que pudiese competir con la fortaleza del sistema social basado en la familia.






Hoy su pasión por el cambio, por el progreso a lo desconocido, ha ejercido su poder en la legislación y en la opinión pública haciendo triviales el aborto, el divorcio, la eutanasia, la ingeniería genética, pasando al gran asalto de la redefinición del individuo no tanto por lo que es según su naturaleza sino por su deseo sin límites naturales: el roll es más importante que el ser; el deseo que la capacidad real; y el gran enemigo de ese movimiento es el inmovilismo de la propia naturaleza humana.






Benedicto XVI decía que con la "ideología de género" se ha dado un paso más en la rebelión del hombre con Dios: de la voluntad soberana a la rebelión contra el propio ser corporal, de no aceptar leyes a no aceptar su propio cuerpo. Es un "no me quiero como Tú me has hecho"






La legislación socialista ha sido una contínua batalla prometea contra la familia, la vida humana y la propia corporeidad y ha sembrado tremendas disfunciones en el sistema jurídico e indefensiones a lo que, hasta llegar ellos, era visto como natural, ¡porque era lo natural y deseable!






Sus principios legislativos no han sido para el gobierno de todos los españoles, sino para transformarlos. Para ellos:



La familia estable no se protege, no es un bien.


La vida humana es relativa, y no se protege en el seno de la madre o si nace con discapacidades, o la enfermedad la convierte en una carga familiar o social


La salud es un valor absoluto, cuando falta no hay calidad de vida y se justifica el dejar de vivir.


La corporeidad está subordinada al deseo, la realidad está redefinida con la imaginación y la voluntad es absoluta, aunque no para decidir en contra de lo que definen como progresista


La libertad de elección de modelo educativo es eliminada


La enseñanza obligatoria incluye enseñanza de su ideología


Las actitudes contra-natura son más loables que las naturales en materia sexual


El ateísmo es más loable que la creencia en Dios
Los creyentes son intolerantes




Esas premisas son la clave de su cambio legal, lo que implica que si la sociedad recuperase unos gobernantes con una cabeza normal, no necesariamente muy inteligentes, deberían por vía de urgencia, eliminar esas leyes o trasnformarlas para volver a cimentar la sociedad en la persona, en la familia, en los derechos basados en la dignidad del ser humano, y en una correcta interpretación de los derechos constitucionales, no de la retorcida, falsa y engañosa manera de cargarse la libertad constitucional con sus demagógicas banderas.




Y espero que, como la sociedad parece volver a centrarse, los socialistas se quiten de la chepa a esa panda de locos que se llaman progresistas y viren a una posición centrada en que la sociedad la constituyen hombres y mujeres, no marcianos. Y el ser humano, todo ser humano, debe ser protegido, su vínculo natural es el familiar, su realizarse natural es asociativo y su felicidad relativa en esta tierra pasa por tener un espacio de libertad refugio de su necesaria autonomía.





frid




sábado, mayo 28

Mis pactos deseados


España ha mostrado que sabe lo que quiere en las votaciones del 22-M: unos nuevos actores en la política nacional, un relevo de si´glas y que sea el Partido Popular el que lidere el camino para sacarnos de la crisis. Hay un fuerte motivo económico legítimo: queremos salir del agujero en el que nos metió Rodríguez Zapatero. Mariano Rajoy tiene una gran responsabilidad pues todavía no se ha dado la segunda respuesta: la de las elecciones nacionales.


España no está en tiempos de experimentos sociales, única política clara de Rodríguez Zapatero, ni mucho menos está en tiempos para dar alas a la inseguridad derivada del movimiento asambleario del 15-M.


No estamos en tiempos de espera, aunque las elecciones nacionales estén a la vuelta de la esquina. Las autonomías y los municipios son parte de la estructura de gobierno y parte importante para sacar nuestra nación adelante. Luisa Fernanda Rudi dijo "me dejaré la piel en el intento", los españoles sabemos que llega el momento de arrimar el hombro: trabajo, esfuerzo, generosidad, austeridad, ilusión, iniciativa, en definitiva: un gobierno que gobierne, no que corrompa el sistema social con leyes ideológicas; un gobierno al que le interese la persona concreta y no que se dedique a planificar una nueva humanidad progresista destruyendo el tejido social familiar.

En gran parte de las autonomías el Partido Popular ha alcanzado mayorías absolutas, han recuperado Cantabria después del experimento del personalismo de Revilla, han alcanzado Castilla-La Mancha y todas las mayorías menos en Asturias donde otro personalismo, esta vez ganador, ha dado a Rajoy una lección de poder local a tener en cuenta. Se puede decir que en todas partes las mayorías se han centrado, incluso en el País Vasco, si bien la serpiente sembrada por Rodríguez Zapatero ha pasado a ser la segunda fuerza política y ha creado la incógnita de la posible convivencia pacífica en las provincias vascongadas.


En Aragón los electores han dado una victoria histórica al PP, un PP que ha pagado la penitencia de un desentendimiento con el PAR en tiempos del anterior presidente popular y que no debe cometer los mismos errores del pasado. La voluntad popular le ha legitimado para formar mayorías de gobierno y se muestra contra natura un posible "cuatri-partido" para gobernar en contra del PP.


Pero esos "en contra del PP" muestran claramente que Rodríguez Zapatero ha virado a una izquierda extrema, y ha abandonado el centro. En puridad, la ciudadanía ha elegido a Eloy Suárez para regir la ciudad de Zaragoza, pero las matemáticas no le dan los números y la izquierda extrema ya ha avisado que con el PP ni agua, que sigue vigente el pacto de Tinell a la aragonesa y han mostrado su carácter visceral, radical y de poca madurez democrática. Algo parecido ocurre en Extremadura y en otros lugares. El PSOE todavía tiene que virar y centrarse y, probablemente, renunciar a la ingeniería social de sus inicuas leyes, la última contra la libertad de modelo educativo.


España no alcanzará la madurez democrática con un PSOE liderado por un nostálgico de los tiempos de la Segunda República y de la revolución de Asturias; España sólo tendrá pactos de estado y mayorías de interés general cuando el centro sea el árbitro de las elecciones, España necesita alguien que devuelva la libertad que el PSOE ha ido limitando en su incontinencia legislativa.




Con una vuelta al centro, a una social democracia, los pactos de Estado como los hubo en Alemania serían posibles, y los nacionalismos verían limitada su capacidad de coacción a todos los españoles, las autonomías se gobernarían en cooperación entre ellas y con el conjunto del Estado. El PP no necesita ese viraje pues la "derecha extrema" sólo existe en la lengua viperina de la propaganda de estos socialistas.


El 11 de junio y el 22 nos mostrarán un panorama distinto, pero no será debido a un centrarse de los socialistas sino a una llamada de atención del electorado, harto de un Rodríguez Zapatero que se ha olvidado de la "España real" y ha gobernado hacia la "España ideológica". Sólo pactos de UPN, CiU, PNV, CC aunque sean a nivel municipal con el Partido Popular mostrarán el inicio de algo necesario para la democracia: "la obsolencia del pacto de Tinell o del todos contra el PP", que ha sido la clave de la política nacional en los años de la debacle económica.


frid


miércoles, mayo 25

Heterodoxia

Yo no quiero que todos sean liberales, sino que todos respeten la libertad, si bien cuanto más libertad podamos ejercer más acorde será el binomio: libertad y responsabilidad, un binomio connatural al hombre.



Tampoco quiero que todos sean del Partido Popular, pero sí quiero que se respete su existencia y no se trame su eliminación de la vida pública, ni que se nos califique de "derecha extrema" porque defendemos valores, y tenemos criterios.


No quiero un gobierno sectario, pero sí un gobierno del partido mayoritariamente votado, que tenga en cuenta a todos los demás. Esperanza Aguirre dijo que iba a gobernar pensando en especial en los que lo están pasando mal en estos tiempos de crisis, le hayan votado o no.


No quiero que se desarrolle el cien por cien del programa del vencedor en las urnas, sino que incluya los matices de los pactos, de la flexibilidad para aceptar mejoras propuestas por la ciudadanía o por los partidos de la oposición, si bien hay principios irrenunciables como la libertad, la eficacia y eficiencia en la gestión, la honradez, el respeto a las personas y otros aspectos referentes a las claves del programa del vencedor.


No me gusta un gobierno de los míos para los míos, sino un gobierno "de los míos, contando con los otros, y para todos".


Asumo que la crisis ha hecho que parte del voto popular más que por el ideario popular es por la necesidad de sacar a los españoles de la crisis, lo que será una tarea difícil y ardua que requerirá sacrificio y colaboración también de las otras fuerzas políticas. Asumo que el voto es un rechazo a la política de Rodríguez Zapatero, y por eso, creo que los ciudadanos piden a los nuevos gobiernos:


1.- Trabajo serio para salir de la crisis económica.


2.- Gobiernos no sectarios y capaces de pactos y de formar mayorías que suman, no "contra" nadie.


3.- Gobiernos que den confianza a los ciudadanos, que fomenten la paz y la convivencia, que colaboren entre Comunidades, Ayuntamientos y con el resto del estado español, si bien para eso último lo mejor sería adelantar elecciones y tener ahí otro interlocutor menos rechazado.


4.- Gobiernos respetuosos con la realidad cultural española que, en su mayoría es católica, y que en casi su totalidad valora sobremanera la familia como institución clave para la sociedad.


5.- Honradez, corrupción "cero" y transparencia.


6.- Gobiernos que garanticen el cumplimiento de la ley y que fomenten la independencia de la justicia. Y, por supuesto, jueces que apliquen la ley, no su "ideología".




7.- Humildad, escuchar a los ciudadanos, no endiosamientos que le alejen del pueblo y se conviertan en "ilustrados" o "iluminados" o "progresistas" que traten a la ciudadanía como menores de edad: ni programas de EpC para la "secta", ni "guerras" mal explicadas.




Hoy España ha recordado a Rodríguez Zapatero que no queremos volver a odios y rencores, que el político no es un "fraile predicador del laicismo o de lo que sea", que es un gestor del bien común, del interés general y de las condiciones de vida de TODOS los españoles.




Confío que España se haya despertado más sana después del 22-M


frid

martes, mayo 24

15-M versus 22-M






No tendría nada contra los que piden "democracia real ya" si lo pidiesen en un régimen político como el de Cuba, pero sí cuando la demandan en un estado democrático.


No tendría nada contra los que reclaman democracia real ya se manifestasen contra la corrupción de algunos políticos, si demandasen listas abiertas, si apoyasen a los millones de españoles que deciden su futuro en las urnas, si reclamasen claridad en las cuentas públicas, en la política de subvenciones, en el saneamiento del mercado, en la paz social necesaria para el ejercicio de la libertad.





Pero realmente la corrupción no es su preocupación, si bien está en sus letreros, pues no se han manifestado ante la Junta de Andalucía o ante el Congreso presidido por Bono. Tampoco es su preocupación sanear las elecciones democráticas porque les da igual que salga el Pp, no creo que les hubiese dado igual el PSOE y disimulan malamente su alegría por la "resurrección" de IU y callan ante la presencia de Bildu en los parlamentos.


Los gritos contra la banca y pidiendo su nacionalización tienen el sabor rancio del totalitarismo, su actitud asamblearia al tiempo que sus portavoces reciben consignas y su ocupación contra la ley democrática de los espacios públicos y del tiempo de reflexión muestran que sus miles de personas desprecian el sentir de millones de españoles que se comportan cívicamente ante la ley.


Su "les da igual" lo que millones decidan muestra que la libertad de millones es puesta al mismo nivel que libertad de grupitos.


No tendría nada en contra de los ocupas del 15-M si reclamasen contra la crisis ante el responsable de taparse los ojos ante esa realidad y guiarnos hacia el fiasco económico.


Y si piden libertad, que la ejerzan creando un partido político para jugar al juego democrático; si piden empleo que creen empresas, que se arriesgen en el juego de la libertad, que tengan iniciativas, que paguen impuestos, que limpien las aceras, que respenten las iniciativas sociales de entidades como la Iglesia, que no recreen la inseguridad libertaria.


Si no hay respeto a la ley no hay seguridad jurídica ni verdadera paz; si son insumisos ante la democracia será porque su democracia real ya es equivalente al socialismo real soviético: un paso hacia la tiranía desde el desprecio al Estado de derecho.


frid

jueves, mayo 19

Jornada de reflexión


 
A partir del sábado los partidos políticos pasan de pedir el voto a pedir que se vote, pensando que ese acto es un acto de responsabilidad cívica, y no les falta razón, si bien cualquier decisión consciente incluso el voto nulo lo sería.
 
La realidad es que hay valores que hay que defender y modelos sociales que elegir, y nos jugamos siempre mucho pues decidimos a quienes ponemos en la cúspide de una nación para regir sus destinos durante cuatro años. Ahora lo jugamos también porque el Estado de las Autonomías, de hecho, es una estructura nacional y su gobierno influye en el conjunto.
 
Hasta ahora la queja ciudadana es fuerte ante lo que es "descomposición" nacional, derivada del gobierno autonómico contra el Estado o del interés egoísta de algunos políticos que gobiernan ciertos territorios autonómicos.
 
Por otra parte, la espiral de la violencia se siembra cuando se fomenta la discordia entre españoles, la paz es prioritaria, el espíritu de concordia que primaba en la primera época democrática, el "espíritu de la transición" es fundamental. Los sembradores de odio deben de ser castigados porque de la división no pueden venir mas que males.
 
Desde mi posición la vida, la familia, la educación son prioritarios; pero también lo es el espíritu de cambio. El arte de lo posible llevará a votar aquello que facilite otro modo de gobernar.
 
Y, desde la posición liberal, desearía que los políticos cambiasen su discurso para dar "músculo" a la sociedad civil, para que la enseñanza, la sanidad, los servicios sociales se puedan gestionar desde la eficacia, la rentabilidad y la libertad de iniciativa... lo que relegaría al Estado a la labor de árbitro y de subsidiario donde los ciudadanos no llegamos. España atendería mejor a sus ciudadanos y nos saldría a todos más barato.
 
Hay mucho en juego y, como también las opciones son variadas, lo único que pido es responsabilidad ante esta cita con las urnas.
 
frid