domingo, septiembre 27

El lunes de las píldoras grises

28.9.2009.

 


Por: Federico Rodríguez de Rivera, para Aragón Liberal

Un lunes para recordar y para iniciar un proceso de cambio en defensa de la vida sabiendo que la "cultura de la muerte" no va a dialogar porque ya nos ha catalogado a los seres humanos como "la peor plaga de la tierra", mientras no sean ellos

Hoy, lunes, el progresista gobierno de Rodríguez Zapatero, con un total desprecio de la vida del no nacido, abre la puerta a la dispensación obligatoria de la "píldora del día después". No importa que los padres clamen diciendo que los menores de edad no pueden tomar esa decisión tan grave a sus espaldas.
 
El Gobierno sabe, es consciente de lo que se está acordando y en ese sentido, serán responsables, como unos nuevos Herodes, de la muerte de millones de inocentes que no se contabilizarán en ninguna de las estadísticas del aborto: más de 110.000 al año en España.
 
Ellos saben que la tal píldora es abortiva: mata, y mata a un ser humano por muy pequeño que sea. Y mata a un ser humano tan inocente que su único delito es el de sus padres que lo han concebido "por accidente".
 
Ellos saben que esa píldora daña la salud de la mujer y es un hecho científicamente probado.
 
Ellos saben que no es una medicina: no cura ninguna enfermedad, salvo que sea enferma toda embarazada.
 
Ellos saben que algunos harán un gran negocio dentro de la cultura de la muerte, que los laboratorios que la fabrican no son "benefactores de la humanidad" y que suministran un "producto infanticida"
 
Y yo sé que no soy un exagerado ni un radical, sino un ser humano que sabe que cuando una vida humana se desprecia, se desprecian TODAS las vidas humanas.
 
No es un día feliz, pero cambiaremos las cosas, volveremos a la cultura de la vida: espero que el 17-O sea un clamor popular.

Y también espero que el fin de semana del 6 al 8 de noviembre en el que tendrá lugar el Congreso Internacional pro Vida deberemos pensar una estrategia para que las cosas cambien.
 
Y yo sé que con Rodríguez Zapatero no vale el diálogo: no lo practica. Sólo cabe ejercer el derecho democrático y votar y presentar candidatos que respeten la vida humana y la protejan.
 
Espero que algún día, no muy tarde, seamos mayoría. Pues en caso contrario ¿quién y cómo respetará nuestra vida?
 
frid

jueves, septiembre 24

El control es inmoral

 
 
 
El otro día estaba comentando con un amigo la "manía" de control que tenemos en los Organismos Públicos, ahora con eso de querer colocar un medidor de caudal en todos los aprovechamientos de aguas. La gran mayoría de ellos son pequeños huertos familiares y es casi imposible instalar ahí un sistema de medición. Pero ¿es necesario hacerlo?
 
La mentalidad estatalista tiene a su servicio hoy en día un sistema informático que hace posible, casi de modo inmediato, con conexión con el usuario y a tiempo real, conocer multitud de aspectos de la vida de un ciudadano. No me extrañaría que, incluso, detectasen ¡¡¡cuando enciendo una bombilla en mi dormitorio!!! Sí, el poder de la técnica al servicio del Poder puede ser agobiante, y hay muchos subterfugios para saltarse la "ley de control de datos" e incluso para justificar el "control selectivo de datos", como algunos del PP avisan sobre la Fiscalía general del Estado.
 
El control "por el control" es la tentación socializante que impera en este mundo "progresista", que al tiempo da barra libre de "ombligo para abajo".
 
Mi personalidad es pacífica, y entiendo que hay controles y "controles", que deben ser fruto de una necesidad del bien común y que debe ser sostenible su realización.
 
Los Ayuntamientos, que ofrecen un servicio de aguas a los vecinos de una localidad, tienen el razonable deber de poner un contador en las viviendas y cobrar el agua de acuerdo con la demanda. Hay unos gastos que la comunidad debe asumir. Pero, incluso, ese control debe hacerse con racionalidad y proporcionalidad sabiendo que hay un límite a la rentabilidad de esas medidas.
 
La mentalidad socializante tiende a considerarnos números de una suma, de una suma que tienen que hacer. Y si definen lo que son los hábitos saludables de consumo o de vida, comienzan con estadísticas y acaban con leyes obligatorias y controles exhaustivos. Y ahí es donde se puede afirmar "el control es inmoral", es una invasión de la intimidad, pero también de la esfera de competencia propia.
 
Esa mentalidad no es "progesista" porque entronca con la del "príncipe absoluto" que busca recurso económico controlando el diezmo de los productos de la tierra y la obediencia y veneración absoluta. En ambos casos lo que no se controla es sólo porque "no se llega a ello" o "no se saca ningún provecho directo".
 
Como ahora se llega a más la sombra del control es amenazante; más aún cuando el Estado se ha propuesto la maquiavélica meta de modelar nuestro pensamiento a través de la Educación para la Ciudadanía; cuando se ha propuesto determinar sobre nuestra salud y los hábitos sostenibles de consumo; cuando se ha propuesto salvar el planeta de la plaga de seres humanos; cuando ha decidido sustituir "nuestra inmadurez congénita" y nuestros viejos métodos de formación en el núcleo familiar con la "madurez impuesta" de la tutela de papá Estado.
 
Y detrás del rostro sin alma del Estado están las personas "socializantes" llenas de buenos sentimientos por la Humanidad y dispuestos a hacer, por ella, todos los sacrificios que precisen de "nuestra libertad", en definitiva... avanzan sobre un sistema de control inmoral que es preciso frenar.
 
Hoy en día las leyes nuevas deberían ser escritas con goma de borrar
 
 
 
frid

martes, septiembre 15

Economía y ley natural


 
 
Leyendo a Alexis de Tocqueville en "La Democracia en América", me llamó la atención que achacase los males derivados de la esclavitud a la violación de la  ley natural.
 
Pero después, reflexionando, he llegado a la conclusión que cualquier violación de la ley natural tiene consecuencias nefastas en la economía.
 
Tocqueville comenta que la esclavitud es un sistema antieconómico porque los esclavos no están motivados para el trabajo mas que por el miedo; por eso su trabajo siempre será el del nivel de subsistencia. El esclavo trabaje o no trabaje, debe ser alimentado. Esa mano de obra hace vago al propietario de los esclavos y, además, le ata a la tierra y le hace sedentario, reduciendo su capacidad de iniciativa.
 
Cuando habla (año 1831) de los Estados del Norte americano, comprueba que son siempre más prósperos que los del sur, y da una causa: "la  prohibición de la esclavitud". Ahí el trabajador está motivado, el trabajo dignificado, y el empresario contrata la mano de obra necesaria y sólo cuando es necesaria. El hombre es más libre para moverse, colonizar otros territorios, cambiar de actividad y tiene más iniciativa.
 
En nuestro siglo: la violación de la ley natural con el aborto envejece la población, hace peligrar el relevo generacional, mata la capacidad de iniciativa, degenera las costumbres hacia un hedonismo que impide reaccionar con energía ante los problemas y las oportunidades.
 
En nuestro tiempo: la sociedad del despilfarro agota innecesariamente los bienes naturales escasos hipotecando el futuro de sus descendientes; ha manipulado la tierra produciendo grandes contaminaciones del suelo, del agua y del aire. En ese sentido la conciencia "ecologista" es una reacción de la naturaleza humana para recuperar la función de administrador de los bienes de la tierra, de "relativizar" la propiedad y orientarla al bien de la sociedad presente y futura.
 
Pero es más fuerte la conciencia hedonista que la responsabilidad social y el resultado en Occidente es "decadencia y envejecimiento cultural".
 
La solución: volver a vivir los preceptos de la ley natural. Sólo siendo íntegramente humanos saldremos adelante incluso con una economía próspera.
 
frid
 

viernes, septiembre 11

La defensa de la vida en los medios de comunicación

La defensa de la vida en los medios


Congreso de jóvenes pro vida de Hazte Oir




1.- Los modelos literarios:

Con esta exposición pretendo mostrar lo que, en mi opinión, es una necesidad vital: "vender bien el mensaje pro vida en los medios de comunicación", y para ello quisiera entrar en los modelos literarios.



El otro día leí contra mi costumbre, un libro de Kem Follett "En el blanco", es una novela de intriga en la que los protagonistas tienen que hacer frente a una banda peligrosa que roba un virus mortal. Una de las heroínas es Miranda, hija del empresario y científico objeto del robo. Después de mostrarla de modo atractivo en la novela, termina entregando una caja de preservativos a una adolescente que es hija de su "nuevo marido" y que se ha montado un plan con su sobrino adolescente. La protagonista le comenta: "a mí no me gusta lo que hacéis", pero mientras estés en mi casa no quiero que te quedes embarazada, así que toma ésto y "póntelo y pónselo". Acaba la novela comentando esta adolescente a su amigo: "¿no es estupenda tu tía?"




Es claro que quien lea a Kem Follett sin criterios morales absorverá como por ósmosis la trivialización del sexo, la imposibilidad de argumentar en favor de la continencia, la existencia de un único horizonte de diversión entre adolescentes y la única preocupación de sus mayores: "que no te quedes embarazada".



Otro ejemplo literario, el de Amélie Nothomb, magnífica novelista en "Ácido sulfúrico" en donde defiende la libertad y muestra los efectos nefastos de los reality show televisivos llevando a la aberración de la recreación de un "campo de concentración nazi en pleno París. Pues en una novela muy reciente "Ni de Eva, ni de Adán" narra una sencilla historia de dos jóvenes se conocen: un japonés y una profesora de francés belga que es la misma Amélie. Su relación acaba siendo una relación de "amor", entendiendo por amor el "juego sexual" sin consecuencias, que se rompe y quedan tan amigos. ¿Es eso verdadero? El presentar como tan natural como el comer esas relaciones entre jóvenes está en la raíz del aborto. Un hecho sin compromiso crea un "ser vivo que compromete".



En política ese argumento simplista está detrás de la campaña de "póntelo y pónselo", una campaña que se presenta como profiláctica y que, en realidad, ha fomentado la promiscuidad, los embarazos indeseados y los abortos provocados.



2.-Los intereses políticos



Hablando con votantes socialistas, que no están de acuerdo con esos métodos, nos encontramos que "aquí" reclaman la libertad de los demás y la imposibilidad de obligarles a cambiar de conducta. Curiosamente esos mismos "liberales" nos obligan, por nuestra salud a no fumar en lugares públicos y privados. La campaña anti-tabaco frente la campaña "sexo libre".



Pero no podemos excluir a votantes del partido popular de esta cultura contradictoria: "estoy en contra del aborto, pero los preservativos y la píldora son la puerta para solucionar mi problema cuando es MI HIJA la que se queda embarazada". Por eso, porque todos han aceptado la trivialización del sexo, no habrá mayorías que restrinjan o reduzcan los "logros progresistas" en la política abortista.



3.- Los modelos en el cine:





En el lado contrario están películas como "Jano" o "Bella", esta última ha salvado ya vidas humanas. En ellas se pivota no sobre las causas, sino sobre el efecto, sobre la potencial víctima. Las relaciones ciertamente han creado un problema, pero ese problema tiene corazón y late. Ahí está la fuerza de uno de los argumentos pro vida: mostrar de igual a igual a madre e hijo y ofrecer una alternativa que, en ambos casos es la adopción.



Es especialmente "bella" la imagen final de Bella en la que el protagonista juega con una niña preciosa y llega a hacer una visita la madre de la criatura ya crecida. Esa vida ¿quién es el que decreta que muera una vez vista?



Y ahí está parte del éxito de la cultura de muerte: el niño no se ve, no se oye, no tiene voz... o sólo lo oye su madre. Toda la sociedad se presenta sonriente diciéndole que "por su bien" y "para evitarle problemas" le ofrece la alternativa del aborto.



4.- Las campañas maniqueas:



En este punto quiero retomar la campaña anti-tabaco. ¿Por qué es tiene distintos efectos que la campaña pro vida?



En el caso del tabaco, la campaña es oficial, gubernamental y tiene el peso de la autoridad. Además el éxito de la campaña no es tanto porque pone al fumador ante la conciencia de cuidar su salud, sino que le enfrenta al no fumador, al fumador pasivo como un enemigo e insolidario.

Hay una víctima real (como el niño no nacido) pero que tiene voz, tiene voto y le dejan hacerse oír.



Todas las campañas de cuño socialista tienen "una víctima", un "sentimiento de culpa" y "un culpable" que es el propio ciudadano. Y se "santifica" cívicamente cumpliendo los mandamientos "ecológicos"



¿No es el más puro ecologismo dejar que la naturaleza siga su curso y el hijo nazca?



5.- Intentos de difusión de la cultura pro vida:





Decís en Hazte Oir "no existe derecho a matar, sólo existe derecho a la vida". Nadie en su sano juicio negará que el aborto es un trauma. Luego, si hay tanto interés en promocionarlo desde los gobiernos e instituciones internacionales, es por algo más serio que una real preocupación por la madre, por la ex-madre, por la mujer, que es la que sufre violencia y coacción para obrar contra natura.



David del Fresno habla del "negocio del aborto": pseudo-clínicas (abortorios), pseudo-medicamentos, mueven muchísimo dinero. Antes se hablaba de "colonialismo americano": se ligaba la ayuda internacional a la aplicación de políticas anti-natalistas; ahora se debería hablar de lo que Juan Pablo II llamaba "cultura de la muerte" que está tan ligada al progresismo como nueva ideología mundial que "crea nuevos derechos"



Juan Manuel de Prada habla en su libro "la nueva tiranía" de una política progresista que se definiría: "liberalismo sexual y evitar efectos secundarios, exaltando la salud y el cuerpo: máximo placer; y al mismo tiempo, cuando falla la salud: eutanasia y evitar causar problemas a los vivos".



Otro contraste: las manifestaciones pro vida, por libertad de enseñanza y pro familia organizadas en Madrid: la fuerza del ejemplo; miles, millones de personas que tienen un ideal de familia que atrae por sí sólo. Basta "ver para creer". La atracción se ejerce con naturalidad y sin palabras. Esas reuniones muestran un "ideal" por el que vale la pena el sacrificio de lo inmediato, el esfuerzo y la organización de la vida conforme a ese ideal.



Quizá haya que pensar en los primeros cristianos: "un ejemplo de bondad y de fortaleza ética y moral, de fraternidad y de celo apostólico" ante un mundo corrupto y corruptor. Y eso que la "propaganda oficial" los proponía como modelo de "ateos", y les achacaba los peores crímenes y traiciones contra el Imperio. Pero la "vida" pudo más que la "propaganda" y se impuso un modelo de conducta que suponía ejercicio de virtudes y esfuerzo, frente al hedonismo y el carpe die de la cultura oficial del Imperio Romano.



6.- La fuerza de la costumbre:



Los cambios a favor de la vida no van a ser fáciles, pues implican mucho más que escritos en la web y convencer al ya convencido: es una cuestión de ósmosis.





Magnífico ejemplo de cómo introducir cambios que matan es el de la rana y el caldero. A fuego lento la rana asimila los cambios de temperatura y muere cocida; si se le hubiese arrojado a un caldero hirviendo habría saltado para salvar su vida. La presión poco a poco aumentada ha hecho que la sociedad sea insensible a ella: divorcio, preservativos, píldora, aborto, indiferencia ante la homosexualidad, eutanasia, ideología de género van encaminados a "ver como normal" lo que en el mejor de los casos es un hecho penoso. Y eso sí, las consecuencias, que son entre otras la violencia doméstica, la droga, la violencia juvenil, son achacadas a los retrógrados que no aceptan esa ideología.



Qué pasa con la ósmosis: Pues que se produce una diferencia de presión entre los dos lados de la membrana. La presión de la cultura de la muerte es fortísima y de efectos inmediatos: "soluciona el problema del que es más fuerte hoy y ahora". La cultura de la vida implica reflexión: pensar en DOS, no en uno, y programar el "largo plazo", el otro es un nuevo inquilino del planeta que lo necesita todo durante muchos años.



Cuando se publicó el libro de Dam Brown sobre el "Código da Vinci" se pretendió desprestigiar a la única institución que hoy en día está siempre al lado de la vida: la Iglesia. Se utilizaron textos de evangelios apócrifos, de grupos gnósticos, en concreto de grupos "cainitas", y se acusó a la Iglesia de oscurantista y de cometer crímenes para evitar que saliesen esos textos a la luz. Un libro que es "una mala novela", una película que "es una mala película" pero que unos leyeron "porque les interesaba lo que ahí se decía, fuese o no verdad", y otros para ver "qué tonterías decían". Muchos de los segundos recibieron el germen de la duda como fruto.



¿Algo sin rigor puede asimilarse de ese modo?



Otro contraejemplo: las series televisivas y sus "estupendos y atrayentes personajes" que son o maricones, o se lían porque "sienten amor" unos por otros, frente al "cura" de mal genio o los progenitores carcas que no entienden, que no ofrecen en bandeja el preservativo. Ese mundo no es real, y puede durar un telediario. Las acciones humanas tienen consecuencias para bien o para mal. El primer paso excita la pasión, adultera el amor y lleva a incapacitar para la entrega que logre un matrimonio y una vida afectiva estable.




Zapatero dice "la libertad os hace verdaderos", clave del relativismo ético y ruptura inevitable el orden racional. Si creo que las cosas fueron así, aunque me cargue el rigor histórico, ¿no es mi opinión tan legítima como su contraria?



Hay todo un grupo mediático al servicio de ese modo de pensar, que ¿no es acaso un grupo al servicio de la mentira? Dirán que trasladan "opiniones" legítimas, pero no se molestarán en analizar las fuentes, ni la autoridad del testigo. Un "intelectual" es equiparado a un artista.

Ante eso: ¿caeremos en la demagogia o aprenderemos el noble arte de la dialéctica?



7.- A modo de conclusiones:



Habrá que plantar batalla en todos los campos:





El ejemplo de la familia; concentraciones, expectáculos divertidos, que vean que nos lo pasamos bien, que somos felices. La ósmosis del buen ejemplo.



La literatura de calidad, con tramas creíbles, desenmascarado los idílicos personajes inmorales. Shakespeare era un genio y sus personajes eran, muchos, un modelo de maldad, pero con la sombra del vicio exaltó el valor de la virtud.



El juego de las imágenes y de los guiones atrayentes en el cine: buen cine al servicio del bien.

La genialidad de "internet": con pocos medios, gente con ideas sanas tienen acceso a lo que nunca pensaban. Con pocos recursos nunca se pudo hacer tanto.



La formación de los escolares. Los niños son muy sensibles a la vida. Les causa repulsa y no entienden que se mate a un ser humano. Cuando la mamá se queda embarazada saben que ahí hay "alguien", que esperan un hermanito. Los Colegios, las organizaciones religiosas, las asociaciones cívicas deben hablar pronto y claro.



Y, no lo obviemos, "es importantísimo que gente buena, con recursos económicos, se unan, para sacar medios de calidad, atrayentes y de éxito. Y que apoyen también a esas otras iniciativas sin miedos y sin vergüenzas.



Pero ¿en España, los empresarios, no dependen demasiado de la subvención, de las ayudas oficiales, de la benevolencia de la Administración Pública, como para poder aplicar sus recursos en el fomento de iniciativas que hagan más sano el tejido social?



No olvidemos que las personas a las que nos dirigimos, los que protegen la vida, suelen ser los mejores ciudadanos.



Zaragoza 7/09/2009

Federico Rodríguez de Rivera

Director del digital http://www.aragonliberal.es/