martes, agosto 29

Es criterio de experto, por favor hacedle caso.

No es ciencia el empeño en manipular la vida humana.


El doctor Josep Maria Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de las Asociaciones de los Médicos Católicos (FIAMC, que agrupa en su seno unas 40.000 entidades de todo el mundo, habla del Congreso que, conjuntamente con la Academia Pontificia para la vida organizan en Roma los días 14 al 16 de septiembre.

En sus declaraciones a la revista digital Zenit, además de exponer que en el debate de las células madre embrionarias, más que la eficacia médica de su aplicación, está la soberbia humana que pretende remedar a Dios en su papel de creador de vida, deja bien claro que las células madre embrionarias están para generar un hombre de la especie humana y no para otra cosa. Sin embargo las células madre no embrionarias están teniendo importantes aplicaciones médicas. También manifiesta que no hay duda alguna que “la obtención de células madre embrionarias requiere la destrucción del embrión y por ello no podemos aceptar su uso ni su investigación. Además, estas células se coordinan por un mecanismo muy complejo que, si no se controla bien, da lugar a crecimientos aberrantes, tumores, etc. Esta es la realidad”.

Con esa realidad tan evidente ¿qué estamos discutiendo? No tiene sentido siquiera pensar que estamos utilizando una medicina para sanar a los humanos. Es todo mucho más sencillo: no se están curando hombres y sí se los están cargando. ¿Se pueden decir las cosas con más claridad?

A mí me parece que quien sigue esa línea de investigación, si es científico, no manifiesta respeto a la vida humana, es un peligroso asesino que anda suelto, y –lo más grave- que, en algunos casos, es un peligroso asesino al sueldo del gobierno.

Frid

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