viernes, agosto 1

Lapas populares en Aragón


Todo cambio genera incertidumbre. Los que viven en un edificio en ruinas no acaban nuca de irse hasta que la desgracia les coge en el derrumbe. Los aires del tan-tan del cambio están ahí, son exigencia del guión, pero siempre miramos a otro lado. Son los otros los que deben abrir hueco.

Pedimos generosidad a los demás, y no nos miramos al espejo de los años. El cambio son caras nuevas, ideas nuevas, ilusiones nuevas. Y, ante eso no parece que quepan las operaciones de cirugía estética.

Los tan-tanes se oyeron y fuerte en el Comité popular de la provincia de Zaragoza. Susceptibilidades ante nuevas afiliaciones y miedos para proponer reformas que no contaban mayorías. Es curioso, pero hay debilidad y mucha en las fuerzas que ahí se empiezan a sumar. Se suma de uno en uno... y se resta de cien en cien.

Pero los números, algunos los hacen mal. Piensan que esos ceros no cuentan y están detrás de los unos. Y esa cifra crece. Juegan a mantener para mantenerse... y quizá ni se mantengan. Hay tanta incertidumbre cuando uno piensa en su amada poltrona, una poltrona de la que ha disfrutado años y años... una "eterna oposición" que va llamando a una "nueva oposición". Y entre los eternos hay gentes de valía... pero con miedos.

Y hoy los populares necesitan en Aragón una sacudida, caras nuevas, de verdad nuevas, porque muchos años han hecho que a las lapas les crezcan por arriba una especie de musgo y bichos que, si uno se fija... son lapas pequeñitas. Llevan menos tiempo pero ya han aprendido a decir eso de que "ellos son el Partido"... y así en vez de populares serán más bien personales.

La cuestión del cambio al final será fruto de lograr un candidato que ilusione, que tenga posibilidades de ser caballo ganador. Y lo más seguro para el fracaso es hablar de continuidad, porque por magníficas que hayan sido las personas les faltó ese plus que electrifica y hace sentirse copartícipe en los afiliados.

frid

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