martes, junio 27

La inutilidad como mérito político

Nos tienen acostumbrados, desde mi Aragón llevo ya varios años de asombro. Ahora los destinatarios del asombro van a ser los cultos catalanes. Del monitor de esquí al bachiller hay un paso cualitativo, pero, ¿eso contentará a la culta burguesía catalana?

Ya nos tenían acostumbrados, el Roldán de las tres carreras y de los másteres imaginados, el Cosculluela que por ahí anda, el Pepiño Blanco que está bien orondo desde su poltrona. Personajes bien preparados, con alta cualificación para regir los destinos de España y de sus autonomías. Y no digamos las lúcidas y deslumbrantes ideas que maneja el Presidente de presidentes.

Currículum ideal con el que te garantizo llegar a Presidente, al menos autonómico: el vacío cósmico.

Y eso tiene una explicación racional apabullante. Desde el big bang estamos convencidos de que, desde ese infinitesimal elemento de materia, se ha creado todo esto que no hay telescopio que lo contemple. Del mismo modo, de la ignorancia supina, de la nulidad absoluta, va a surgir la nueva potencia política y económica, la nueva España socialista.

Y hay otra similitud científica. Esa nulidad es dispersiva. Del mismo modo nuestras nulidades construyen una España cósmica: las autonomías giran alrededor del nulo Zapatero como su nuevo Dios creador; regidas todas ellas por boquitas abiertas de pasmo y admiración, desde el monitor de esquí hasta el flamante bachiller.

El único problema es que se hayan confundido de teoría y lo que impulsen es un agujero negro de enormes dimensiones que los absorba a todos. Al menos tiene la ventaja que, desde ahí dentro no se puede extraer nada. Para nosotros: no volverían. Para ellos: no sabríamos ¡tantas cosas que querríamos saber!

Animo a mis amigos que completen los currícula de los prohombres que nos rigen. Y no se desanimen por haber estudiado. Eso les ayudará a comprender el big bang político, innovación de cuño hispano.

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