sábado, marzo 27
Amor a la Iglesia y denuncia de la difamación orquestada contra Benedicto XVI
La Iglesia, como institución divina, está dando maravillosos frutos de santidad, con ejemplos de trabajo escondido y abnegado. Hay innumerables iniciativas dedicadas al cuidado de los que nadie quiere, de los enfermos del SIDA, a procurar que vivan los que nadie quiere, a los niños en el seno de su madre, a la educación de los más ignorantes, a la atención de los más necesitados. Pero eso está unido con que está compuesta de seres humanos con virtudes, defectos, vicios y pecados. Santos y pecadores, eso somos los cristianos. Para eso Cristo nos dio un medio: la confesión de los pecados que exige contrición y arrepentimiento.
Si analizamos la acción de los que atacan a la Iglesia, veremos con frecuencia vidas desarregladas, odios inconfesables, mentiras burdas y manipulaciones clamorosas. Pero tienen poder y una rabia contenida. Su "progresismo" no es compatible con una institución que sostiene y fortalece la familia, la fidelidad, que defiende la continencia de los apetitos, el amor a la vida en todos sus estadios, el perdón de las ofensas, el amor incluso a los enemigos.
La fortaleza de los cristianos es tomada como debilidad. Sus enemigos los matan en países donde son minoría ante el silencio de los calumniadores del cristianismo. Y saben que meterse con Cristo y con sus Vicarios les resulta fácil... encontrarán amor y perdón. Y siguen destilando bilis maloliente. Pero ¿saben que se meten con el Vicario de Dios?
Hoy en día los progesistas, los difamadores de la Iglesia, han hecho "cultura" el sexo seguro, y algunos más progresistas piden rebajar la edad para el consentimiento sexual no penado por la ley. Ellos son los que miran con lupa la actuación de los que se dicen cristianos para mostrar hasta la exageración los delitos que comenten. Un porcentaje del 0.04% en Alemania muestra que hay intencionalidad. La Iglesia no mira a otra parte, toma medidas, acepta dimisiones, investiga y aplica la legislación canónica, pide perdón por las acciones de sus miembros y se va purificando.
Eso es lo bueno que tiene la crítica a la Iglesia, la persecución intencionada a su cabeza: nos purifica, nos hace mejores, nos hace compartir la Cruz de Cristo y más en estos momentos próximos a la Semana Santa.
Pasarán unos meses, la campaña conseguirá que la Iglesia brille con más resplandor y se posarán los ojos sobre los difamadores.
Y ¿qué veremos en ellos? Abortorios financiados con dinero público y fomentados como salida única a los embarazos, venta del sexo fácil a los ¡niños! y adolescentes, fomento del uso contra natura del sexo, aplicación del asesinato asistido a sus ancianos, eso sí... rebautizados por sus dirigentes bajo el nombre de "progreso". Sus frutos: tristeza, la desesperación y la muerte.
Pasamos momentos duros, los medios afines a los creadores de la cultura de la muerte presionan para crear una fuerte hostilidad contra el Papa y los católicos. Y ante eso no podemos callar. Porque amamos la libertad avisamos que denunciaremos como maliciosa esa persecución y estaremos siempre del lado del perseguido.
frid
martes, marzo 23
Eutanasia, médicos bajo sospecha
lunes, marzo 22
La reforma de Obama salvada por una promesa
Poder y virtud ¿Crisis de valores sólo en España?
miércoles, marzo 17
Política, poder y virtud
miércoles, marzo 10
La batalla del siglo XXI
La curiosidad de los niños provoca incendios. La racionalidad de los adultos lleva a afirmar: "experimentos con gaseosa", pero aún así nos comportamos como niños.
Hoy Occidente ha tomado al vuelo una idea "progresismo" y, aunque hable de pensamiento débil, de imposibilidad de conocer la verdad o de relativismo ético, los sabios de este siglo se han propuesto implantar ese nuevo experimento, eso sí, de modo pacífico.
Su paz no es la de la posesión del bien, o el descanso merecido del guerrero después de la batalla, sino más bien un estado sin sobresaltos en el que puedan manipular a la humanidad de un modo tal como nunca se ha hecho hasta ahora.
Su paz es "la cocción a fuego lento".
La revolución es impresionante, con perfiles definidos e ideas claras, no débiles, si bien tan claras como erróneas, y con una infinita seguridad de que ni están dando ni darán la felicidad a ningún ser humano.
Sus ideas podrían ser:
Soledad a la que llaman "individualismo". Individuos sin familia, sin amor estable, sin código moral. Y al final robots con una pizca de inteligencia sumisos a la voluntad de la mayoría.
Hombre como voluntad soberana, una infinita soberbia que niega toda atadura, en especial con Dios. De criatura a creador de su propia identidad. Y, como hay tantas identidades creadoras como seres humanos, un parlamento impositor que decidirá la identidad de la mitad menos uno que discrepen de su proyecto. De la soledad, del individualismo y de la voluntad soberana se llega a la Dictadura Parlamentaria.
Felicidad como placer y salud. Abandonado Dios, abandonada la transcendencia, sólo es real lo tangible y material. Y así el fin del Estado no es el Bien común como un estadío en el que cada uno puede buscar la Verdad y el Bien, sino como un sistema encaminado a proporcionar el máximo placer mientras la vida se mantenga saludable. Mientras estás en el seno de la madre dependes de su voluntad para vivir, cuando enfermas o pierdes la salud tu vida "no es saludable" y, seguramente el Estado se encargará de eliminarte pues en tu soledad sólo de él serás dependiente.
Y bastan esas las tres ideas claras y distintas para entender el proyecto social del progresismo, y saber contra qué enemigo nos enfrentamos.
Por eso algunos estamos empeñados en subir de sopetón la temperatura de la cazuela, para que, al menos, así, de golpe, nos demos cuenta en qué estamos consintiendo al otorgar el mismo valor relativo a la muerte de un niño inocente en el seno materno que el mantenerle en vida; el destruir una familia con el divorcio que el intentar ayudarla a superar sus dificultades; el regirse por el placer del momento que el obrar pensando en las repercusiones sobre los otros de nuestros actos.
La batalla de nuestro tiempo está en entonar el "no da igual", el "no es lo mismo", el "no todo es igualmente válido". O en positivo: Sí a la vida, sí a la familia, sí a la libertad y sí al compromiso de nuestros actos. Y, por supuesto, sí a aceptarse como ser creado, y aspirar a los bienes eternos.
Y esta batalla está dejando ya millones de muertos: niños abortados por sus propias madres, enfermos ayudados a morir por sus propios familiares.
Por eso es tan urgente actuar y exigir a nuestros representantes claridad en sus ideas, no vaya a ser que estén en el bando contrario.
frid
lunes, marzo 8
Corridas de toros versus aborto
Por: Federico Rodríguez de Rivera /en Aragón Liberal
Los ecologistas defienden a los toros, van a recurrir la ley de Bien Cultural de Madrid, Valencia y Murcia. Esperemos que "por coherencia" también defiendan a los niños y recurran las leyes del Aborto de Rodríguez Zapatero y todos esos progresistas de la cultura de la muerte.
Los ecologistas se basan en datos de opinión, para decir que esa ley no corresponde al sentir de la población:
Ciertamente la "Ley del aborto", su ampliación, no cuenta tampoco con el acuerdo de la mayoría española. La mayoría, alrrededor del 80% juzgaba que esa ley era innecesaria. Su finalidad más que facilitar el aborto es "hacer impunes" ante la ley las prácticas abortivas que se hacían contra los supuestos de la ley.
David del Fresno ha denunciado por activa y pasiva en este digital el "negocio del aborto", la IPPF es una entidad de índole internacional, con muchísimo dinero, que se dedica a fomentar la cultura de la muerte. Los datos sesgados de la evolución del cambio climático y su causa derivada de la actividad humana sólo está orientada a promover el control de la población matando a los niños en el seno materno.
Si Ecologistas en Acción sostienen que con sus datos, la ley que hace de la corrida de toros un Bien de Interés Cultural es "una patada a la democracia", qué será una ley asesina, sin consenso, por motivos económicos e ideológicos de una minoría que gobierna cada vez más ajenos a las necesidades de los españoles.
Un Gobierno de zombies, o de extraterrestres que nos lleva por el camino del caos económico prometiendo a los negocios abortistas una inmunidad que no se merecen en absoluto.
Y, nosotros ¿cómo reaccionamos?
frid
Ver también:
Un manifiesto para los maestros: Manifiesto para profesores: "En mi clase, vida Sí"
Un manifiesto de los militares para la democracia: Militares para la Democracia felicitan a Derecho a Vivir y a Hazteoir por su defensa de la vida y su capacidad de movilización.
La realidad de la ley del aborto y su implantación social: Gobierno de Rodríguez Zapatero y gobierno de Chávez: Coincidencias con la democracia chavista