Aragón Liberal (Enviado por: frid) , 04/04/07, 13:05 h
Desde que el hombre es hombre la barbarie ha sido la tónica de las relaciones humanas, que ha sido aliviada en estos dos mil años en los que el cristianismo ha influido en la vida de los hombres. Cuando el cristianismo se olvida volvemos a las andadas...
Desde que el hombre es hombre la barbarie ha sido la tónica de las relaciones humanas, que ha sido aliviada en estos dos mil años en los que el cristianismo ha influido en la vida de los hombres. Cuando el cristianismo se olvida volvemos a las andadas. Ejemplos que creemos superados se repiten con un común denominador. Hay vidas de segunda categoría. Vidas prescindibles. Son antropologías "de muerte", no de vida.
La esclavitud en la civilización griega y romana, cultas y avanzadas, era una realidad cotidiana. El esclavo era un objeto prescindible. Eso justificaba la guerra de captura y sumisión a pueblos "inferiores".
El nacionalismo por raza, lengua, tierra o religión ha hecho que unas personas se consideren superiores a otras. Ha generado guerras, esclavitud, genocidios, disensiones y todo tipo de conflicto. Hoy sigue siendo una realidad que defienden "intelectuales" de corbata. El genocidio de Ruanda es un ejemplo, pero el de Armenia y el de los cristianos en tierras del Islam son muy recientes.
El racionalismo ilustrado supera el criterio más tribal de raza y pasa a considerar los hombres según su capacidad intelectual. Se subordina el hombre al más inteligente. El Dictador o el grupo de ilustrados decide sobre "todo lo que debe hacer" el inferior. A veces con buena intención, pero normalmente con ingerencia en esferas privadas. Los subordinados tienen menos derechos y todas las obligaciones.
El fanatismo religioso erige el paradigma en una salvación terrena aunque hable de Dios. Hacen la criba del trigo y la cizaña antes de tiempo. Dividen la sociedad en "buenos", los que opinan y sienten como ellos, y "malos": los otros y los que nos incordian. Su ejemplo paradigmático: el "culto Calvino", la realidad actual: el mal llamado fundamentalismo religioso islámico. Lo marginal: movimientos mesiánicos que acaban en sectas peligrosas. Por el mesías dan culto a Mordor. Toda una transformación de la religión en "diablición".
El socialismo es muy peculiar. No hay hombres superiores, es el Estado el superior. Todo el "pueblo" quedaría esclavizado y sometido a la razón de estado. Los gulabs son su fruto natural: centros de reeducación donde sólo sales vivo si cede tu voluntad al planteamiento colectivo, si aprendes a disimular o a mentir o si tienen una suerte proverbial de que no te pillen, y eso a veces.
El progresismo es todavía más peculiar. Lo superior es la "idea", en concreto del super-hombre. Todo hombre es un mero elemento de un ensayo social donde al final está un ser "no humano" que regirá la tierra. Es más diabólico que el socialismo.
La sociedad del bienestar pone como superior "un mero estado del hombre" el estado saludable. Todo hombre es usado y desechado. Cumple los criterios de "producción" y vivirás, deteriorada la máquina el final es la muerte por considerar que tu vida ya no es digna.
Siempre está el deseo de unos hombres de ser más y de mandar sobre "todo" el otro hombre. No nos contentamos con mascotas, queremos esclavos.
La esclavitud en la civilización griega y romana, cultas y avanzadas, era una realidad cotidiana. El esclavo era un objeto prescindible. Eso justificaba la guerra de captura y sumisión a pueblos "inferiores".
El nacionalismo por raza, lengua, tierra o religión ha hecho que unas personas se consideren superiores a otras. Ha generado guerras, esclavitud, genocidios, disensiones y todo tipo de conflicto. Hoy sigue siendo una realidad que defienden "intelectuales" de corbata. El genocidio de Ruanda es un ejemplo, pero el de Armenia y el de los cristianos en tierras del Islam son muy recientes.
El racionalismo ilustrado supera el criterio más tribal de raza y pasa a considerar los hombres según su capacidad intelectual. Se subordina el hombre al más inteligente. El Dictador o el grupo de ilustrados decide sobre "todo lo que debe hacer" el inferior. A veces con buena intención, pero normalmente con ingerencia en esferas privadas. Los subordinados tienen menos derechos y todas las obligaciones.
El fanatismo religioso erige el paradigma en una salvación terrena aunque hable de Dios. Hacen la criba del trigo y la cizaña antes de tiempo. Dividen la sociedad en "buenos", los que opinan y sienten como ellos, y "malos": los otros y los que nos incordian. Su ejemplo paradigmático: el "culto Calvino", la realidad actual: el mal llamado fundamentalismo religioso islámico. Lo marginal: movimientos mesiánicos que acaban en sectas peligrosas. Por el mesías dan culto a Mordor. Toda una transformación de la religión en "diablición".
El socialismo es muy peculiar. No hay hombres superiores, es el Estado el superior. Todo el "pueblo" quedaría esclavizado y sometido a la razón de estado. Los gulabs son su fruto natural: centros de reeducación donde sólo sales vivo si cede tu voluntad al planteamiento colectivo, si aprendes a disimular o a mentir o si tienen una suerte proverbial de que no te pillen, y eso a veces.
El progresismo es todavía más peculiar. Lo superior es la "idea", en concreto del super-hombre. Todo hombre es un mero elemento de un ensayo social donde al final está un ser "no humano" que regirá la tierra. Es más diabólico que el socialismo.
La sociedad del bienestar pone como superior "un mero estado del hombre" el estado saludable. Todo hombre es usado y desechado. Cumple los criterios de "producción" y vivirás, deteriorada la máquina el final es la muerte por considerar que tu vida ya no es digna.
Siempre está el deseo de unos hombres de ser más y de mandar sobre "todo" el otro hombre. No nos contentamos con mascotas, queremos esclavos.
frid
No hay comentarios:
Publicar un comentario