Aún negando la evidencia, ni la gallina de pura raza vasca lo era, ni el robellón es una seta catalana; curiosamente Cataluña y Castilla quieren decir lo mismo ¿por qué será? Y las Hispanias del medioevo incluían todos los reinos tras los pirineos.
He leído con atención un artículo de Jesús Frago sobre el nacionalismo catalanista en su vertiente micológica. Parece ser que los boletaires de ERC se han quedado admirados ante el potencial micológico de todo el Noguera Ribagorzana y basan en ello su tendencia integradora de nuestra zona de franja aragonesa con Cataluña. Parece ser que, incluso eso se desliza por la letra impresa de la Vanguardia, que han descubierto ahí enormes cantidades de la “seta nacionalista” y, claro, como señera la seta, pues Aragón pasa a Cataluña.
Yo me acordé de la expresión de mi abuela, de mi abuela castellana, “quien níscalos come espárragos chupa, bebe cerveza, y besa una vieja, ni come, ni chupa, ni bebe, ni besa” y pensé que mi antecesora estaría unida por la “señera setil” a esos radicales de ERC; porque en su tierra había abundancia de níscalos, robellones, lactarius deliciosus o como quieran llamar a esa seta sencilla y humilde que tanto gusta en Cataluña.
Por mi tierra de origen, tierra de Castillos, también reclaman esa señera y piensan que Cataluña, “tierra de Castillos” es parte de su propia tierra. Y lo hacen con los mismos argumentos que esos abertxales catalanes. Unos reclaman Aragón, otros nos preguntamos si los nacionalistas, a base de observación, al menos de observación micológica, serán capaces de redescubrir España. A eso les animo.
frid
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