Un dato significativo manifestado por Ignacio Aréchaga en su artículo "Paso al elector con la Iniciativa Ciudadana" de Aceprensa, es el de la reducción de la participación de los ciudadanos europeos en las consultas para elegir representantes. Se ha pasado del 62% de votantes en 1979, cuando había nueve países, al 43% en 2009 con veintisiete países miembros.
Cada vez más los políticos están alejados de los ciudadanos. Si alguien podría definirse como OVNI es un político: es un objeto no identificado que vuela por los aires de su imaginación, de su ideología, de su ego exaltado, pero que no pisa el terreno real, que no trabaja por los intereses de los ciudadanos sino por lo que él ha definido que nos interesa.
Ejemplos en España: los Estatutos independentistas; los nuevos modelos autonómicos dispersadores provocados por el PSOE en Andalucía y Galicia; las consultas populares independentistas en Cataluña; la ley de ampliación del aborto; y la ley para la implantación de la Educación para la Ciudadanía; y probablemente la "Ley de libertad religiosa" para controlar la actividad de una religión mientras se fomenta la de las otras.
Un intento constructivista que, un amigo mío, Catedrático de Derecho, definía como el de una acción positiva para "crear" la diversidad, no para fomentarla o respetarla. Crean lo raro, crean el conflicto, crean nuevos modelos de personas en vez de gestionar la cosa pública y el interés general.
La Unión Europea está preocupada. Los políticos no facilitan la tarea. Pero, al menos en el terreno teórico, han generado un Procedimiento para la ICE (Iniciativa Ciudadana Europea) por si fomentan la participación ciudadana. Una normativa todavía difusa y sin acuerdo en su reglamentación.
La normativa indica, como señala Ignacio Arechaga en su artículo que se precisa UN MILLÓN de firmas, de un número significativo de países, sin fijarse el número pero sería al menos un tercio o un cuarto de ellos, y con un porcentaje mínimo en cada uno, barajándose el 0,2% de la población. Eso haría que en España se precisasen 94.000 firmas.
Los Partidos europeos están todos a favor, los políticos europeos no tanto. Una nueva paradoja: mensaje público políticamente correcto; realidad personal en desacuerdo de perder parte de su control absoluto de la vida del ciudadano europeo.
Europa sigue siendo ideológica, y sus políticos siguen siendo constructivistas como se manifestó en su presión a Polonia e Irlanda para admitir el crimen del aborto y el gaymonio como derechos.
En España la reforma de la Ley de Régimen Local propondrá también el procedimiento de consulta ciudadana, que requerirá el 20% de la población en municipios de menos de 5.000 habitantes. Sin embargo sí tenemos ejemplos de consulta popular como las previstas para la agregación o desagregación de núcleos rurales a otros municipios que han funcionado con normalidad.
También han funcionado las ILP (Iniciativas de Legislación Popular) tanto a nivel nacional como autonómico, com escaso éxito y repercusión jurídica. De las 9 ILP que desde 1978 se han presentado a la Mesa del Congreso sólo se ha aprobado una: la modificación de la ley de propiedad horizontal.
En el ámbito autonómico, el Foro Español de la familia presentó una ILP sobre la Red Madre, para atender a la mujer embarazada, una alternativa positiva al aborto: se presentaron 17 en todo el territorio nacional; sólo se han aprobado dos: en Castilla y León y en Valencia; se rechazaron tres en Aragón, Navarra y Andalucíay las demás siguen por ahí.
Es claro que la participación ciudadana tiene que ver con la ilusión en el proyecto común, pero también con la credibilidad de los políticos. Una ILP o una ICE puede no ser admitida a trámite, si bien la UE pedirá que sea motivada la razón. Sin embargo ese déficit democrático europeo no sólo se debe a la apatía del ciudadano, sino que también en la lejanía del político, cada vez más OVNI, más extraterrestre y menos humano.
frid
lunes, mayo 10
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