lunes, junio 21

¿Autonomías?

Circula por ahí, y tiene bastante éxito una iniciativa titulada "Esto se arregla sin autonomías", sin entrar en el fondo de la cuestión, entiendo que ese movimiento manifiesta un malestar real de las personas que nos sabemos españoles y, al mismo tiempo, sabemos admirar la pluralidad que existe en nuestra nación.

Algo nos dice que cuando no podemos circular a gusto por todo el territorio español, cuando la lengua se ha utilizado como elemento de división, es que algo ha fallado en la construcción autonómica.

Cuando las autonomías se han ido construyendo "contra Madrid" potenciando el elemento diferenciador, el nacionalismo excluyente, la exclusión de lo español, los corralitos hidráulicos, algo también ha fallado.

Cuando el Estado se ha despojado del INI y han aparecido los INI´s autonómicos que han mostrado su inviabilidad en tiempos de crisis, cuando el gasto y el número de funcionarios de España con Autonomías, con Comarcas, Diputaciones y Municipios, se ha triplicado en comparación con la centralizada España anterior a la democracia, algo sigue fallando.

Somos ricos en gastos pero ya no tanto en especulaciones inmobiliarias. El dinero escaso nos obliga a replantear los gastos innecesarios. ¿Autonomías sí?

Seamos realistas. La Constitución es autonómica y yo no le doy al PSOE, del que no me fío, el placer de cambiar el Estado porque haría un "chandrío". Pero también es seguro que no habrá consenso sin autonomías. No se es realista al afirmar "esto se arregla sin autonomías", y más si se quiere seguir viviendo en un Estado realmente democrático.

Ésto sí se arregla cambiando la mentalidad autonómica, o si los políticos "autonómicos" en vez de construir modelos minoritarios, aceptan construir España según el sentir de la mayoría de sus ciudadanos.

El desprestigio autonómico deriva de una política nacionalista excluyente, que quieren muy pocos, y de una locura diferenciadora y arrebatadora de competencias -con el consiguiente dispararse del gasto público- que tampoco quiere la mayoría de los españoles.

La Autonomías funcionan si realmente descentralizan funciones y no las duplican, si las empresas públicas son las mínimas, si ceden al Estado la capacidad de regular y gestionar los intereses comunes, si dejan de envenenar con agrabios históricos y diferenciaciones ficticias, si no inventan la Historia, si no generan odio a Madrid ni a la Autonomía de al lado, si procuran un modelo de Nación de libre circulación de profesionales y empresas, si no inventan nuevas figuras de ordenación territorial.

En definitiva: la mayoría de los españoles quieren otro modelo autonómico y, en tiempos de crisis, un auto-control de gasto que las haga viables.

Por eso quizá se pueda decir: "ésto se arreglaría si quisieran las Autonomías".

frid

lunes, junio 7

La "República" de Rodríguez Zapatero

En arte, cuando se intenta repetir un estilo pasado de moda se habla del "neo", neobarroco, neoclásico... suele hacerse porque hay un redescubrimiento de los valores que en esos estilos había. De todos modos, el arte siempre intenta romper con algo nuevo, un acto creativo que genere una nueva escuela: es el lugar de los genios.



En política, Rodríguez Zapatero es un neo-republicano, pero que en vez de una nueva creación se ha quedado en un pastiche fracasado. Su proyecto no es ya ni deseado por los radicales de izquierdas que le apoyaron: ha hundido la economía y ha puesto en peligro el "Estado del Bienestar".

¿Hay bienestar sin trabajo? ¿Es bienestar el incremento del subsidio, del paro, y -ahora- el planteamiento de que habrá que volver a pagar en Sanidad?

Su neo-republicanismo intentaba recrear en España la República de los años treinta del siglo pasado, una República que fracasó por ser incapaz de mantener la paz social, o -peor aún- porque tanto radicales como socialistas propugnaron el enfrentamiento y la revolución. El gobierno fue una manipulación continua para cambiar los valores y las creencias de los españoles, para generar odios y conflictos y lograr así la victoria de una revolución cuyo modelo era la Unión Soviética, el Estado bolchevique. Y fracasaron.

Aquellos socialistas traicionaron la democracia. Y, cuando Zapatero se dice "cautivo de su ideología", que ahí no puede ceder, nos muestra que él mismo nos está traicionando: no gobierna para la paz social sino para la revolución social, para la transformación social en su "progresismo" destruyendo la familia, corrompiendo a nuestros hijos en la escuela y fomentando el enfrentamiento entre españoles con su memoria histórica, también asimétrica.

Ayer cogí un taxi, y el "séneca" que conducía comentaba: "Zapatero está intentando enfrentarnos a los españoles, y no le estamos haciendo caso, no lo está consiguiendo". Y tiene razón. Ese señor que preside España ha intentando fomentar el conflicto para gobernar como pacificador. Sus frutos después de seis años de desgobierno son unas Autonomías asimétricas donde el separatismo crece, un desprecio a la voz de la calle, un desprecio a la mitad de los españoles, una política de parte, un fomento de la corrupción y de la eliminación de los valores éticos que aseguran la convivencia, una debilitación de la política familiar y una nulidad en el programa económico.

Ante el fracaso del programa, el autor de la partitura debería darse cuenta que no sirve para la música. La sensatez impone elecciones anticipadas, porque no sirven remodelaciones ministeriales cuando se sabe que los ministros obran al dictado del presidente.

España se merece de nuevo un presidente que lo sea de TODOS los españoles. ¿Habrá necesidad de una segunda transición para curar las heridas abiertas por Rodríguez Zapatero?

frid