sábado, septiembre 24

Intentos fallidos de inventar

 
 
Un amigo reflexionaba sobre el fracaso del progresismo mundial, cuyo fruto inmediato ha sido la mayor crisis mundial del Estado del bienestar.
 
Comentaba que los progresistas, en España sobre todo socialistas, han de reflexionar y concluir que algo falla: o ellos no son el catalizador del progreso inevitable, o es falso que el mundo se entiende desde una posición determinista en la que la Evolución es siempre progreso de las especies hacia lo mejor.
 
La Providencia suena más sencilla: el mundo sigue unos planes más o menos cognoscibles, pero que, en todo momento puede dar la sorpresa y encontrar nuestra laguna infinita de conocimiento: véase los ya conocidos pero escasamente conocidos, esas partículas tan pequeñas que atraviesan la tierra como si fuese un queso de gruyere, los neutrinos.
 
En realidad los planteamientos desesperados de los ideólogos deterministas se han demostrado falsos. Ni el progreso es lineal y hacia adelante: hay involuciones. Ni los progresistas, los socialistas españoles, son su catalizador, más bien son su rémora.
 
Ahora intentan crear ontología desde la ciencia: desde el neutrino podrán ir para atrás en el tiempo y llegar a su inmortalidad soñada en un imposible demostrable. Su eternidad será una moviola del tiempo y jugarán a soñar en películas de ciencia ficción lo que no se atreven a asumir en la vida real: tenemos una sola historia irrepetible y un balance final imposible de manipular.
 
Es curiosa la actitud del hombre de fe: sabe que podemos progresar indefinidamente, pues la inteligencia es una chispa del intelecto divino, pero al tiempo sabe que podemos estropearlo todo y cargarnos los castillos de naipes de un manotazo.
 
En nuestra mano está el bien o el mal, para que elijamos el bien y, realmente progresemos armónicamente desde la ciencia y la mejora personal. Que es el hombre honrado el que honra al mundo, no la calidad de sus edificios la que hace honrado al malvado.
 
frid

domingo, septiembre 18

Nuevos tiempos

 
 
España está en crisis,  Europa está en crisis. Y mucho tiene de culpa el socialismo, el progresismo, que han intentado construir un mundo con valores nuevos, erradicando los que denominan tradicionales.
 
Pero es que lo que consideran obsoleto, por antiguo es la familia y el orden regido por las virtudes humanas. Ahora la ley se fabrica "ex novo", no tiene nada que ver con las exigencias deducibles del orden de la justicia. Pues "justicia" es un concepto muy antiguo, donde cada uno tiene derechos inalienables, por encima del Estado. La persona construye la sociedad, no se disuelve en ella.
 
El socialismo en España ha mostrado su profunda incapacidad para construir un orden social justo y solidario. No es algo casual la corrupción endémica de sus líderes. Su falta de valores ha hecho que se consensúe incluso la costrucción del Estado nacional y autonómico admitiendo claras interpretaciones estatuarias anticonstitucionales; así como su falta de fortaleza para defender lo de todos, el espacio común español donde todos podamos movernos sin considerarnos extranjeros en la propia patria.
 
Los nacionalismos han demostrado su profundo egoísmo, su mirar insolidariamente la tarta del Estado y su falta de visión del interés general. España está cansada de un grupo de irresponsables con responsabilidades políticas.
 
Unos, los socialistas, que intentaron eliminar de la vida pública a los populares en vez de pactar con la otra fuerza mayoritaria los intereses generales. Los otros, aprovechados de la inmadurez humana y política de Rodríguez Zapatero, con la responsabilidad de todo su gobierno y de su partido.
 
Un socialismo que sabía que Zapatero era corrosivo y no lo excluyó de sus filas ni dejó oír voces críticas, es un socialismo débil e incapaz de sacarnos de la crisis.
 
Y es que si la crisis no golpea tan fuertemente a los españoles es porque todavía existe el refugio familiar, la familia sigue siendo la institución más valorada en España. Y la clave está en que ahí no hay egoísmos, ni sectarismos, ni visiones a corto alcance.
 
Por eso, la regeneración de España pasa por valorar los fundamentos sólidos de la sociedad: familia, justicia, prudencia en el gobierno y fortaleza para saber defender el interés general frente al oportunismo del momento.
 
Mi esperanza, que Rajoy, que viene, reconstruya y pronto lo que el insensato y vacío socialismo contemporáneo ha derruido.
 
frid