sábado, marzo 27

Amor a la Iglesia y denuncia de la difamación orquestada contra Benedicto XVI

Nuestro digital, Aragón Liberal, no es un digital religioso, pero en él se admira la maravillosa tradición de la Iglesia en servicio de la humanidad. De ahí que esté dolido y muy dolido por la burda campaña para desprestigiar al Papa y a la Iglesia que sólo se justifica por la maldad de los que están enfrente. No hay buena voluntad, no hay afán de conocer la verdad ni de atender a los damnificados. Es sencillamente el gran combate entre dos concepciones de la vida: el materialismo progresista, o la cultura de la muerte... contra el humanismo cristiano o la cultura de la vida.

La Iglesia, como institución divina, está dando maravillosos frutos de santidad, con ejemplos de trabajo escondido y abnegado. Hay innumerables iniciativas dedicadas al cuidado de los que nadie quiere, de los enfermos del SIDA, a procurar que vivan los que nadie quiere, a los niños en el seno de su madre, a la educación de los más ignorantes, a la atención de los más necesitados. Pero eso está unido con que está compuesta de seres humanos con virtudes, defectos, vicios y pecados. Santos y pecadores, eso somos los cristianos. Para eso Cristo nos dio un medio: la confesión de los pecados que exige contrición y arrepentimiento.

Si analizamos la acción de los que atacan a la Iglesia, veremos con frecuencia vidas desarregladas, odios inconfesables, mentiras burdas y manipulaciones clamorosas. Pero tienen poder y una rabia contenida. Su "progresismo" no es compatible con una institución que sostiene y fortalece la familia, la fidelidad, que defiende la continencia de los apetitos, el amor a la vida en todos sus estadios, el perdón de las ofensas, el amor incluso a los enemigos.



La fortaleza de los cristianos es tomada como debilidad. Sus enemigos los matan en países donde son minoría ante el silencio de los calumniadores del cristianismo. Y saben que meterse con Cristo y con sus Vicarios les resulta fácil... encontrarán amor y perdón. Y siguen destilando bilis maloliente. Pero ¿saben que se meten con el Vicario de Dios?

Hoy en día los progesistas, los difamadores de la Iglesia, han hecho "cultura" el sexo seguro, y algunos más progresistas piden rebajar la edad para el consentimiento sexual no penado por la ley. Ellos son los que miran con lupa la actuación de los que se dicen cristianos para mostrar hasta la exageración los delitos que comenten. Un porcentaje del 0.04% en Alemania muestra que hay intencionalidad. La Iglesia no mira a otra parte, toma medidas, acepta dimisiones, investiga y aplica la legislación canónica, pide perdón por las acciones de sus miembros y se va purificando.

Eso es lo bueno que tiene la crítica a la Iglesia, la persecución intencionada a su cabeza: nos purifica, nos hace mejores, nos hace compartir la Cruz de Cristo y más en estos momentos próximos a la Semana Santa.

Pasarán unos meses, la campaña conseguirá que la Iglesia brille con más resplandor y se posarán los ojos sobre los difamadores.

Y ¿qué veremos en ellos? Abortorios financiados con dinero público y fomentados como salida única a los embarazos, venta del sexo fácil a los ¡niños! y adolescentes, fomento del uso contra natura del sexo, aplicación del asesinato asistido a sus ancianos, eso sí... rebautizados por sus dirigentes bajo el nombre de "progreso". Sus frutos: tristeza, la desesperación y la muerte.

Pasamos momentos duros, los medios afines a los creadores de la cultura de la muerte presionan para crear una fuerte hostilidad contra el Papa y los católicos. Y ante eso no podemos callar. Porque amamos la libertad avisamos que denunciaremos como maliciosa esa persecución y estaremos siempre del lado del perseguido.

frid

martes, marzo 23

Eutanasia, médicos bajo sospecha

 
Alguno podría pensar que la Ley andaluza de "muerte digna" es un gran avance social, pero ¿acaso antes no era digna? Eso hace sospechar que en el término de "muerte digna" hay un intento de manipulación del sentido de las palabras y un forzar una vez más al diccionario de la Lengua Española. Y, me temo que detrás se encuentra el "suicidio asistido" ante la falta de calidad de una vida que termina o resulta molesta.
 
 
María Dolores Espejo, presidenta de la Fundación Bioética, afirma que "lo peor de la mal llamada ley andaluza de muerte digna, es que no tiene ningún sentido" (1); lo que sería verdad si estuviésemos hablando con los significados normales de las palabras. Y eso cae bajo sospecha ante el énfasis en negar la objeción de conciencia de los médicos y la imposición de un comité bioético externo, probablemente de alto componente político.
 
Algunos jóvenes pueden pensar que "no va esto con ellos", rebosando salud por todos los poros de su cuerpo no piensan que estas leyes que regulan la eutanasia puedan afectarles. Y, con esa cultura dominante de confundir pensamiento con sentimiento, llegan a desentenderse del enfermo porque ha vivido mucho, porque así puede descansar de su sufrimiento, porque ya ha incordiado bastante el abuelo.
 
Expertos en enfermos terminales afirman que cuando "piden morir" lo que están haciendo es llamar la atención a médicos y familiares para ser atendidos. Cuando se les alivia el dolor, se les escucha en sus angustias, se les acompaña en su soledad, dejan de pedir morir, porque en el fondo lo que quieren es no sufrir, sentirse acompañados y captar el sentido del dolor.
 
Donde la eutanasia, o mejor dicho, el suicidio asistido es ley, los abusos son una constante: los médicos cambian esencialmente su papel, dejan de ser los "luchadores para la vida" y se convierten en "administradores de la vida". Y con esa opción pueden enmascarar fácilmente un error médico, resolver las incomodidades que causa un enfermo, complacer el egoísmo de los familiares, o -lo que es más grave- ahorrar en las arcas de la Sanidad Pública y paliar déficit sanitarios.
 
En esos países y, con estas leyes que abren la puerta al suicidio asistido, se ha pasado al asesinato por compasión y se ha generado una gran desconfianza de los enfermos terminales y de los ancianos con los médicos.
 
Ingresar en un hospital en el que se practique la sedación al estilo Doctor Montes, haría temblar a toda persona consciente de ello, podría pensar y no sin razón "me llevan al matadero", "me aparcarán en boxes, sedado y de ahí a la vida eterna".
 
 
Por eso, cuando al Doctor Montes se le denomina el héroe de la sedación, cuando IU ante la ley andaluza de la muerte digna "exige al gobierno de Rodríguez Zapatero" que sea valiente y legisle sobre el suicidio asistido, es preocupante el empeño andaluz por garantizar la muerte digna. Ya la "cultura" socialista ha ido sembrando frases que muestran a las claras lo que es el empeñarse en la cultura de la muerte: el pre-embrión para matar seres humanos, el ser vivo pero no humano, la protección del niño no nacido a través de la ley Aído, nos hacen sospechar que no pretenden dignificar la muerte sino amparar a sus "sedadores de oro", más aún cuando en la ley andaluza queda muy ambigua esa práctica, indefinido lo que es un enfermo terminal y confuso lo que es ensañamiento terapéutico.
 

lunes, marzo 22

La reforma de Obama salvada por una promesa

 
 
 
Con la enmienda Stupak-Pitts, los mismos demócratas eran la llave para la reforma Obama de la Sanidad americana. Después vino Scott Brown y les arrebató un escaño en el Senado por el estado de Massachusetts perdiendo la mayoría de bloqueo en el Senado.
 
Así las cosas era difícil salvo pacto, poner de acuerdo votación favorable en el Congreso y en el Senado y Obama veía peligrar su reforma. Pero él ha querido mostrar que tiene talante y capacidad de consensos. Si bien en la acción exterior el Premio Nobel de la paz sigue enviando tropas para pacificar el mundo, en el tema de la cobertura sanitaria, el nudo gordiano era el aborto y la objeción de conciencia.
 
Obama ha salvado su ley por medio de una Promesa, un decreto presidencial por el que se ofrecen garantías de que no se utilizarán fondos federales para financiar el aborto y de que las leyes federales sobre la objeción seguirán vigentes.
 
En Estados Unidos un mentiroso no aguanta como presidente, así lo sufrió en sus carnes Nixon y el amigo de la becaria. Y por eso, entiendo que para Stupak y otros cuantos demócratas, la promesa es suficiente y le han apoyado.
 
Hoy con 219 votos a favor  frente a 212 en contra se ha aprobado la Reforma Sanitaria de Obama.
 
Esa ley permite dar cobertura sanitaria a los americanos que carecen de algún tipo de prestación social. La misma Iglesia Católica y pastores de otras religiones habían pedido una reforma sanitaria para hacer una atención adecuada y asequible a todos. Y, según encuestas de 2007, el 15,3% de los americanos según la Oficina de Censo no tenía ninguna asistencia y son más de 46 millones de personas.
 
Por ahora los americanos han dado luz verde a la Reforma Obama, con la promesa de no invertir un dolar federal para la práctica de abortos. Sus aliados pro vida satisfechos y los de la cultura de la muerte defraudados.
 
Pero Estados Unidos muestra una vez más que el movimiento pro vida es cada vez más fuerte y puede cambiar la tendencia del mega-genocidio del siglo XXI, el de los niños en el seno materno
 
frid
 

Poder y virtud ¿Crisis de valores sólo en España?

 
Un gran amigo  me felicitó por el artículo Política, poder y virtud que escribí en el digital, pero añadió una coletilla que me preocupó: "que el artículo era interesante, pero que abordaba sólo el caso español".
 
Ciertamente al final del artículo muestro dos ejemplos que hacen referencia a España, pero mi interés era ser generalista, porque entendía que el problema es un problema planetario aunque suframos su virulenta expresión en nuestra tierra. Ya se ve que no fui suficientemente claro.
 
¿Qué proyecto internacional intenta modelar la sociedad a un nuevo paradigma? El progresismo. Y ¿qué es el progresismo? una extraña mezcla entre ideología de género, exaltación de lo homosexual, cultura de la muerte, omnipotencia para definir el bien o el mal desde las sedes parlamentarias, educación de la infancia en esos contravalores, tolerancia con el Islam e intolerancia con el cristianismo, ataques sistemáticos a lo católico y asignación de todo el mal del mundo a la creencia en Dios.
 
 
¿Es el progresismo un intento virtuoso? ¿es algo inocente? ¿realmente les interesa el bien de las personas sobre las que inciden?
 
Si consideramos sus frutos, no es así: familias sin padre o sin madre, hijos con varios padres, abuelos abandonados a su suerte en residencias de ancianos, geriátricos donde no hay punto de retorno porque se tolera la eutanasia como una práctica médica más, aumento del contagio del SIDA, violencia doméstica, alcohol, fracaso escolar. Esos frutos son frutos malos, y "por sus frutos los conoceréis". No nos hacen felices sino lo contrario.
 
Y si consideramos sus montajes, sus Institutos, sus Fundaciones, sus mensajes, tampoco podemos asegurar que les interesa la felicidad del hombre individual, o al menos la felicidad de los hombres que no pertenecemos a su grupo de iluminados: No protestan nunca cuando asesinan a católicos en países intolerantes (y no son pocos los católicos que cada año mueren en manos de los radicales), definen al hombre como la peor plaga del planeta, dicen que sobramos, nos equiparan a nuestros órganos de placer y nos definen como mera materia "pensante" de un modo muy particular: son las neuronas las que se auto organizan casi de modo milagroso.
 
Es claro que esas personas no tienen nuestro mismo concepto de virtud, pues para ellos es "un modo con el que pacificar a la ciudadanía" mientras les inculcan esas venenosas ideas de las que hablo.
 
¿España laboratorio progresista? Hasta ahí llego en nuestra peculiaridad, pero no tanto como para poder afirmar que es algo exclusivo y particular nuestro.
 
Así pues, aunque escribamos en Aragón, en un digital local, mi llamada es UNIVERSAL, y el problema también lo es.
 
La ingeniería social de la "cultura de la muerte", así llamada por Juan Pablo II desmontando el mito progresista, es realmente un peligro mundial que, además, cuenta con mecanismos de control técnicos que no pudieron soñar los que pusieron, en su tiempo, en marcha los modelos nacional-socialista y comunista.
 
 
Supongo que eso implica una siembra adecuada de un humanismo alternativo, más humano, mejor expresado, atrayente, alegre... que se muestra sobre todo cuando se ve convivir un grupo de familias sanas, como abundan entre los que procuran vivir su fe cristiana. Y esa tarea es una tarea MUNDIAL.
 
frid

miércoles, marzo 17

Política, poder y virtud

 
 
La virtud arrojada fuera de la arena política
 
Hubo un tiempo en el que la ley del más fuerte no era discutible. Los Imperios se sustituían unos a otros, incluso en la Grecia clásica "hombre" realmente era el griego, los demás eran legítimo objeto de conquista.
 
Cesar llegó a ser Emperador utilizando la propaganda y el engaño, además de una estrategia brillante como militar invicto.
 
Vino una época en la que los gobernantes se dejaron impregnar del espíritu cristiano, y construyeron sistemas políticos con defectos, pero en los que la justificación, al menos teórica, era el Bien de los súbditos y el recto orden de la Justicia.
 
Pero llegó el Renacimiento, la época en la que el hombre redescubrió al HOMBRE e intentó reconstruirse desde la mirada a la sociedad previa al cristianismo. Italia se deslumbró en su antiguo Imperio y le rodeó de un aura en la que le perdonó de sus múltiples excesos.
 
No recapacitaron sobre que Roma era una sociedad que basaba su economía en la esclavitud, el dominio sobre los demás pueblos y la guerra como sistema de peculiar comercio exterior.
 
 
Maquiavelo redefinió el arte de la política y en "El Príncipe" despojó al gobernante del traje de la virtud moral para revestirlo con la virtud política, siendo esta última todo lo que conviene para mantenerse y ampliar el poder personal.
 
Se sustituyó el bien común por la conveniencia del gobernante y, desde entonces, la senda de la política no sólo ha sido distinta a la de la moral sino que se ha ido alejando más y más de los presupuestos morales.
 
 
Las virtudes clásicas se convirtieron en una rémora del Poder. La razón del Estado justificó acciones que, individualmente, estaban incluidas en el código penal. Y llegó Nietche que definió la moral de esclavos y la del superhombre, un pensamiento que ya estaba latente en la exaltación de Napoleón o en "Crimen y Castigo" de Dostoyeski.
 
Del individuo se pasó al grupo social, del grupo al Partido y, del Partido al Estado. Y se crearon sistemas amorales basados en el dominio de unas personas sobre otras, de unos pueblos sobre otros, y generaron las aberraciones comunista y el nazismo. Sus crueldades se hicieron manifiestas, pero los constructores de nuevos órdenes mundiales no retornaron a basar la ética del político en la moral y en las virtudes clásicas.
 
Hoy el bien, redefinido desde la esfera política, es el que decide la "mente colectiva" a través del Parlamento. Y esa "mente colectiva" establece los cauces de poder para implementar sus nuevas sociedades de diseño.
 
El político es, muchas veces, sólo el timonel de tamaño desatino.
 
Necesidad de un nuevo humanismo
 
La experiencia de la vida política en pleno siglo XXI demuestra lo complicado que se tiene, en Occidente, acceder a cargos importantes si se mantienen sólidos principios morales. Ya van dos Comisarios europeos frustrados por tener ideas claras sobre la familia o sobre la vida.
 
El sentir social califica de fundamentalista o retrógrado al que defiende ideas que no son políticamente correctas y, muchas veces, son las ideas que se elaboran desde un correcto razonamiento. Parece que es igualmente válido un matrimonio estable que una situación que deriva en divorcio, el dejar nacer al niño en el seno materno que el matarlo, sentir los atractivos naturales ante la persona del otro sexo y construir una familia que una unión entre dos iguales. Y algo nos dice que el recto orden social debe primar el recto orden familiar y natural del ser humano.
 
Debe existir una clave para que la política se reencuentre con la ética, y, además, que sea una política triunfadora, de vencedores. Y eso sólo será posible si el hombre vuelve a armonizar voluntad y razón, poder y virtud, proyecto social y bien común.
 
Los ciudadanos de Florencia se quejaban a Maquiavelo porque con sus escritos había dado armas al tirano. Él les respondía que también les había dotado de armas para derrocarlo. Pero, en ambos casos, podrían ser modos salvajes de obrar: violencia frente a violencia, tiranía personal frente a la tiranía de las masas.
 
Hay un engaño detrás de la ética del poder, un engaño que esclaviza a una multitud, que es preciso desenmascarar.
 
 
Cuando el poder lo ejerció un individuo, el Tirano pasó a denominarse Führer y esclavizó pueblos para subyugarlos a un nuevo Esparta más cruel y sangriento. Cuando el poder cayó en el Partido la esclavitud también se impuso y todavía mantiene Campos de Concentración que denomina "cárceles políticas". Y ¿qué pasará cuando el poder tiránico caiga en el Parlamento?
 
Los parlamentos democráticos todavía disponen de mecanismos de relevo.  Pueden echar marcha atrás de leyes inicuas como la del aborto, pero para ello es preciso un cambio tanto de los dirigentes como del sentir popular.
 
 
No podemos engañarnos pensando que la imposición del aborto es obra de unos pocos degenerados. Más de un millón de abortos en un país de cuarenta millones de habitantes como es España, muestran que la sociedad, aunque democrática, está muy enferma y es incapaz de regirse por el bien sin que se haya producido un cambio en las conciencias.
 
Individualmente el bien y la virtud han sido sustituidos por el placer y la conveniencia.
 
Sólo iluminando las conciencias, mostrando la luz de la verdad, puede detenerse ese proceso descompositivo.
 
La Conferencia Episcopal española lleva ya dos campañas intentando despertar nuestra conciencia, la última "Es mi vida, ¡está en tus manos!" Y no es en absoluto una campaña religiosa, pero ¿qué otra institución está peleando por cambiar el paradigma social?
 
Necesitamos un nuevo humanismo aceptado mayoritariamente para poder cambiar un sistema que, al menos teóricamente, tiene mecanismos para ello.
 
Hay mecanismos para el cambio.
 
Mientras la sociedad no se imponga la restricción de libertad que derive en una nueva tiranía de Partido, puede cambiar con el ejercicio del sistema democrático.
 
El otro día el Instituto de Política Familiar exigió a Rajoy un compromiso para, si llega a gobernar España, derogar la inicua "Ley del aborto", días antes yo mismo señalaba que era preciso exigir a los políticos claridad sobre los temas clave y no regalarles el voto a la ligera.
 
 
Además hay grupos, como el "no llamemos aborto al asesinato" del que formo parte en facebook, que pretenden llamar a las cosas por su nombre. La verdad en el decir facilitará la verdad en el pensar y en el obrar.
 
Saber que al practicar un aborto o facilitarlo se está matando a un ser humano es un revulsivo para no hacerlo. Los eufemismos engañan y enturbian las conciencias. ¡Benditos remordimientos del que no se miente a sí mismo cuando obra el mal!
 
Si al político que miente se le castiga socialmente con el ostracismo, si al que llama "progreso" a lo que es una práctica aberrante se le define como tal, estamos facilitando el cambio.
 
Entiendo que la política real sea la del poder cuando la mayoría de los hombres se mueven sin criterios morales, pues ellos mismos se despojan de la razón práctica; pero también espero que si la mayoría comienza a moverse por criterios morales, no gusten de elegir para que les representen a aquellos que, por inmorales, no dejarían entrar en su casa ni podrían de tutores de sus hijos.
 
 
El cambio así, es posible aunque nadie afirma que sea fácil.
 
frid
 

miércoles, marzo 10

La batalla del siglo XXI

Decía un gran amigo mío que los hombres, cuando les viene una idea a la cabeza, por peregrina que sea, la intentan experimentar aunque sean nefastas las consecuencias.

La curiosidad de los niños provoca incendios. La racionalidad de los adultos lleva a afirmar: "experimentos con gaseosa", pero aún así nos comportamos como niños.

Hoy Occidente ha tomado al vuelo una idea "progresismo" y, aunque hable de pensamiento débil, de imposibilidad de conocer la verdad o de relativismo ético, los sabios de este siglo se han propuesto implantar ese nuevo experimento, eso sí, de modo pacífico.

Su paz no es la de la posesión del bien, o el descanso merecido del guerrero después de la batalla, sino más bien un estado sin sobresaltos en el que puedan manipular a la humanidad de un modo tal como nunca se ha hecho hasta ahora.

Su paz es "la cocción a fuego lento".

La revolución es impresionante, con perfiles definidos e ideas claras, no débiles, si bien tan claras como erróneas, y con una infinita seguridad de que ni están dando ni darán la felicidad a ningún ser humano.

Sus ideas podrían ser:

Soledad a la que llaman "individualismo". Individuos sin familia, sin amor estable, sin código moral. Y al final robots con una pizca de inteligencia sumisos a la voluntad de la mayoría.

Hombre como voluntad soberana, una infinita soberbia que niega toda atadura, en especial con Dios. De criatura a creador de su propia identidad. Y, como hay tantas identidades creadoras como seres humanos, un parlamento impositor que decidirá la identidad de la mitad menos uno que discrepen de su proyecto. De la soledad, del individualismo y de la voluntad soberana se llega a la Dictadura Parlamentaria.

Felicidad como placer y salud. Abandonado Dios, abandonada la transcendencia, sólo es real lo tangible y material. Y así el fin del Estado no es el Bien común como un estadío en el que cada uno puede buscar la Verdad y el Bien, sino como un sistema encaminado a proporcionar el máximo placer mientras la vida se mantenga saludable. Mientras estás en el seno de la madre dependes de su voluntad para vivir, cuando enfermas o pierdes la salud tu vida "no es saludable" y, seguramente el Estado se encargará de eliminarte pues en tu soledad sólo de él serás dependiente.

Y bastan esas las tres ideas claras y distintas para entender el proyecto social del progresismo, y saber contra qué enemigo nos enfrentamos.

Por eso algunos estamos empeñados en subir de sopetón la temperatura de la cazuela, para que, al menos, así, de golpe, nos demos cuenta en qué estamos consintiendo al otorgar el mismo valor relativo a la muerte de un niño inocente en el seno materno que el mantenerle en vida; el destruir una familia con el divorcio que el intentar ayudarla a superar sus dificultades; el regirse por el placer del momento que el obrar pensando en las repercusiones sobre los otros de nuestros actos.

La batalla de nuestro tiempo está en entonar el "no da igual", el "no es lo mismo", el "no todo es igualmente válido". O en positivo: Sí a la vida, sí a la familia, sí a la libertad y sí al compromiso de nuestros actos. Y, por supuesto, sí a aceptarse como ser creado, y aspirar a los bienes eternos.

Y esta batalla está dejando ya millones de muertos: niños abortados por sus propias madres, enfermos ayudados a morir por sus propios familiares.

Por eso es tan urgente actuar y exigir a nuestros representantes claridad en sus ideas, no vaya a ser que estén en el bando contrario.

frid

lunes, marzo 8

Corridas de toros versus aborto

8.3.2010.

 


Por: Federico Rodríguez de Rivera /en Aragón Liberal

Los ecologistas defienden a los toros, van a recurrir la ley de Bien Cultural de Madrid, Valencia y Murcia. Esperemos que "por coherencia" también defiendan a los niños y recurran las leyes del Aborto de Rodríguez Zapatero y todos esos progresistas de la cultura de la muerte.

Los ecologistas se basan en datos de opinión, para decir que esa ley no corresponde al sentir de la población:

Según los datos del sondeo realizado por Gallup en los últimos años, el 72,1% de la población en España afirma no tener ningún interés por los espectáculos taurinos. Este desinterés lo demuestran sobre todo las mujeres, con un 78,5%, y las personas con edades comprendidas entre 15 y 24 años, 81,7%. Mientras que solo el 7,4% de los españoles siguen estando muy interesados en la injustamente llamada "Fiesta Nacional". Por el contrario, el 26,7% de las personas encuestadas afirman estar interesadas por las corridas de toros, de las cuales, el 19,3% afirma estar "algo" interesada frente al 7,4% que manifiesta interesarlo "mucho", en su mayoría hombres.

 
Desde el punto de vista de la evolución histórica, la encuesta continuada de Gallup permite reflejar que el interés por las corridas de toros mantiene la tendencia a la baja, ya que en 1993 el estudio reflejó un 38% de interés, en 1999 se situaba en el 32%, en el 2002 la afición era del 31% y actualmente se encuentra en el 26,7%.
 

Ciertamente la "Ley del aborto", su ampliación, no cuenta tampoco con el acuerdo de la mayoría española. La mayoría, alrrededor del 80% juzgaba que esa ley era innecesaria. Su finalidad más que facilitar el aborto es "hacer impunes" ante la ley las prácticas abortivas que se hacían contra los supuestos de la ley.

David del Fresno ha denunciado por activa y pasiva en este digital el "negocio del aborto", la IPPF es una entidad de índole internacional, con muchísimo dinero, que se dedica a fomentar la cultura de la muerte. Los datos sesgados de la evolución del cambio climático y su causa derivada de la actividad humana sólo está orientada a promover el control de la población matando a los niños en el seno materno.

Si Ecologistas en Acción sostienen que con sus datos, la ley que hace de la corrida de toros un Bien de Interés Cultural es "una patada a la democracia", qué será una ley asesina, sin consenso, por motivos económicos e ideológicos de una minoría que gobierna cada vez más ajenos a las necesidades de los españoles.

Un Gobierno de zombies, o de extraterrestres que nos lleva por el camino del caos económico prometiendo a los negocios abortistas una inmunidad que no se merecen en absoluto.

Y, nosotros ¿cómo reaccionamos?

frid

Ver también:

Un manifiesto para los maestros: Manifiesto para profesores: "En mi clase, vida Sí"

Un manifiesto de los militares para la democracia: Militares para la Democracia felicitan a Derecho a Vivir y a Hazteoir por su defensa de la vida y su capacidad de movilización.

La realidad de la ley del aborto y su implantación social: Gobierno de Rodríguez Zapatero y gobierno de Chávez: Coincidencias con la democracia chavista