miércoles, diciembre 22

Peligros públicos



Cuando uno piensa que Dios nos ha creado libres y que nos deja hacer "toda nuestra vida" tal como queramos, eso sí, con los frutos que nuestras acciones den y la obligación de "rendir cuentas" de la Hacienda al final de la jornada, pienso también lo miserable que son los "ideólogos" progresistas que pretenden regular hasta el milímetro nuestro obrar.

La libertad es un don y la sociedad debe velar por que nadie enmiende la plana a Dios y nos la quite o la merme sin necesidad. Y además, esos personajes, principalmente "ideólogos, sociólogos, filósofos y políticos" que pretenden construir el mundo de acuerdo con su limitada cabeza no dan la talla. Son, somos, como un insecto que mira la Torre Eifiel desde el aire al que ha sido arrebatado y piensa que es más alto y más fuerte que ella.

La limitación y su reconocimiento, es la clave del obrar político. Se podría llamar de otra manera: la "humildad", tanto ante la realidad humana como ante el mundo que nos rodea. No es su labor modificar el eje de la tierra como tampoco destrozar la estructura familiar y construir otro sistema "inventado" por su genialidad.

De hecho, las grandes normas morales, éticas y sociales, son indicadores, luces rojas, que señalan un límite que sobrepasado por nuestra libertad, violentaría la libertad o dignidad de las otras personas. Convivimos y tenemos que respetarnos, e -incluso- ayudarnos a vivir, pero no a imponer nuestras ideas con la violencia de la coacción de la ley, o de la coacción de la fuerza.

El "no matar" es un indicador en rojo que algunos, permisivos, lo ponen en ámbar para dejar que se pase la prohibición cuando es molesta una vida; o bien en verde para favorecer que "sectarios, odiadores, fundamentalistas" maten a los que tienen otra religión o modo de pensar. Occidente opta por el "ámbar", Oriente ha optado por el "verde", en especial contra los cristianos en países donde son minoría.

Hay tres peligros públicos en los gobernantes: la maldad, la estulticia y el afán de imponer una ideología. Por desgracia nos ha tocado, en España, muchos políticos que gozan de esos tres dones. Malos son porque fomentan el odio; tontos porque nos han arruinado, e impositivos ideológicos por toda su "reingeniería social" desde la Educación hasta la organización social y empresarial.

Aquí prácticamente acabo mi digresión, porque ¿si Dios nos hizo libres? ¿qué tiene de superior un presidente de Gobierno para imponernos una ideología que ya ni compran en rebajas navideñas?

Y si alguien me viniese con que la capacidad del hombre, intelectualmente, es asombrosa, le traslado que el hombre siempre trabaja con lo que le han dado: un mundo material para que lo cuide, y otros seres humanos para que los ame.

frid

lunes, diciembre 6

Democracia y cristianismo, de hostiles a aliados

Cuando surge una idea nueva cuesta asimilarla, más aún a los que están ya pacíficamente estabilizados, a los que han alcanzado una posición de privilegio y a los que han pasado a regir desde la autoridad moral a todo un pueblo.

Y, de pronto, surge en "nuevo régimen" con ideas maravillosas y de alcance inesperado: "todos los hombres son iguales y tienen la misma dignidad"; y se plantea ¿ese orden en el que vivimos, no nos cataloga y nos diferencia por el hecho del nacimiento? ¿eso es justo? Y ahí está la clave de la crisis violenta. El inmovilismo, como en la sociedad actual de castas, es injusto y su eliminación indujo violencia.


La Revolución Francesa se hizo contra la Iglesia, además de contra el Rey y la Nobleza. La Revolución Americana se hizo sólo contra Inglaterra y para mantener la libertad de las personas. Una causó graves daños a personas inocentes, la otra permitió vivir a los inocentes. Los cristianos perseguidos por la "Nueva religión de la Razón" pudieron huir a vivir su religión en la nueva América. Una revolución acogió y protegió a los damnificados de la otra.

Por eso, ya en sus raíces, la democracia americana no fue anticristiana; sin embargo la democracia europea vio como enemigos a los católicos. Y eso es obvio: los reyes, los nobles, los prelados eran católicos. Pero también era obvio que el pueblo ¡también lo era! y la revolución de unos arrebató sin piedad los bienes y la vida de los primeros y persiguió con violencia la fe de los sencillos. ¿Cómo iba a ver más allá de la sangre derramada, la Iglesia, a ese nuevo orden? Y, además, ese Orden sentó la base de la eliminación de los Estados Pontificios, la revolución contra un Soberano que era Papa, rey de cuerpos y almas.


El tiempo, la asimilación en la vida de esas nuevas realidades, la compulsa historia del Occidente Europeo, ha ido mostrando que la paz social está vinculada a esa clave de la revolución primera: "la igualdad en dignidad y posibilidades de todos los humanos"; sin embargo en América el progreso estaba ligado al trabajo; y en Europa más bien a la demagogia, al subsidio y a los nuevos líderes sociales. En América se fue pragmático, en Europa mesiánicos. Los frutos americanos: la primera potencia mundial; los europeos: revoluciones y las guerras mundiales.

Por eso no es de extrañar que a Juan Pablo II hablase del "bien" de la democracia vinculado a esa dignidad inalienable de la persona humana, a su posibilidad de participar en la organización social y en el gobierno de las naciones, y la mejor disposición de ese sistema para la generación de riqueza y bienestar. Sin embargo mostraba al tiempo la enfermedad que podría derivar de democracia en tiranía: "la supresión de Dios, de la transcendencia y la relativización de la verdad y del bien".

Y ciertamente una democracia en la que la ley puede definirlo todo, en la que la mayoría puede imponerse a la minoría, en la que la vida se relativiza y se protege o desprotege, en la que la familia no está en la base social, esa democracia enferma y se convierte en un sistema de "tiranía de la mayoría".

Hoy el orden de lo nuevo, de lo creativo, está en la democracia iluminada por esos principios tanto cristianos como profundamente humanos. Una Constitución que protege derechos básicos instaura a la persona por encima del Estado en lo referente a su dignidad. Una Constitución que limita al legislador y elabora los procedimientos de control es una institución que pone freno a la tiranía.

Y es por eso que democracia y cristianismo han pasado de hostiles a aliados; lo que pasa es que hoy controlan los sistemas democráticos personas e ideologías que los están derivando a sistemas totalitarios, eso sí a través de la imposición de la mayoría.

frid

domingo, diciembre 5

Aniversario de una Constitución puesta en crisis por el "progresismo"


Hoy celebramos un aniversario más de la Constitución Española, un magnífico texto lleno de consenso y capaz de fundamentar un orden jurídico lleno de paz, seguridad, libertad y progreso, pero que "dicen" está en crisis.


Y realmente el texto merece un 10 destacado, si bien su interpretación no ha seguido la pauta de su sinfonía. La crisis de interpretación tiene sus culpables. Y, por desgracia, se llaman "progresistas" o "mari-acomplejines", si bien el daño, lo que es el daño, lo han hecho esos "jueces" progresistas que han interpretado el texto contra sí mismo y nos han engañado a todos.


La Constitución protege la vida, si bien entra en conflicto cuando dos vidas se contraponen: la vida del niño no nacido y la de su madre. Y esa contraposición resuelta al caso con la prudencia debida y la generosidad de los padres, además del profundo avance técnico, se ha mudado por otra contraposición: la vida de uno: el no nacido; y "el vivir la vida" de otros: madre, padre y familiares que no quieren asumir la responsabilidad de haber llamado a la vida a un ser humano no deseado. Ahí está la principal quiebra constitucional: "no se respeta la vida del más indefenso de los ciudadanos de España y del más inocente de todos ellos"


Los jueces progresistas no se sienten vinculados al dictado de la Constitución. La "libertad les hace verdaderos" y no quieren ser regidos por lo que TODOS nos hemos impuesto. Así que ponen su criterio por encima de la recta interpretación de la Ley de Leyes y hablan de "nuevos tiempos". Su crisis provocada hace que yo me afirme más en la validez de esa norma. Si ellos no la encuentran cómoda es porque es buena. Es una ley que hace cooperar el Estado de las Autonomías en régimen de lealtad con el Gobierno central y ellos la han hecho violentarse contra sí misma al crear oposiciones entre las periferias y "Madrid". Han creado división donde había paz, han creado enemigos donde había miembros de la misma familia, han avanzado en el federalismo cuando nuestra Constitución da a las Autonomías más libertad incluso que a los "Landers" alemanes.


Y además, esta Ley de Leyes es respetuosa con la religión, reconoce el Catolicismo como la mayoritaria en España, reconoce también la libertad de educación y de pensamiento, el derecho a la educación para todos, la no discriminación por el sexo, ideas o religión. Y, sin embargo los progresistas la han prostituido para generar un nuevo conflicto: el Partido Socialista impone su modelo ideológico en las Escuelas Públicas, ataca la libertad en las escuelas religiosas y achaca como radical la educación diferenciada. Y sus "jueces" nombrados no por la imparcialidad sino por su afinidad al Poder, buscan definir un sistema "contra-constitucional" de imposición. La España de TODOS pasa a ser la España educada según los principios, para algunos principios corruptores, de la "ideología progresista".



Y la Constitución, fruto de la concordia de TODOS, pasa con la Ley de la "Memoria Histórica" a resquebrajarse por los odios inducidos desde la "progresía" revanchista. Se daña así la igualdad de las personas al buscar una nueva España donde se exaltan a personas que cometieron profundos crímenes contra la humanidad como las checas y los asesinatos de Paracuellos o los mártires de Barbastro y otras ciudades. Donde a los católicos se les mataba por su fe y ellos en la Constitución aprobaron un perdón universal, hoy se crean monumentos de odio para rememorar no "las otras víctimas" sino, en muchos casos, "los otros verdugos"


La Constitución es magnífica y sería Ley de Leyes si no la prostituísen los que han politizado los Consejos Superiores de Justicia, los progresistas, en su afán de controlar y prostituir también la Democracia para convertirla en su "cortijo" particular donde los demás nos sentamos como ciudadanos de segunda.


La Constitución nos ampara, pero a ella, pobrecita, no la amparan los "Políticos" que juraron o prometieron velar por ella.


frid

jueves, diciembre 2

El gran robo del feminismo

Mujeres solteras, con relaciones afectivas transitorias e inestables, con varios hijos a su cuenta eliminados por métodos anticonceptivos -eso si no fallaron-, con un trabajo absorvente, sin familia, eso sí "independientes" en su soledad, ásperas, tristes y frustradas. Ese puede ser el resumen del fruto del feminismo progresista.

Les vendieron que iban a ser auténticas, que se iban a realizar como mujeres. Les hablaron de igualdad y les enviaron, indefensas, al mundo indiferenciado antes ocupado mayoritariamente por el varón.

Les prometieron carreras meteóricas, acceso a los lugares de dirección y mando, paridades y más que paridades en la empresa y la administración pública, incluso en las formaciones políticas. Les dijeron que "ellas" gobernarían el mundo, pero les despojaron de su riqueza específica: denigraron su feminidad, su capacidad de entrega, de sacrificio, de cariño, de comprensión, de amar. Las hicieron hombrunas, frías, tiburones de finanzas. Y privaron a la sociedad de la pluralidad que enriquece. Y -además- la gran mayoría se quedó de "soldados rasos" pues siempre los generales son pocos. Por ser soldados dejaron de ser mujeres. Y les vendieron que debían de estar por eso orgullosas. Son los nuevos peones de la implantación de las "mesiánicas ideologías".



Y ¿qué sacrificaron ellas? ¿de qué se privó la sociedad progresista? Talaron el árbol fructífero de la familia, desalojaron hogares, eliminaron presencias de paz y acogida en los núcleos familiares y se inventaron asilos y jardines de infancia estatales. Se generó un sistema social hostil a la familia y a los hijos, con lo que se pusieron los cimientos de una sociedad muerta, fantasma, sin relevo, sin futuro. El hielo en el corazón fue sustituído por las luces de bengala de los pasajeros sentimientos.

La sociedad se ha estructurado en orden al individualismo, al "realizarse", a la exaltación del Yo, o mejor de la @ indefinida. La familia pierde hueco y, sin embargo, la solución no está en añorar tiempos pasados. Los cambios tecnológicos juegan a favor de la vuelta a la familia, basta sólo con quererlo.

La adecuación de la técnica, la reestructuración social, pueden hacer de nuevo compatibles "familia y trabajo", "hogar y modernidad", maternidad y paternidad con la realización personal contando con el otro y la estabilidad emocional y económica.

La solución, no el paraíso, pasa por el cambio de mentalidad integradora, en volver a ver como un valor social el "hogar estable", los papeles diferenciados de padres, hijos y abuelos, el valor insustituible de la maternidad y de la paternidad; lo que no obsta para ver el hogar como un proyecto compartido, ver la técnica como un elemento que facilita el trabajo en el hogar o la sede de trabajo virtual o el horario flexible cuando eso es posible. Nuevas soluciones integradoras que los políticos deben fomentar y la iniciativa empresarial hacerlas suyas.




El feminismo actual ha creado un enemigo de la mujer que es ella misma. El "machismo" son luces de bengala para llamar la atención. Los problemas de violencia doméstica no son los que configuran la mayoría de las realidades afectivas familiares, son la patología.

El mayor daño a la mujer es el "icono" generado por el feminismo: les vende el orgullo de ser ellas -o lo que quieran- y les clausura el baúl de su propio ser femenino. La uniformidad sociales como un revuelto de setas: las que salen perdiendo son las mejores en el sabor del conjunto. En este caso la seta más valiosa, la mujer, es la gran perdedora.

frid

lunes, noviembre 29

La escalada hacia abajo del PSOE de Rodríguez Zapatero


Ayer seguí con ilusión las elecciones catalanas, era el tercer gran fracaso del "progresismo de Rodríguez Zapatero" y un primer gran respiro de las personas que amamos la libertad, si bien moderado porque dependerá de la política que haga CiU en Cataluña con su repercusión en la política de toda España.

Tengo muchos amigos catalanes, votantes de CiU, otros votantes del PP, de esos últimos alguno colabora en nuestro digital Aragón Liberal; y creo que todos han respirado con cierta tranquilidad. El sectarismo anticristiano, verdadero programa político del iluminado presidente Montilla y de su jefe de filas Rodríguez Zapatero, ha caído en picado y ha descalabrado a sus socios más radicales, ERC que ha pasado de 21 a 10 diputados, y a tener 218.046 votos, casi 170.000 menos que el PP que con 384.019 votos y 18 escaños se ha convertido en la tercera fuerza política catalana y puede permitir un gobierno sin sobresaltos, sin necesidad de fomentar la radicalidad y el victimismo en CiU.

El reto de CiU es gobernar en vez de jugar a la demagogia; el reto del PP es ser muy catalán y muy español, mostrando que el bilingüismo y la cultura catalana es algo integrado e integrable en la compleja y rica cultura española.


Rodríguez Zapatero llegó al gobierno poniéndose más a la izquierda que nadie, arrampló con el voto de IU y de los comunistas, les ofreció cargos claves en sus sistema e ideologizó la política española.

Rodríguez Zapatero desenterró muertos y odios, inculcó contra toda demanda un laicismo agresivo y anticristiano, se hizo enemigo de la vida humana naciente por fomentar el negocio del aborto, se hizo hostil a la familia por romper con los vínculos que transmiten tradición y valores.

Ese mensaje le valió el primer revolcón electoral en Galicia. Ahí no necesitaron dos legislaturas de radicalismo social para echar al bipartito a la calle. La gente quiere paz, no guerra; trabajo, no cantos de sirena; honradez y credibilidad política y no despilfarro institucional.



Pero vino una crisis anunciada y Rodríguez Zapatero más leal a su ideología radical que al bienestar de los españoles, confió que nos salvaran otros, que la coyuntura mundial le permitiera su política de despilfarro. Y cayó su economía, cayó su credibilidad en Europa, en España y en su partido. Y un signo fue el gran revolcón madrileño. Tomás Gómez se impuso a la oficialista Trinidad Giménez, cuyo fracaso fue pagado, igual que el de Sebastián, con un ministerio.

Este domingo las urnas volvieron a cantar una canción de serenidad, de "basta ya" de demagogia barata. Zapatero, días antes ofrecía una vez más ante la crisis, la "muerte fácil", Rubalcaba comenzaba a intoxicar la opinión con la "muerte digna", o mejor dicho, la mayor facilidad para quitarse de en medio a los ancianos y enfermos contra todo avance técnico en la eliminación del dolor.



Y esta vez el tripartito encontró que a sus pies de barro los votantes lanzaron sus bolas de papel de voto y lo echaron por tierra. Hoy Artur Mas responde ante la Historia: o seguir la linea de desencuentros o fomentar la verdadera política: trabajo, unidad, credibilidad, gobierno para todos.

El Pacto de Tinell se volvió, una vez aislado el PP, contra CiU en Cataluña. Mas ha probado en sus carnes el decreto de "no existencia" que el socialismo radical lanzó contra los españoles con raíces cristianas. Espero que vea que los catalanes votantes del PP ¡son catalanes! y tienen sus mismas raíces, pero son algo más abiertos, más liberales, más integradores.

La España para todos comienza con la Cataluña para todos. Eso esperamos.

frid

sábado, noviembre 20

Democracia versus socialismo

Cada vez que veo los frutos del socialismo, me convenzo más de que si bien el camino de la organización social es complejo, no va en absoluto por el socialismo, salvo que se quiera destruir esa sociedad. Y, ahora que entendemos como el mejor sistema de gobierno posible la democracia, es preciso desenmascarar las ideologías "anti-democráticas"

En los sistemas democráticos todos somos iguales ante la ley, pero es no lo es todo; la ley es un instrumento que nos damos para ordenar la sociedad. El individuo está antes que la ley y ella está a su servicio. La ley garantiza la igualdad en el punto de salida, en absoluto la igualdad en el punto de llegada. Las actitudes, la laboriosidad y la "fortuna" hacen el resto.

En el socialismo aparentemente todos somos iguales ante la ley; pero la ley es la que organiza la vida del individuo y le pone a su servicio. Por eso la ley define la igualdad como una situación inamovible: crea estatuas de sal en vez de ciudadanos libres. La ley es el instrumento coercitivo que el Partido impone a las libertades.

Y, hablando de libertad, en democracia la libertad es un hecho, sólo se limita para evitar abusos, para proteger al débil, al inocente, al libre comercio. Es un axioma previo que permite el desarrollo de la familia, los entes sociales, las empresas y el ejercicio de la religión.

En el socialismo la libertad es un patrimonio del Estado y se da al individuo. El individuo debe estar agradecido por las esferas de libertad permitidas, normalmente de la cintura para abajo y normalmente fallan del cuello para arriba. Por eso se da libertad a la madre para matar a su hijo en el seno materno y se quita la libertad al niño para nacer; se da libertad de elegir un colegio público según criterios limitados y no se da la igualdad económica para elegir la enseñanza en un colegio privado; de da libertad a propagar ideas de odio a la religión, de unidades curiosas para estructurar "familias" y se prohiben los signos religiosos o la defensa en la escuela de la familia natural.

En el sistema democrático el líder tiene que rendir cuentas a sus votantes y gobierna para todos los ciudadanos; no es el dictador de un sistema ideológico sino un gestor para procurar las condiciones de bienestar y justicia que permitan el desarrollo de la persona. No "crea" felicidad sino que facilita los medios para llegar a ella.

En el socialismo lo que hay es sectarismo: el líder sólo da cuentas a su partido, engaña la opinión pública, ignora a los que no le han votado e impone un modelo social que sólo introduce tensiones y degeneraciones personales. Es una tiranía desde la elección democrática.

Y es que el líder democrático gobierna desde la democracia, el socialista llega al gobierno desde la democracia y, luego, gobierna desde el despotismo.

frid

miércoles, noviembre 17

El niño enrabietado


He tardado en escribir este artículo casi tanto como Rodríguez Zapatero en manifestar su rabieta porque el Papa, Benedicto XVI, ha venido a vernos.

Y es que Zp no se acostumbra a vivir entre católicos, es decir, entre el grupo mayoritario de España por ahora y, espero, por muchos y muchos años.

Yo había escrito un breve pensamiento en facebook "Zapatero dice que está harto de "forrenta" años de dominación cristiana: yo digo, por no discutir ¿sabe que ha nacido en un país de mayoría católica? ¿por qué no se va a Marruecos, por ejemplo, nos deja tranquilos a todos y afianza su alianza de civilizaciones con los que masacran a los saharahuis? Es claro: odia a "rabiar" su propio PASADO". que ha recibido comentarios esclarecedores, dos de ellos dignos de reseñar: Odia y querría repetir el 36 con venganza, con lo que eso significa; no es un Presidente de TODOS los españoles ni pretende serlo.

De todos modos lo que dice Rodríguez Zapatero es ¿"Acaso he de hacer las leyes que dice el Papa"? Y mi respuesta es ¿Qué leyes dices que dice el Papa?

Porque el Papa Benedicto XVI está defendiendo la dignidad de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural; la dignidad y la defensa de la familia; la libertad en materia educativa; la libertad de los cristianos a manifestarse en la vida pública... Y esos son ¡derechos humanos!


El Papa clama por que se tutelen los derechos humanos. Y, usted, Zp, dice que no ha de hacer caso a lo que dice el Papa. ¡Qué barbaridad!

Pero, es que además en España la mayoría es católica y se les debe un respeto; hay multitudes que se han manifestado para defender la vida, la familia y la libertad de enseñanza y se les debe un respeto; y hay una Constitución que ampara el que nos tengan un respeto... y más que respeto pues la laicidad del Estado Constitucional es respetuosa y no "hostil" al hecho religioso.

Zapatero, como niño enrabietado, se enfada con el Papa porque le lee la cartilla de los derechos humanos y porque su proyecto es hostil a esos derechos y a esa mayoría de católicos de las que es, por desgracia, presidente.

Zapatero, como niño enrabietado, se enfada con la mayoría de los españoles porque no ha colado como progreso el matar seres humanos en el seno materno, el poner en igualdad la unión gay con el matrimonio, el imponer en la enseñanza infantil los modos de hacer cochinadas al mismo nivel que el ducharse para quitarse el barro del camino.

Zapatero, como niño enrabietado, se enfada porque se ha olvidado de gobernar España, prepararla para superar la crisis económica, impedir su decadencia y el paro y porque su gran proyecto:"la ideología progresista" se ha demostrado falso, hueco, estéril y repelente.

Hoy sólo le cabe o llorar como un niño su rabieta, o afrontar, como un hombre, su GRAN ERROR de no gobernar para TODOS, y de despreciar a los que no compartimos su modelo ¿ideológico?

frid

miércoles, noviembre 10

Los cristianos, un bien a proteger por el "Buen Gobierno"

Cuando puse este título al artículo me acordé de los primeros apologistas cristianos. Muchos de ellos dirigían alegatos al Emperador y a los Gobernantes para mostrar que el cristiano era, por el hecho de serlo, un buen ciudadano. Cumplía las leyes, no defraudaba los impuestos, cuidaba de los necesitados, rezaba por la salud y el acierto de los gobernantes a su Dios, si bien no rendía culto divino al Emperador.


En aquella época, desde el incendio de Roma, se utilizaba al cristiano como chivo expiatorio ante cualquier desgracia pública, o para eliminarle ante cualquier envidia o competencia entre comerciantes o, incluso, profesores de academia.

Hoy parece que algunos gobernantes, con un laicismo agresivo, intentan o añoran esos tiempos en los que, contra toda justicia, por adorar al Dios verdadero, eras "almuerzo" de León o "pira" para iluminar la noche romana. Su odio a lo católico y su hipócrita búsqueda de "alianzas" con otras civilizaciones despreciando la que creó Europa, es obsesivo y peligroso. Y parece que no razonan, que no escuchan y que nos encontramos como las cartas a Adriano u otros Emperadores, clamando ante sordos y mostrando la senda de la paz a ciegos.


A esas personas no les vale la magnífica labor social de Cáritas,ni de Manos Unidas, ni de las humildes parroquias cristianas, ni tantas y tantas iniciativas sociales surgidas en el calor de la caridad cristiana.


Y, sin embargo, es preciso volver a recordar que los cristianos siguen dando magníficos frutos de santidad, con lo que eso significa: personas que son la imagen de Dios, de Cristo, en la tierra. Y Dios es Amor.


Teresa de Calcuta y sus hermanas son un ejemplo socialmente aceptado, con premio Nobel de la Paz inclusive. Juan Pablo II fue decisivo para que el muro de la exclavitud del comunismo, socialismo real, se resquebrajase.


Pero es que la mera caridad cristiana en los hogares los hace estables, solidarios, escuela de hombres y mujeres trabajadores, leales a su patria, generosos, cuidadores de sus ancianos y enfermos, sensibles al mal de otras familias, propensos a las acciones solidarias y al sacrificio, amigos de la paz. En definitiva: ciudadanos ejemplares que cualquier "buen" gobierno debería querer y apoyar.


Sólo la maldad, los hombres malos, pueden intentar hacer violencia contra esa maravillosa realidad de "verdaderos ciudadanos", sólo la maldad puede intentar socavar los cimientos cristianos de las familias y fomentar en los niños una ideología sensual, hedonista y egoísta. Y eso es el laicismo agresivo, "progresista", que fomenta "nuevos modelos que disuelven el núcleo familiar y crean desamparo y soledad.


Ciertamente lo bueno es "difusivo de suyo", la Verdad es Bella, Atractiva y tiene influencia social. Su misma vida se propaga tanto en los hijos como en nuevos miembros que buscan en ella la paz y el sentido de su vida.


Sólo un laicismo "malicioso" haría como los rastrilladores en el campo de setas: arrancan hongos y micelios y dejan sembrada la esterilidad: destrozan hijos y familias y dejan soledades.


Ante eso clamo como los antiguos apologetas cristianos a los "emperadores progresistas" para que se den cuenta que con su política no hacen política, no cuidan el bien común de la sociedad, sino que destrozan la buena tierra y siembran la sal de la soledad y el odio.


Pero también puedo decir como Gamaniel a los miembros del Sanedrín: "no vaya a ser que estéis dando golpes contra el aguijón" y "estéis yendo contra Dios". Duro es para una criatura, por muy encumbrada que esté, atacar la obra de su Creador.


frid

domingo, noviembre 7

El Papa de todos, el gobierno de pocos

Ninguna sorpresa y mucho consuelo en la visita del Papa a nuestra querida España.

El Papa, Benedicto XVI, alerta del laicismo agresivo que impera en un sector minoritario de nuestra sociedad, advierte que el aire que respira ese laicismo es el previo a la II República que causó tanto dolor y muerte en España. Y, además fue causa de mártires por la fe, que son ciertamente innumerables.

El Papa avisa de los frutos que produce la siembra el odio, y al mismo tiempo avisa de los frutos de una sociedad con Dios. Dios es "Amor", la sociedad que se construye de cara a Él es una sociedad donde la ciencia, la cultura, la técnica y el progreso son armónicos, plenos de la realidad del hombre.

La realidad del hombre es una vida inalienable, con el respeto de su existencia desde la concepción a la muerte natural. La realidad del hombre es plural: es un ser que se desarrolla en familia, en el cariño del hogar. La realidad del hombre es transcendente: llama al Creador y espera su redención en Cristo Jesús.

EL laicismo agresivo, uno de los pilares -por desgracia- del gobierno de Rodríguez Zapatero, ha pretendido dividir España, volver a etiquetar a buenos y malos, experimentar con la vida humana, y crear otras realidades que desestabilizan la familia.

La defensa de una laicidad bien entendida es la defensa de la dignidad humana, de la transcendencia del hombre, de la libertad y de la generación de espacios donde Dios quepa. No es política: es vida, es aire lleno de oxígeno donde viven los seres humanos. El Papa ha clamado para que la cultura de Europa y, en especial, la española, no contamine el aire con un laicismo excluyente.

En Santiago y en Barcelona se ha oído la voz de la paz, de la concordia, pero al mismo tiempo, la denuncia contra la nueva hostilidad, revivida de tiempos ilustrados, contra lo católico, contra lo creyente, contra lo transcendente, contra la familia, contra la vida humana, contra la libertad. La voz del Papa ha llegado a todo auténtico intelectual, a todo auténtico amante de la pluralidad, a todo hombre de buena voluntad.

La denuncia de esa ingeniería social loca, sin demanda social, sin un soporte coherente, y que atenta contra el hombre, su ser y su dignidad, no pudo ser más oportuna.

frid

lunes, octubre 25

La confianza y la política

Hoy nuestros políticos no dan confianza, el Gobierno de España tampoco. El haber tenido un presidente que ha mentido mucho, pero mucho, ha generado el fruto razonable de ese árbol: de él no se fía nadie. Los suyos tienen que llevarlo en el barco porque temen hundirse ya sin él o con él. Y la última remodelación de ministerios ha sido vista en la prensa extranjera como últimos cartuchos de una escopeta sin fuelle.

Los nuevos ministros tienen, según Rubalbaba, la misión de hablar, incluso del ministerio del otro: sólo les queda la palabra. Porque "Presupuestos", dinero a invertir no hay. Nos han arruinado. Y es razonable que nadie confíe en aquel que le ha desvalijado la caja.

No valen caras nuevas si el patrón es el mismo. Pero ¿es el patrón o la ideología la que lleva a la ruina? ¿No será este socialismo experto en gastos, en sectarismos, en ideologías, un sistema inexperto en bienestar, en progreso real, en paz, en libertad?

Si el sistema ha fallado ya dos veces en democracia, no será que es incapaz de prestar servicio a la sociedad. ¿No será la hora de la refundación de otra cosa de sensibilidad social, de búsqueda del bienestar de todos, de fomento de la iniciativa personal? Pero es que eso significa cambiar a los líderes políticos de izquierda para que en vez de hablar de solidaridad, sean realmente solidarios; que en vez de enriquecerse, enriquezcan a los ciudadanos. Y es por eso que no dan confianza: viven bien mientras nosotros cada vez vivimos peor.

Enfrente de ese sistema fracasado hay un partido político al que la izquierda ha intentado eliminar de la vida pública a través de un pacto vigente pero del que no se habla: el pacto de Tinell. La opinión pública manipulada ha generado desconfianza ante la alternativa de relevo. La desinformación ha generado dudas. Pero, las cosas están tan mal que lo que la sociedad percibe es que a pesar de la ola de propaganda, la alternativa debe probarse.

Sin embargo late un problema real de confianza: corrupción hay en todos los lados donde un político se mueve. Se habla de regeneracionismo, de cambio del modelo autonómico, de control del gasto público. Se habla de una nueva actitud ante la política que, curiosamente, es más liberal. Menos política y más sociedad civil. Más búsqueda de la gestión eficiente de los recursos que de la gestión pública. Menos gasto público y más fomento de la actividad económica empresarial. Menos ayudas a elefantes empresariales de los nuevos INI´s autonómicos o municipales y más fomento de empresas que tengan visos de rentabilidad y de devolver la inversión.


La recuperación de la confianza pasa por el cambio de modelo en lo que esperamos de los políticos y, probablemente, en el cambio de "casi" todos los políticos no tanto por una nueva generación (juventud e ilusión) sino por una nueva concepción de servicio público (regeneración moral).

Ese sí que es un gran reto para el gobierno que sustituya al de la ya triste figura de Rodríguez Zapatero.

frid

jueves, octubre 21

Los límites de la vida: no es relativismo, es conveniencia

¿Donde está el límite para respetar una vida humana? Me dio un poco de luz una conversación con un "relativista" racional, de esos que llegan a sus últimas consecuencias. Él comentaba que el valor de la vida era un asunto de opinión: "discrepan autores", luego al final cada uno es libre de pensar en qué momento le da valor a una vida, y en que momento puede echarla por la papelera.

Consecuencia: si eso es así, la sociedad no puede proteger ninguna vida. La única razón de la pena por matar sería de "orden público", para que haya cierta paz social. Nuestra vida sería relativa porque o es universalmente protegida y considerada intocable, o no es protegida en absoluto.

La vida, como valor relativo, está indefensa ante la opinión contraria que podría ser mayoritaria. Ese es el ligero paso para aplicar la "pena de muerte" al ideológicamente contrario, previo a definirlo como "inadaptado", "problema social", y aplicar la "eliminación de un elemento vivo improductivo, hostil, molesto, enfermo, antieconómico, o cualquier definición que les parezca".

Eso sí: no serían hombres a los que eliminasen, como la genial Aído asevera al hablar del aborto, serían "seres vivos pero no humanos" o "no personas humanas" porque la sociedad los descatalogaría como tales en su Derecho Positivo.

Hoy el límite de la vida está marcado por tres egoísmos:

El de la madre que no quiere asumir la consecuencia de su embarazo. Además hay que tener en cuenta el negocio del aborto y la soledad provocada por los propios familiares en caso de no ceder al aborto.

El de los familiares que no quieren asumir el cuidado de un enfermo terminal, de un disminuido psíquico o físico. También el de los Gobernantes que quieren ahorrarse los gastos sociales.

El de la persona que no quiere vivir porque para ella no tiene sentido ni el dolor, ni el fracaso, ni la vergüenza ante una acción innoble.

El Estado es sólo el reflejo de los "límites egoístas" que las personas que lo componen se han trazado.

Y, ojo, no son locos los que definen al "inadaptado" como un problema social que puede ser eliminado: son los "ius-positivistas" o "progresistas" que ya nos encontramos incluso en ¡tertulias de café!

Y es que como ellos mandan no se plantean todavía que otro pueda definirlos a ellos como "inadaptados" y eliminarlos.

No nos extrañe que estos existan: los gulabs y los campos de exterminio son inventos de Occidente.

frid

miércoles, octubre 6

¿Ídolo o Santo?



El ídolo es en realidad un sustituto de Dios, su significado está unido a la "adoración indebida", a dar a otro un culto falso. Sin embargo en nuestra civilización el "ídolo" es un término que la juventud asemeja a alguien estupendo, a un cantante magnífico, a un tipo "guay", a quien se le sigue a ciegas. Probablemente casi todos esos ídolos no soporten un análisis en serio de su personalidad: cantantes drogadictos, directores de cine acusados de peredastria, actores divorciados y vueltos a divorciar, frívolos, eso sí "cautivadores" como los viejos ídolos mostrando una imagen falsa del ser humano, una apariencia que se sustenta en almas desgraciadas.



Pero la sublimación de la modernidad es el "icono", que es un ser humano al que se le ha vaciado de contenido real y se le ha rellenado de mensajes atrayentes. Un ejemplo claro "el Che": sinónimo de libertad y rebeldía, cuando realmente fue un tirano, un hombre de gatillo fácil y uno de los que luchó por la implantación de un régimen comunista, del marxismo tiránico que atenaza todavía a los cubanos y que hizo millones de muertos en Europa, Asia, África y América. Y, sin embargo, el icono significaría "la verdadera faz", una pintura reservada para Cristo y, después para la Virgen y los Santos en la cultura oriental. Un cambio de sentido casi salvaje: de "verdadero" a "falso", de una imagen fiel a otra manipulada.

Entre lo humano es mejor ser "modelo", mostrar con la vida algo que se sabe hacer bien y ponerse como ejemplo a la juventud en ello. Lo ideal: modelo de virtudes vividas con alegría, de laboriosidad que lleva al éxito respetando a los demás hombres. Un triunfador con moral. Hoy los modelos que privan son los que triunfan a cualquier precio y que no les pillan. Pasan a ídolos. Y, si caen, a ídolos caídos.



Pocos podemos ser héroes, porque para que eso pase deben acontecer circunstancias extraordinarias. Un héroe no se hace de la noche a la mañana, pero surge así. Para que no huya como un cobarde ha de ser fuerte, recio, generoso, valiente. Los bomberos que entraron en las Torres Gemelas hicieron un acto heroico, buscaron salvar vidas humanas aunque perdiesen la suya. Teresa de Calcuta fue héroe día a día inmolándose en una vida de servicio a los hombres, a los que nadie quería. Lo hizo de tal modo que buscó también agradar a Dios, vio a Dios en los hombres, y se hizo un "modelo de santidad".



Santo es el héroe cristiano, el modelo cristiano, el que además de vivir una vida de santidad es ejemplar. Además hay millones de santos anónimos, cuya heroicidad diaria no transciende: madres entregadas por sus hijos, aquel hermano que se ofrece a cambio de su otro hermano en un secuestro, los que cuidan enfermos incurables, los que no aceptan un soborno, y tantos otros que día a día construyen un mundo mejor.

Nuestro mundo sobrevive por los santos y por los hombres justos, son lo estable, el referente, los que muestran la altura a la que puede llegar un ser humano. Son los ejemplos que vio Víctor Frankl entre algunos prisioneros de los Campos nazis: cuando no parecía que hubiese nada de humanidad, personas heroicas en esas situaciones límites le devolvieron la fe en el hombre.

Y de la fe en el hombre, criatura, surge más fácil la fe en Dios, Creador, capaz de plasmar del barro de la tierra seres que dan su vida por los otros.

Y, uno de ellos, Cristo, hombre y Dios, que nos mira desde el heroísmo de la Cruz y proponiendo un modelo a seguir sin sombra alguna.



frid

miércoles, septiembre 29

Un mundo relativo, pero una ideología impositiva

En una charla de café comentaba la imposibilidad de construir una sociedad desde el subjetivismo filosófico. Si se niega la capacidad de conocer la verdad, el mundo exterior, y se sostiene que todo son apariencias o que no hay nada real salvo mi propio pensamiento, nos convertimos en unos autistas filosóficos y no tenemos autoridad moral para imponer o proponer nada a nadie.

Sin embargo la realidad es otra: los mismos que sostienen que los sentidos son incapaces de abrirnos al mundo real son los que más imponen ese axioma y de un modo coercitivo.



Ellos, que niegan a los sentidos y a la inteligencia su función propia, los que niegan la realidad de la vaca que ven sus ojos, ni tienen ningún reparo de pedir un "chuletón poco hecho" o un café con "leche del tiempo". A su vaca "relativa" no le sirvió la subjetividad para sobrevivir tranquila paciendo hierba.

Chestertón comentaba que le gustaría escuchar una conversación de esos filósofos con un campesino inglés. Entendía, con razón, que más que filósofos, pensaría que estaba delante de unos locos muy locos.

Esos relativistas con respecto al bien y a la verdad no lo son tanto ante su propio interés y no atesoran dineros imaginarios, sino euros bien reales por los que se afanan, a veces se corrompen y con los que adquieren mansiones de piedra pesada, no de globos de colores. El mundo real se impone cuando les habla de su propio interés, porque en otro caso bien que basta dejar suelta a la imaginación para soñar y soñar en mundos imaginarios.



Su sueño también es de poder, y de poder real, todo muy bien planificado y de acuerdo con otros "soñadores relativistas" que en eso no se equivocan y programan una sociedad en la que su poder sea soberano y perpetuo.

Curioso relativismo que hace la guerra a Dios, a la familia y a la vida humana desde su concepción, así como a la libertad de educación con un empeño, rabia y sectarismo que no tiene nada de "sueño" ni de "video-juego".



Nos venden un sistema filosófico en el que la voluntad construye todo su querer, pero es la voluntad de "ellos", de los progresistas que han pasado de ser el "alma" de la masa social del marxismo a ser la "mente pensante" del Universo. "Chapucean" a Dios, nos esclavizan y hacen infelices, mientras que sus vacas imaginarias surten sus comidas en restaurantes de postín, sus ladrillos de aire forman parte de sus mansiones señoriales y su incierto mundo exterior se conforma con sus leyes inicuas.

frid

jueves, septiembre 23

El Infierno en una charla de café

 
 
 
El otro día, en una conversación sobre un padre de la patria, salió a colación su declaración oficial de ateísmo. Preguntado sobre Dios al final de sus días contestó  algo así como:"espero no encontrármelo" o "no me hace ninguna falta"... ese procer laico falleció, como todo ser humano acaba haciéndolo, es algo inevitable a nuestra condición.
 
Comenté que si ese señor se empeñaba, lo más probable es que "no encontrara a Dios", o más bien que se diese una "desagradable sorpresa" y le tocase toda una eternidad ya sin poder encontrarlo.
 
Mis interlocutores, todos buenísimos, se revelaron en masa: ¡pero si no hay infierno!, luego más sosegados me preguntaron: ¿hay infierno?
 
Yo hice la respuesta gallega: "Dios nos ha creado libres, capaces de amarle y de negarle. Y no violenta nuestra libertad: el que se empeña en no estar con Él, no lo estará", de todos modos mis interlocutores, si hablan de Hitler, a ese sí que le ponen en el Infierno. Yo no sé si estará ahí, méritos hizo. Pero igual que él hay monstruos contra la humanidad que podrían tener tantos deméritos como él: Stalin, Lenin, Mao y tantos otros genocidas.
 
Si creemos en la inmortalidad del alma, o si racionalmente nos adherimos a esa hipótesis bastante bien fundamentada por la razón, el alma en algún lugar debe estar. Y es claro que la soberbia humana del "no necesitar a Dios", parecida al "non serviam" de Lucifer, no va a cambiarse por arte de magia. La capacidad de elegir ya ha acabado y el tiempo de misericordia también. Después de muerto está el tiempo de la justicia.
 
Si alguno no cree en la inmortalidad del alma, puede sostener que no hay ni infierno, ni cielo, ni nada. La razón tiene argumentos sólidos para lo contrario: para la inmortalidad, para la existencia de Dios, para el juicio final según nuestro obrar. Pero ellos son muy libres, así nos hizo Dios, de hacer el acto de fe en negativo.
 
Sin embargo mis interlocutores se decían católicos, lo que da dos supuestos: creen en Dios y creen en el Juicio Final. Por otra parte su cultura humana es grande, no construyen un edificio sin calcularlo, sin garantías, sin estudiar la cimentación. Se documentan. Pero para el tema más importante de su vida se manejan por meras opiniones sensibleras: "Dios es misericordioso, y ¿cómo va a condenar a alguien al Infierno?
 
Nadie niega la misericordia divina, pero si se documentan verán que Cristo, que nos quiso tanto que murió en la cruz por nosotros, habló muchísimas veces del Infierno; que el Credo habla del Juicio final, de buenos y malos; que hay gentes que no quieren a Dios y que obran en contra de sus preceptos y que libremente no se arrepienten.
 
Creo que les conviene, en esos temas, ser al menos tan serios como en el ejercicio de su profesión y aplicar el coeficiente de seguridad: no negar la existencia del Infierno, pues Cristo habla de él, y poner los medios para que ni ellos ni sus amigos puedan estar entre los que han comprobado por propia experiencia su existencia.
 
frid

viernes, septiembre 17

Políticos: que ni se noten

La calidad de un producto hace que éste parezca natural, que no desentone, que cuando se contemple parezca que su lugar, el de siempre, es ese... que ha nacido para estar ahí.



Yo creo que el político debería ser algo así como la sal: da sabor, fomenta la convivencia, impulsa el progreso, pero sólo una mente aguda puede darse cuenta de la cantidad de cosas que hace de modo callado y silencioso.

Sin embargo alguno me dirá que soy un utópico, que el sueño de todo hombre público es tener en la plaza de su pueblo una estatua de bronce donde las palomas posen y dejen sus deposiciones, que se estudie lo que han hecho en los libros de Historia y dejar una huella imborrable de su servicio a la Humanidad. Trabajan para la galería y construyen mundos de papel cartón que, a pesar de sus intentos, no son estables como nada de lo humano.


Político y "conducator" parecen aunarse cuando surge algún iluminado en la arena pública. Y ¿cuántos no son iluminados? O mejor ¿Queda alguno normal que conozca su propia capacidad?

Adquirir el poder y pensar que uno es un ser distinto a los demás, con misión mesiánica y con la obligación de reestructurar la sociedad según sus novedosas ideas es todo uno.

Y, realmente, la política no está hecha para "revolucionar la convivencia" sino para "acompañar el desarrollo de la sociedad". Ocasionalmente hay momentos en los que es preciso intervenir de modo fuerte para evitar una epidemia, resolver una crisis de caballo, enfrentarse a una invasión, resolver el problema del hambre en el país o fuera de él, invertir medios para encontrar la cura del Sida, del paludismo, de la peste. Pero en circunstancias ordinarias, ante una sociedad sana, la actitud "paternal" del político no puede ser paternalista.

La vida sana no necesita al médico, pero va con regularidad a hacerse una revisión. La sociedad sana no necesita que el político se haga omnipresente, sino que esté vigilante para mantener la salud de su pueblo.

Y, ahora, cuando los políticos en vez de facilitarnos la vida intervienen hasta en el modo en el que debemos pensar, es más necesario que nunca recordar que su labor no es la del intruso, ni la del predicador, ni la del educador... sencillamente la del cuidado de la cosa pública, de la armonía de la convivencia y de las condiciones de desarrollo y paz entre su pueblo y con los demás pueblos.


Hoy los políticos sobreactúan y la sociedad, los ciudadanos de a pié, estamos hartos de tanta estulticia, porque si no fuesen tan "marujas" su idiotez y su falta de calidad "actual" no se notarían tanto. Y, pienso, viviríamos mejor porque no se dedicarían a "no dejarnos vivir".

frid

miércoles, septiembre 15

Felicidad, un derecho que se conquista

Curiosamente los políticos prometen aquello que no deben y no así aquello que es su obligación. Nos prometen salud, bienestar, felicidad, placer y no se plantean que su labor no es esa, sino facilitarnos los medios para que, desde nuestra libertad, elijamos lo que nos conduzca a esos objetivos.

El hombre busca ser feliz, pero ese es un estado personal e intransferible, que es fruto de su propia vida. El bienestar y la salud son medios que pueden incluso faltar, la salud se pierde tarde o temprano. El placer es un estadio temporal, nos proporciona a veces momentos de felicidad, siempre euforia, pero se agosta como flor de mayo.

Platón y los clásicos hablaron mucho de felicidad, pero nunca le achacaron al gobernante la obligación de hacernos felices, de hecho eran algo pesimistas sobre nuestra capacidad de ser felices. Los dioses son felices, los hombres pueden alcanzar una sombra de felicidad a base de vivir como los dioses, y no los dioses disolutos paganos, sino el Dios Sumo Bien.

El conocimiento de Dios nos lleva a la felicidad, pues su contemplación, como sumo Bien, Verdad y Belleza, aquieta las ansias de nuestra espiritualidad. Pero realmente el conocimiento humano es limitado y parcial, y esa felicidad está marcada por esa limitación.

Pero ¿conocer es suficiente? También el diablo sabe que Dios existe y tiembla. Contemplar a Dios no es lo mismo que saber que existe, contemplar es amar. Para amar hay que tener cierta semejanza con el amado. Para asemejarse a Dios hay que obrar el bien. Eso nos hace relativamente felices y conocer el estilo divino: la dádiva.



Por eso los clásicos hablan del camino de la felicidad como el camino del hombre virtuoso. ¿Entiende alguien que nuestros políticos nos prometan que seremos felices y al mismo tiempo eliminen del diccionario la virtud y relativicen el bien? Es claro que gente así enseñan otros caminos.

Sólo con la revelación divina, con Dios entre los hombres, esa ansia de felicidad puede ser saciada, y eso porque se cuenta no sólo con nuevas claves, sino también con una especial ayuda de Dios.

Los políticos no pueden sustituir a Dios para hacernos felices, pero, al menos, deben respetar su acción y no poner zancadillas para impedir que conozcamos ese mensaje divino. Es claro que la hostilidad contra el cristianismo es también un empeño en cerrar puertas que llevan al hombre hacia la felicidad, es un modo de gobierno hostil al hombre al tiempo que es hostil a Dios.

Speeman muestra que hay un rumor inmortal sobre Dios y su existencia, pero lo están intentando acallar ya desde hace siglos, desde el infantil argumento de los socialistas rusos: "ahora que has ido al espacio, has visto ahí a Dios... luego no existe", al sutil planteamento Nietzche afirmando que "no nos libraremos de Dios hasta librarnos de la gramática" o bien Bertold Brecht que sostiene en boca de alguno de sus personajes que "él no necesita de Dios para cambiar su modo de obrar", si bien debería decir "necesito que no exista Dios para obrar como lo hago".

Tanto empeño contra la luz de la filosofía clásica que auna nuestra felicidad a la cercanía de Dios nos debe hacer pensar que estamos construyendo sistemas contra la felicidad del ser humano concreto, eso sí, enarbolando banderas de novedades que o nunca se han probado o son remiendos de sistemas que ya han dado sus malos frutos.

Por eso el hombre si quiere ser feliz tendrá que remar en otra dirección, volver a los clásicos, intentar hacerse bueno con el obrar virtuoso, intentar robar un poco de la dicha de los dioses sembrando el bien y procurando aparcar a los obsoletos encantadores de serpiente, colocando en la cúspide social y del gobierno a otros que también sean virtuosos y prudentes, que contemplen la vida y la acompañen, en vez de jugar a experimentos con humanos.

frid

lunes, septiembre 6

Ordenaciones de Sacerdotes en Torreciudad


Este domingo se han ordenado sacerdotes dos agregados del Opus Dei, el gerundense e ingeniero técnico Josep-María Viñolas Esteva, y el mexicano e informático Mario Vera Juárez. La ceremonia corrió a cargo del Prelado del Opus Dei, Monseñor Javier Echevarría y tuvo lugar en el Santuario mariano de Torreciudad.

El Santuario, ubicado en el entorno del Embalse de El Grado, ofrecía un aspecto magnífico, cielo azul, azul del agua, luz y un amanecer algo fresco que hizo muy agradable la acogida.

La Iglesia estaba llena a rebosar de fieles que quisieron arropar con su cariño a los nuevos sacerdotes y estar cerca del Prelado del Opus Dei. El ambiente era familiar y muy acogedor como podían afirmar los familiares de los nuevos sacerdotes.

El Prelado habló en la Homilía de muchos temas, y estarán recogidos en la web del Opus Dei, sin embargo puedo resaltar que habló de unidad y lealtad de los católicos, de amor al Papa Benedicto XVI, de quien trajo la Bendición Apostólica para los nuevos sacerdotes, familiares y asistentes a la ceremonia, de la misión del sacerdote y de la figura de San Josemaría Escrivá, así como del amor a la Virgen, en especial a nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad.

El Prelado interpeló a los presentes para ser otro Cristo, preguntando a cada uno en su corazón: "¿Cunde a tu alrededor el amor de Dios?", ¿donde? ¿en tu trabajo, en tus amistades, en tu hogar?

También habló de la labor del sacerdote, de los sacramentos de la Eucaristía y de la Confesión, pidió que "tratásemos bien a Jesús Sacramentado" y habló de la mayor grandeza del sacerdocio: Dios se abandona en seres humanos para manifestarse, en los sacerdotes.

Después de la Santa Misa, por la tarde, hubo una tertulia de Monseñor Javier Echevarría con los nuevos sacerdotes, sus familiares y los miembros de la Obra y amigos que acudieron, una tertulia que fue prolongación del ambiente de familia del Opus Dei, que se extiende a los cooperadores, familiares y amigos de sus miembros.

En definitiva, una jornada entrañable que deja con hambre para repetirse.

jueves, julio 29

Reflexiones liberales: ¿Qué conciencia?


Un tema clasico del liberalismo es la distinción entre "libertad de conciencia" y "libertad de la conciencia", y está en la raiz de los argumentos que mi amigo C. Lynx utiliza en sus Reflexiones sobre el liberalismo, La distinción es evidente para mí, pero conviene recordarla.

Libertad de conciencia implica que uno debe seguir su propia conciencia y nadie puede obligarle a ir contra ella. Eso justifica la objeción de conciencia. Pero, como bien afirma Benedicto XVI, se exige que se forme la conciencia ya que puede haber una "conciencia culpable", la del que no indaga adecuadamente la verdad de las cosas o su conveniencia.

Por conciencia culpable Hitler pudo interpretar que hacía un bien a la humanidad eliminando una raza humana; por esa misma conciencia culpable los defensores del aborto justifican la eliminación del niño en el seno materno. No tienen razones para ello salvo su "voluntad soberana".

Libertad de la conciencia significa exactamente que es bueno lo que yo defino como bueno: mi conciencia se convierte en norma de moralidad. Eso es exactamente lo que dice Rodríguez Zapatero cuando habla de "mi libertad me hace verdadero", o cuando el progresismo habla de "libertad". Marcelo Pera comenta que ese relativismo es la concepción actual del liberalismo postmoderno, que es sencillamente o progresismo o, incluso, el "socialismo liberal".

Y de ahí se deriva, como no es posible que todos definamos la misma verdad con voluntades diferentes, que se abrogue el Estado el papel de poner orden a esa jaula de grillos y de definir como verdad ya no la voluntad individual, sino la voluntad colectiva a través del Parlamento.

Así, sin un orden moral anterior a la ley, sin la impresión del bien en la conciencia, sin la posiblidad de captarlo en la naturaleza, se llega a la tiranía del Estado y a la imposición de la norma por la mayoría. Y se equipara "norma jurídica" a "bondad ética".

Le comentaba a mi amigo Humberto Vadillo que esa era la razón por la que sin Dios se llega a la tiranía. Con la aceptación del ser criatural, creado con una naturaleza, se parte de esa naturaleza y las leyes que la rigen para instalar en las Constituciones, una defensa de la persona superior e inalienable.

Desde la concepción de criatura cabe decir al Estado que mi vida, mi libertad, mi derecho a formar una familia y a educar a mis hijos, mi derecho a asociarme, son anteriores al Estado y son derechos inalienables e irrenunciables.

frid

miércoles, julio 28

Facebook y el valor de la amistad

 
Facebook, según mi opinión, está pensado para ser una red de amigos, si bien al ser también una red de enlaces da para muchas cosas buenas y muchas trastadas, una de ellas, que denuncia Leona Catalana en su blog, es la red de vigilantes. Y es que en un sistema de libre elección de asociación y de amistad ¿qué pinta que alguien que no es el administrador, o -en su caso- la policía de verdad, juegue a ser policía?
 
Aunque los títulos de las páginas de "vigilantes" sean aparentemente loables, a mí me parecen mal. Ya hay en esa red la posibilidad de denunciar contenidos indecorosos, inmorales o de otro tipo. Porque ¿qué buscamos en facebook, acaso unos organizadores desde fuera que nos digan qué está bien o qué está mal? ¿Necesitamos un Estado dentro de la red social que vigile por nosotros? Además ¿les hemos elegido para que velen por nuestra salud mental o ideológica?
 
En facebook hay abortistas y defensores de la vida... Yo pertenezco a varios grupos que defienden la vida como son "no llamemos aborto al asesinato" o la "red mundial contra el aborto" y no me dedico a pasearme por las páginas que promocionan lo contrario. No me gustan, estoy convencido que hacen un mal a la sociedad, que incitan a un crimen  horrible, que están muy equivocados, pero no les ataco en la red. Respeto y no comparto.
 
De vez en cuando un kamikace abortista desembarca de malos modos en esos foros y a modo de spam acosa con comentarios injuriosos o malignos y se le invita a irse o se le bloquea, ya que eso lo permite facebook.
 
Por otra parte los grupos en facebook pueden restringirse a personas concretas, a gentes con invitación, que no aparezcan en los buscadores... hay una libertad ilimitada porque eso es la red. Y ¿qué pinta en ese sistema una red de vigilantes?
 
Soy liberal, aunque primero persona y luego católico. Como persona comparto la defensa de la vida con mucha gente, como católico defiendo el amor a la Iglesia con otros muchos, como liberal estoy en un grupo más reducido pero extenso que piensa que la libertad es un bien humano y un tesoro cristiano. La libertad es un instrumento que se utiliza con responsabilidad. Y se da cuenta a la legítima autoridad... no a la red de vigilantes.
 
Mi liberalismo está manifiesto en este otro grupo de facebook: "Aragón Liberal" de libre acceso y que va creciendo poco a poco. No se me ocurre que en ese grupo estén amigos míos que están en movimientos pro vida y no son liberales, pero menos aún esos escasos socialistas honrados, o mejor dicho, esa gran base socialista que es cristiana y que no se da cuenta que están en un Club que Rodríguez Zapatero ha hecho anti-religioso; pero cada mochuelo a su olivo. Vive y deja vivir. No crees nunca una red de vigilantes en facebook, no te erijas en el puritano defensor de unos valores que acaban siendo los políticamente correctos, no excluyas a nadie mientras lo que haga no sea un delito. Y, al mismo tiempo, no abras tu casa al ladrón, al vigilante, al degenerado, al idiota, al insensato, al despilfarrador.
 
 
Pues en facebook ¡tu eliges tus amigos! ¡tú eliges tus grupos! y ¡tú eliges el nivel de privacidad que desees!
 
Todo es mejorable, pero la libertad vale más que el riesgo de condenar a un inocente. ¿Y qué autoridad se abrogan los vigilantes?

sábado, julio 17

El negocio del aborto y "Blood Money"



 


Hay un blog, palomitas de maiz, que me ha enlazado en mi perfil de facebook, nada menos que "el hijo de las estrellas", y ahí se anuncia la próxima comercialización de la película "BLood Money" por European Dreams Factory, la misma que ha distribuido en España "La Última Cima"

El aborto tiene éxito por tres motivos:

1.- Porque se ha trivializado el sexo como un apetito más, pero por mucho que coma o beba no quedo embarazado ni embarazo a nadie, ni por oir una buena música ni por practicar un buen deporte o ver una buena película. El placer del sexo está relacionado con la procreación, pero aquí, en la cultura del placer el embarazo es "un accidente"

2.- Para resolver el problema del embarazo surge una industria económicamente fuerte de prevención y de remedio posterior, del mismo cariz que la prostitución, pues es en definitiva manipulación de personas, pero que deriva en algo que es "matar", matar a un ser humano.

3.- Para evitar que veamos esa realidad, la del asesinato de un ser humano, han cambiado el lenguaje y se habla de "ser vivo no humano" (Ilma. Dra. Aído), de que es parte de mi cuerpo (ilustres feministas) y que sobre él decido, que no sufre. Y, si eso no basta, se pretende prohibir ver los efectos del aborto: el feto no es políticamente correcto.

Por eso, como dice ese blog, es importante mostrar la verdadera cara del aborto, que es un crimen y un negocio.

De ahí que recomendemos ver el documental Blood Money. "Traído desde Hollywood por Javier Santamaría, director de documentales, y por la distribuidora European Dreams Factory, se estrenará en otoño en salas españolas (ahora se encuentra en proceso de postproducción) y revelará los grandes secretos económicos que esconden este tipo de negocios.

El documental está protagonizado por Alveda King, sobrina de Martin Luter King, y ella será quien nos muestre la crudeza sobre el drama de los abortos y quiénes son los que están detrás de estas historias, beneficiándose, del modo que sea, a partir del asesinato de inocentes por capricho"

Ver: 'Blood Money' llegará a España en octubre de la mano de European Dreams Factory