martes, diciembre 2

Emocionado con Madre Teresa


He de confesar que cuando veo vida, y sobre todo vida humana... doy gracias a Dios. No me pregunto si saldrá adelante, sé que está ahí, que nos interpela y que es como una estrella que tiene un puesto entre "las estrellas del firmamento". Es un acto de Amor divino. ¿Y quienes somos para borrar de la tierra las obras de Dios?

Por eso, cuando leía el libro de Madre Teresa de Brian Kolodiejchuk, confieso que estaba buscando qué decía la Madre sobre el aborto y, ahí, en las páginas 354 y 355, está recogida su intervención cuando recogió el Premio Nobel de la Paz... y creo que deberían grabarse con fuego en todos los corazones de buena voluntad.

Dice: "Pero pienso que hoy día el más grande destructor de la paz es el aborto, porque es una guerra directa, una matanza directa, un asesinato directo hecho por la misma madre. Y leemos en la Escritura que Dios dice muy claramente: (...) Estamos grabados en la palma de la mano de Dios; ese niño no nacido ha sido grabado en la mano de Dios desde su concepción y está llamado por Dios para amar y ser amado, no sólo ahora en esta vida, sino para siempre. Dios nunca nos puede olvidar"

Y afirma algo que tenía yo muy grabado en mi alma al pensar en el horror del aborto, que el aborto es la puerta de toda violencia, de toda destrucción, de toda trivialización de la vida del "otro". Si el hijo no importa ¿qué importa?

Comenta Madre Teresa: "Porque si una madre puede matar a su propio hijo, ¿quién me impide que yo te mate o que tú me mates? No hay ningún obstáculo (...) Asegurémonos este año de que todo niño sin excepción, nacido o no nacido, sea querido (...) ¿Hemos hecho realmente que los niños sean queridos?"

Un reto en positivo: fomentar que toda vida humana sea querida por sí misma. Esos son los ojos de Dios en la tierra... pero también los ojos de toda persona "realmente" humana.
Su actualidad: unos "progresistas" quieren ahondar en la brecha sobre el reconocimiento de la vida humana para hacer "trivial" el aborto, como "un derecho humano". Esa brecha insensibiliza y generará más violencia y más indefensión, también de los que "ya han nacido".

frid

1 comentario:

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Es evidente; pero esta sociedad opulenta está tan anestesiada que hay que decirlo alto, claro y muchas, muchísimas veces.
Gracias, por tanto, por repetirlo.