jueves, octubre 16

Dios ¿irracional?


En mi anterior artículo afirmaba que la sociedad del siglo XXI era una sociedad profundamente pesimista con respecto la razón. Y ese argumento era válido para la deriva de Occidente, pero ¿Oriente? ¿Se salva del irracionalismo?

Con respecto a Oriente, he de reconocer que al menos en las formas parece profundamente religioso y a la defensiva de una sociedad atea, sin valores, disoluta y disolvente como nos ven, con cierta razón, desde el mundo islámico.

En Oriente hay una "exaltación de lo religioso", pero no de lo cristiano, y más bien hay una persecución de lo católico. Y ¿ese sentimiento religioso es racional?

Benedicto XVI en su Discurso de Ratisbona afirmó con frase de Manuel Paleólogo que "Dios es Amor", que "no puede imponerse la religión a la fuerza", que no se puede forzar la voluntad para creer. Y, concretando el problema de la Constantinopla del siglo XV: "no se puede apelar a la guerra santa para difundir o imponer el Islam".

Hoy no hemos avanzado demasiado con respecto a esos planteamientos de una Europa que apuntaba al "Renacimiento" y un Islam que "no siguió progresando en la esfera intelectual". Y hay una clave: Si la Voluntad de Dios puede imponer "lo inmoral" no hay ninguna razón para que la razón alcance la Sabiduría. Sabio no sería el que ejercita la inteligencia, sino quien obra el "mandato, por muy irracional que sea" de ese Dios irracional.

Benedicto XVI muestra que el mal del "dios irracional" entra en Occidente a través de Dums Scoto y la filosofía que desembocará en la "negación de ese Dios tan absurdo", en la asunción de la exaltación de la voluntad humana, y en la afirmación de un "hombre irracional" ya que podrá ser norma moral suya no el "bien" que no es posible conocer sino "su voluntad soberana".

En el fondo los dos sistemas "irracionales" están generando una tensión creciente en el mundo enfermo. Una sociedad que quiere imponer un sistema que "funcione" a partir del principio de que la razón del hombre no funciona; y otra que ya impone un sistema en el que "la voluntad de Dios" se aplica, por hombres, violentando la voluntad y la libertad humana.

No es de extrañar que entre tanta irracionalidad los enemigos a batir, y eso en determinados países no es ciencia ficción, son los católicos, que son prácticamente los únicos que, al mismo tiempo que creen en Dios, saben que ese Dios ha creado el mundo, "lo ha creado bien" y, por tanto, saben que la razón es un instrumento que ¡funciona! que es capaz de deducir verdades, distinguir el bien del mal y, al mismo tiempo, saber que esa actividad no tendrá fin porque la criatura no puede nunca abarcar en su totalidad la Obra del Creador.

frid

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