jueves, junio 30

Las tareas pendientes de un presidente saliente




En el debate del Estado de la Nación el actual presidente de España, Rodríguez Zapatero, afirmó que no adelantaría las elecciones porque tiene todavía algunas tareas pendientes que acabar. No piensen que son mejorar la economía, son la continuación de su programa de revolución social a través de las leyes sectarias con las que nos ha ido regalando estos ocho años de horror.




En la Historia de España, si hay justicia, se estudiarán los ocho años de Rodríguez Zapatero como los de un Presidente sembrador de discordia, promotor de la ingeniería social, paladín del aborto, la eutanasia, la equiparación de la unión gay al matrimonio, impulsor de la nueva "Formación del Espíritu Nacional Socialista", y generador de conflictos autonómicos con la reintroducción de los violentos en las instituciones vascas, al tiempo que creaba el peor estado económico de España en democracia.





Si salimos de ésta, y eso espero, lo que no se hará en un santiamén sino en muchos años de trabajo y sacrificio, espero que los socialistas se reinventen y preparen para el futuro relevo democrático a personas con formación, verdaderos demócratas, pacíficos y con sentido de Estado para que no vuelvan a venir los derriba-edificios después de una segunda recuperación económica.





Tarea tendrá Rajoy para conseguir recuperar el sentido de solidaridad de los gobiernos autonómicos entre sí y con el conjunto del Estado. La única ventaja que tendrá sobre Rodríguez Zapatero será el apoyo de Europa para las políticas de austeridad y de trabajo, y -lo que no es poco- la menor corrupción política que hay en su partido, porque el EREgate de Andalucía es de juzgado de guardia.





También tendrá una tarea delicada: redefinir las leyes impuestas por los progresistas para que los valores sean más protegidos por la ley que su contrario: la vida, la familia, la libertad educativa. Y, como no, tendrá que armar a la sociedad de criterios para que se vea como un bien social el esfuerzo, el ejercicio de la virtud, la laboriosidad, la veracidad, la prudencia, la justicia... todo aquello que Rodríguez Zapatero ha negado como existentes desde su interesado relativismo ético.





Si los partidos minoritarios tuviesen un mínimo de dignidad, si no fuesen buscando el regate corto manteniendo al cadáver político de Rodríguez Zapatero, la recuperación sería posible, tanto económica como del tejido social deteriorado por el primer presidente que conozco cuyo lema político era resucitar el odio de las dos Españas para, desde el conflicto, mantenerse como árbitro del caos.




Espero que los españoles tomen nota de un modo de hacer política que no debe repetirse y no escuchen cantos de sirena sino que analicen realidades, aunque supongan actualmente sacrificios importantes.





frid

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