¿Ubi libertas? QUIERO SER LIBRE
Ser libre es una necesidad vital del ser humano y cualquier persona normalmente constituida luchará para conservar su autonomía. La privación de libertad física, la cárcel, es precisamente una de las sanciones más rigurosa de que dispone la sociedad para prevenir y corregir determinados delitos.
No obstante, la libertad es un concepto de una amplitud mucho mayor que el de autonomía, tanto que es una de las cualidades fundamentales que nos distingue de los demás seres vivos. Un atributo que, en última instancia, está regulado por nuestra conciencia; que nos hace elegir el bien y desechar el mal, incluso a costa de nuestra vida. Razón por la que rehusamos toda tiranía, en cualquiera de sus formas. Nada ni nadie tiene derecho a imponernos una religión, ideología, sistema o pensamiento.
De todas las relaciones humanas, la más elevada es la que nos une a Dios. Por ello, hemos de respetar las creencias de cada persona, así como sus consecuencias individuales y colectivas. El ejercicio de la libertad de credo es uno de los logros de las civilizaciones que han centrado su interés en la dignidad de la persona y lo que las diferencia en su grado de desarrollo; avances o retrocesos.
Ser libre es lo que me permite optar por el bien conocido, anhelado y encontrado, en la medida de mis posibilidades. Un motivo, más que suficiente, para que me preocupe por saber lo que hay detrás de todo concepto, idea o situación y para que me sienta obligado a buscar la verdad que cada realidad esconde. Otra manera de encontrarme con la divinidad donde radica la Verdad por antonomasia.
Avanzar en este ámbito es responsabilidad de todos y de cada uno de nosotros. Hoy me permitirá, querido amigo, proponerle uno de estos espacios en los que durante años se viene ofreciendo un trabajo serio y continuado para el desarrollo pleno de la persona; me refiero al "Congreso Católicos y Vida Pública" (9ª edición) organizado por el CEU y la Asociación Católica de Propagandistas: "Dios en la vida pública. La propuesta cristiana"; que se celebrará en Madrid del 16 al 18 de noviembre de 2007.
<<Durante tres días, los congresistas tendrán la oportunidad de reflexionar acerca del papel que tiene Dios en la vida pública. El hombre moderno que silencia a Dios, tiene hoy necesidad de oír su voz. Pervive en occidente la vieja idea laicista de reducir a Dios al ámbito de la conciencia privada. Este silencio tiene consecuencias nefastas para toda la sociedad. En particular, la eliminación de un criterio objetivo de verdad y de bien, sustituido por principios relativistas. Como muy bien afirmó el entonces Cardenal Ratzinger "las mayorías pueden ser ciegas o injustas. La historia da buena prueba de ello. (...) con el principio mayoritario queda siempre abierta la cuestión de las bases éticas del derecho, la cuestión de si hay o no algo que no puede convertirse en derecho, es decir, algo que es siempre injusto de por sí, o viceversa, si hay algo que por naturaleza es siempre indiscutible según el derecho, algo que precede a cualquier decisión de la mayoría y que debe ser respetado por ella">>.
Javier Peña Vázquez * Málaga
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