La necesidad de ser persona con criterio en la vida pública. Cultura política y conciencia cristiana, de Ángel Rodríguez Luño.

La necesidad de ser persona con criterio en la vida pública. Cultura política y conciencia cristiana, de Ángel Rodríguez Luño.

 

El relativismo ético está tomando cada vez más carta de "evidencia", debido a la duda generada sobre la capacidad de la razón, una duda que se llama "diálogo", y al interés de los que quieren hacernos nadar en arenas movedizas. El libro de Ángel Rodríguez Luño es un poco de aire fresco y vuelve a la confianza en el ser humano.

 

Título: Cultura política y conciencia cristiana. Ensayos de ética política.

 

Autor: Ángel Rodríguez Luño.

 

Editorial: Rialp, Madrid 2007

 

Este pequeño libro, de menos de 200 páginas, está encaminado a orientar al cristiano en la vida pública, a mostrarle razones para obrar ante los conflictos éticos que surgen hoy en día con gran facilidad, donde las leyes, las propuestas de ley, las obligaciones públicas, la costumbre social, chocan con la ética de las virtudes, con la dignidad de la persona humana y con las convicciones personales y religiosas de cristianos y no cristianos.

 

Recomiendo todo el libro, pero para referirme a la brecha filosófica actual entre "razón y vida" recomiendo los capítulos VII y IX sobre el laicismo y el relativismo ético respectivamente.

 

En mi opinión, la sociedad actual ha aceptado sin debate intelectual serio, sólo con el "yo opino" o "para mí eso es así" el relativismo ético y la desconfianza de que la razón pueda llegar a verdades incuestionables. Y tanto es así que, por dudar, hoy se duda sobre el valor de la vida humana y se ha entregado al Estado la capacidad de decidir lo que es una persona y, por tanto, un ser con derechos y obligaciones, de lo que no es persona y, por tanto, es eliminable. El aborto realmente es un "no querer ver", de hecho los abortistas protestan con rabia ante las prácticas disuasorias de hacer sentir a la madre el niño que lleva dentro mostrando ecografías, y otras técnicas.

 

Pero el relativismo se ha convertido en un "dogma incuestionable", puerta para definir como bueno el sistema en el que la mayoría decide sobre el "bien" e impone esa visión a los "ciudadanos". Y así se está llegando a la "tiranía de la mayoría" y a la violencia contra las conciencias.

 

Lo justo es lo que permite la ley en vez de aquello que hace relación al "débito" natural en las relaciones humanas. Y, curiosamente, aquellos que construyeron la sociedad como un elemento garante de sus derechos y protector, se han encontrado con una Sociedad propietaria, dueña del individuo que depositó en ella su confianza.

 

frid