martes, agosto 12

Creación, determinismo y azar.

Siempre los hombres cometemos dos errores: simplificamos e interpretamos a Dios desde datos mínimos.

En www.aragonliberal.es

Cuando surge el debate sobre evolución y creación surge un debate viciado. Si Dios existe, si es el creador del mundo, cualquier dato que nos abra luces sobre el origen y desarrollo del Universo debe estar conforme a la idea de un Ser Único e Inteligente Creador y Providente.

Pero ¿cómo actúa? Si eso fuese posible de describir, significaría poder penetrar en la mente de Dios y mostrar un creador de pacotilla. Sin embargo sí podemos afirmar que todo lo que existe, de alguna manera, es obra suya.

Si admiramos el desarrollo de un ser vivo desde una semilla o un embrión, nos damos cuenta que ahí, sin que se vean, como una potencialidad de esa primera célula, está todo un ser vivo con toda su complejidad. Hay una finalidad y un desarrollo.

Nada impide que el acto creador sea considerado como la creación de una semilla de enorme potencialidad. Todo determinado en ese origen. ¿O no?

Creo que ese aparente orden que va llevando de lo inferior a lo superior, que va llevando del universo material al de los seres vivos y, dentro de la escala de la vida, de lo menos complejo a lo más complejo, es una muestra de orden y de Plan divino.

Por fe sabemos que el hombre es el culmen de la creación material, que el Universo ha sido hecho para el hombre, que está en el jardín de Edén, que tiene un alma con operaciones espirituales que muestran su inmortalidad. Pero desde la ciencia sólo se llega a un progresivo desarrollo de la vida con escalones intermedios de lo menos complejo a lo más complejo.

Pero, por otra parte, parece que ese desarrollo es "tan poco probable" que se habla de azar como fuente interpretativa.

Para mí el azar no es la mera ignorancia de los fenómenos físicos que padece el hombre y que permite jugar con modelos probabilistas para aproximarnos a fenómenos complejos, como el clima, sino que es algo más. Es cómo abrir el Universo a posibles e indefinidos desarrollos, como si el Universo creado no tuviese determinado un fin único.

En parte eso es así por la libertad humana que puede influir en la creación viva y en el Planeta Tierra, y -por ahora- en poco más, pero en parte debe ser así porque el Creador no se ha atado las manos.

Decía un amigo que en la Creación Dios juega a los dados, otro que lo hace con los dados marcados... quizá nos acerquemos más a la realidad si dijésemos que Dios juega "a veces" a los dados, que otras veces nos deja jugar a nosotros y otras deja bien clara su voluntad. Pero ¿eso, no es intentar entrar en la mente divina más de lo que Él nos ha revelado?

Probablemente cuando hayamos interpretado casi "científicamente" la evolución de las especies, nos embarcaremos en otros retos apasionantes. De hecho, de modo ético a veces y otras contra toda ética, el ser humano está jugando a la "evolución" con experimentos sobre seres vivos y, también con seres humanos.... ¿Intentando ganar tiempo a la ciencia, atajar o generando problemas de los que nos tendremos que arrepentir?

Otro amigo afirma que el ser humano tiene una enfermedad compulsiva: cuando se le ocurre experimentar algo, por muy aberrante que sea... va y lo hace.

Ahora estamos en plena enfermedad de manipulación embrionaria. Nuestra curiosidad ha violentado la ética y ha decidido manipular humanos para interpretar sus claves evolutivas.

frid

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante entrada. Interesante por la complejidad del tema y su importancia. Yo coincido contigo. Dentrás de las formas de vida, de la distribución y naturaleza del universo hay una "intención", digamos, porque todo se corresponde, porque todo tiene un fin. También creo que el azar es parte del mismo proyecto divino. Saludos