lunes, septiembre 1
Los supuestos de la ciencia.
Estos días le hemos dado vueltas un grupo de amigos a algo que debería estar en la base del saber científico, los supuestos de la ciencia. Y, es curioso observar que, mientras sostenemos un relativismo atroz y feroz, somos ciegos ante las posibilidades infinitas de la ciencia humana.
Esto requiere una corrección. Nuestra ciencia, la que para nosotros está superconsiderada, no es tanto la ciencia de la observación, ni siquiera la experimental, sino la ciencia manipuladora, que denominan técnica.
Para la nueva filosofía, el relativismo se sostiene en las fuerzas ciegas del azar y, la técnica es la acción humana en ese azar ciego. ¿Pero es verdad? Pocos fundamentos tienen sus afirmaciones.
La técnica no es mas que la aplicación práctica de un conocimiento científico que ha sido depurada para que no falle, exactamente para eliminar lo más posible el azar en su obrar.
Un avión debería levantar el vuelo siempre, y si explota y causa muertes humanas, se considera un fallo QUE NO DEBE REPETIRSE, y se investiga hasta dar con la razón por la que la técnica falló.
Sin embargo, los que investigan con seres humanos manipulan embriones y vidas humanas a la espera de lo que pase, sin ninguna garantía de sobrevivir. Eso sí que es la aplicación del azar, aunque con método, a la ciencia. Y en lo más sensible, en la vida de los seres humanos más indefensos.
Ese método, anticientífico, se da con bruces con todos los protocolos para investigar fármacos o acciones médicas para curar a los seres humanos. Y es que esas investigaciones parece que están más en manos de los políticos, de los poetas de la realidad, que en manos de los científicos verdaderos, de los investigadores de la realidad.
Los políticos, que quieren hablar de todo y no saben casi de nada, confunden hipótesis, teorías y realidades científicas. Toda hipótesis se basa en datos reales y explica parcialmente un hecho, toda teoría científica plantea la explicación de lo observado con cierta garantía de verdad, una realidad científica es ya una evidencia, si bien de la parcialidad observada. Toda la ciencia se sustenta en la verdad, en su posibilidad de ser conocida, y en la capacidad humana de conocerla, aunque sea por aproximación.
Nuestros políticos confunden los tres planos y cuando una hipótesis es sustituida por otra o una teoría científica es corregida por otra que contempla mejor los fenómenos observados, afirman que eso es una señal de lo relativo de nuestro conocimiento.
Y, ciertamente, los cambios en los sistemas científicos no son porque la verdad se resquebraje, sino porque es conocida de un modo mejor, porque la humanidad ha dado un salto mayor hacia esa Verdad que contiene el mundo.
Hoy la ciencia observa que la realidad no es estática, sino dinámica, que hay teorías como el big-bang o la evolución, que muestran como "un plan en el mundo creado", pero esas teorías no anulan otras leyes universales que serían la base de la mecánica clásica porque, a ese nivel, Newton es aplicable.
Son grados de aproximación a la verdad. Como el considerar la tierra plana para hacer la topografía de una finca o cambiar el suelo de una vivienda, y considerar el grado de curvatura de la tierra para proyectar un canal, o considerar las fuerzas gravitatorias para lanzar un satélite a la órbita terrestre.
Pero tenemos unos políticos que parecen maestros de escuela, prestos a educarnos en su única teoría, la de la no-verdad, la de la nulidad de la inteligencia para conocer la verdad, y la GRAN VERDAD de que ellos son nuestros únicos guías porque ven más ¿en donde si en nada creen?
frid
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