lunes, julio 27

El sistema Zapatero, un sistema en quiebra (1). Educación y socialismo

 
 
 
El verano es una magnífica ocasión para hacer balance y si hablamos de Educación, el balance es del sistema socialista. Sí, este sistema educativo está cargado de una ideología que se ha ido implantando de modo progresivo en la Enseñanza como un gusano en el interior de una manzana. Pasa el tiempo y ya ni siquiera la manzana tiene aspecto rosado y tentador. Se nota claramente el veneno que se la inoculó.
 
Los tres males del sistema educativo, en mi opinión tienen que ver con la autoridad, la uniformidad educativa y la afectividad.
 
Con respecto a la autoridad hay una mala aplicación del sistema democrático. Todos somos iguales pero no todos tenemos el mismo papel ni las mismas responsabilidades. El niño y, después, el adolescente, es un ser humano inmaduro, que se está formando y necesita la guía segura y fuerte de sus padres y educadores.
 
El maestro y el profesor no son un mero busto parlante. Su labor no es sólo informativa. Ellos cooperan con los padres en la labor educativa. Y por tanto reciben de los padres, por delegación, parte de su autoridad.
 
Los padres muchas veces, imbuidos por una "proletarización" del profesorado, ven en ellos un mero servidor público y le niegan la autoridad ante los hijos. Si el hijo saca malas notas, si no se sabe comportar en clase la culpa es del maestro. Pero en contrapartida, en su hogar, los hijos en vez de recibir una educación en valores, han sido dejados al cuidado de la "nodriza televisión" y, más adelante, han recibido la paga para sus botellones y salidas nocturnas, con el único compromiso de que las hijas "no se queden embarazadas". Esos niños, sin educación y sin el ejercicio de la educación paterna son más bien hordas de bárbaros encerrados en las cuatro paredes de las aulas.
 
La depresión y la jubilación anticipada son los frutos inmediatos en los profesores. Su desprestigio social es motivado porque les encargan una tarea "informativa", y les imposibilitan la "educativa".
 
La uniformidad educativa, una estrella del sistema socialista, que tiene pavor a la excelencia, hace que los alumnos más brillantes queden desmotivados sin motivar a los menos brillantes.
 
Los cachorros de los animales, en sus juegos, se preparan para la vida. Los "cachorros humanos" tienen derecho a que se les prepare fomentando en cada uno aquellas cualidades innatas o adquiridas en las que puedan destacar y aportar excelencia al conjunto social. El sistema socialista mata la iniciativa, desinhibe la genialidad aunque sin embargo los hijos de los líderes socialistas suelen ir a caros colegios de pago para perpetuar la "clase dirigente".
 
En contrapartida, todavía hay espacio al heroísmo: esos padres que sacándolo de lo vivo, envían a sus hijos a Colegios privados, muchas veces no subvencionados, incluso perseguidos o discriminados por los "progresistas socialistas", pero son los menos. La uniformidad salarial hace no sólo heroico este proceder sino casi inviable cuando la familia pasa a ser numerosa.
 
El modelo de afectividad que vende la progresía, esa "educación para la ciudadanía" que trivializa el sexo y hace que esa relación sea simplemente un apetito al mismo nivel que el comer o beber, ha dado sus frutos en embarazos de adolescentes, en transmisión del SIDA y otras enfermedades incluso en jóvenes y adolescentes, y en lo más llamativo: la violencia sexual de niños o adolescentes.
 
Ese modelo educativo, que se alimenta con las series televisivas bendecidas por la progresía socialista, ha embrutecido a nuestros niños y es el responsable de esa lamentada violencia infantil.
 
Sin embargo el progresismo querrá atajar esos males con más leyes punitivas y, sobre todo, haciendo incapié en la incapacidad educativa de los padres cuando es el modelo y los contenidos del sistema el que está en quiebra.
 
Es evidente que el sistema progresista de educación es un mal sistema. Y eso es así porque es una ideología antinatural insostenible.
 
frid

2 comentarios:

Sil dijo...

Excelente, no puedo decir mas, estoy totalmente de acuerdo, siempre es mejor echarle la culpa al otro antes de hacernos cargo, una triste realidad que forma parte del ser humano y del sistema mismo.

cartapacio.liberal dijo...

Muchas gracias, Sil