jueves, abril 22

Amor a la Iglesia en tiempos revueltos

 
 
Ultrajado Jesús, mostrado en un lastimero estado, el pueblo, aquellos que le aclamaron como Rey, hoy gritan "tole eum!, crucifige eum!" Sienten vergüenza y no reconocen como Rey a un fracasado. Sin embargo, aquel fracasado removió los cimientos del Imperio. Año 313: Constantino acaba con su edicto con la persecución a los cristianos e instaura un nuevo orden social basado en el cristianismo,
 
Sin embargo esos tiempos no fueron pacíficos. El defensor de la fe murió bautizado arriano y su proceder civil fue el mismo que el de los emperadores anteriores: conspiraciones reales o ficticias, ambiciones y asesinatos de Estado. La Historia está llena de tensiones entre Emperadores, Reyes y Obispos y Papas con poder temporal. Tensiones que en algunos momentos llevaron al arrepentimiento y penitencia pública de reyes que se extralimitaron en sus funciones, otras que llevaron a los altares por mártires de la fe a eclesiásticos o magistrados, extralimitaciones de Papas que eran ambiciosos señores temporales, legados falsificados para afirmar el primado, sistemas filosóficos para justificar el poder absoluto del monarca incluso sobre la custodia de la fe de sus súbditos. Tiempos revueltos en "todos los tiempos".
 
Desde la Revolución Francesa las tensiones cambian de signo, intentan restablecer un mundo al margen de Dios, neo-pagano pero sin dioses, endiosando la razón, más tarde la evolución, el progreso, la masa, la opinión de la mayoría. Esas tensiones al golpear con la Iglesia ya no lo hacen para arrebatarle territorios que no posee, sino para arrebatarle la adhesión de sus hijos. Es el expolio de la inteligencia cristiana. Por eso acierta José Luis Soriano cuando habla de "la desamortización de Zapatero", al margen del planteamiento político, porque se está intentando crear una nueva conciencia consistente en carecer de ella y aceptar como ético lo dictado por el poder parlamentario.
 
 
Cuando la ola llega a la playa, suavemente se amortigua. Cuando golpea contra el muelle se rompe en estruendo y espuma. Se choca contra la roca, se choca contra Petrus, porque él se mantiene y nos mantiene firmes en la fe y es una luz para nuestras conciencias. "Veritas liberabit vos" y "El esplendor de la verdad", dos estilos de lo mismo, una continuidad en el mensaje, una fidelidad a Cristo y al hombre que está detrás del pontificado de Juan Pablo II y de estos cinco años de Benedicto XVI.
 
Vuelve Pilatos a callar mientras atacan al inocente, mientras calumnian para crucificarle, mientras piden su dimisión y algún osado su juicio por crímenes contra la humanidad. El Papa es la primera víctima, el objetivo es el cristianismo. El enemigo es el ladrón del alma, la serpiente antigua que arrebató a Dios a los pobres y les sembró el odio de la lucha de clases; a los burgueses y ricos les sustituyó Dios por el placer de la revolución sexual que ha sido democratizada e incorporada al sistema educativo.
 
¿Quién vigila? ¿Quién llama las cosas por su nombre? ¿Quién defiende la dignidad del hombre y se resiste a que transformemos el cuerpo en "una cosa"?
 
¿Qué mejor dignidad para la corporeidad que saberse "templo del Espíritu Santo"? y ¿qué mayor dignidad para la unión de hombre y mujer que la imagen de la unión de Cristo y su Iglesia?
 
Familia como Iglesia Doméstica es el modelo cristiano; familia como primer núcleo de amor y entrega es el modelo humano. Frente a ellos, la revolución del progresismo, que es cada vez más claramente una revolución sexual, ofrece el "cuerpo" como mero objeto, al ser humano como un individuo aislado e incapaz de amar y a un Estado como tutor y sustituto de padres y hermanos.
 
Estos tiempos son tiempos revueltos ¿pero hay algún tiempo que no lo sea?
 
Vale la pena no perder la perspectiva. Volverá un nuevo "Edicto de Milán" pero, esperemos, sin los errores que consigo trajo.
 
frid

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