martes, mayo 4

2012 un fin del mundo pero no para todos


El otro día vi en vídeo la película 2012 de Roland Emmerich y si bien considero que no sube de la categoría de tebeo, sin embargo me ha dejado pensativo, dándole vueltas al modelo de político que ahí se presenta, porque es bastante fidedigno.

Resumiendo mi apreciación: los políticos ahí son retratados como aquellos que gastan enormes sumas de dinero de nuestros impuestos para construir magníficas naves con las que se salvan ellos, eso sí, también con aquellos que "pueden pagar" sobrefinanciando la operación.

Si uno escucha a nuestros progresistas como Al Gore, o aquellos políticos impregnados de planteamientos ecologistas, dicen lo mismo: "hay que salvar el planeta" y "sobran humanos". Alguno dice, sin que se le caigan los anillos, que el ser humano es la peor plaga del planeta tierra.

Ellos no sobran, ellos se salvan, ellos se reproducen, ellos no son una plaga. Entran todos en el "Arca salvadora", salvo tres excepciones: los gobernantes de tres Estados: Estados Unidos, Italia y El Vaticano.

Nosotros somos prescindibles, el control poblacional es para los pobres, para los países en subdesarrollo. Ahí sólo cabe prepararse para bien morir. Algún ecologista radical afirma que no cejarán hasta reducir la población mundial a 100 millones, en el Arca se salvan 300.000 personas, los elegidos, los "nuevos hombres".

Eso sí ¿cómo construyen el Arca? con mis impuestos, es decir "con mi dinero". Les salvamos a ellos y el único consuelo es oírles el último día de nuestra vida: "ciudadanos, no hay remedio, viene un cataclismo del que no pudimos salvaros, abandonamos el barco porque somos el futuro, porque queremos salvar la humanidad", o lo que es lo mismo pero no dicho: "muchachos, os hemos engañado como chinos, os hemos dejado en la estacada, hemos pensado que no podemos salvaros pero sí salvarnos nosotros, hemos pensado que la Humanidad merece que seamos nosotros los vivos ya que somos los vivales".

Quizá el director de 2012 no se planteaba esta reflexión, pero puede que sí, ya que el "Ecologismo" actual coincide con él en el argumento de selección que late en la elección de los que "deben vivir"

frid

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