jueves, enero 15

La filosofía y la inocencia.

Quisiera entrar en debate, en especial con Javier, por su magnífico artículo sobre la "importancia de la filosofía" y mostrar que no hay sistema filosófico inocente, que tiene una repercusión social de primer orden, como hoy podemos comprobar.
 
 
 
Un viejo debate sobre los sistemas filosóficos muestra cómo, curiosamente, una interpretación de la realidad no es algo inocente. Normalmente se generan modelos de funcionamiento y se intenta aplicar a la sociedad ese modelo.
 
No es la filosofía un sistema meramente teórico, en cuanto da una interpretación de lo real está dando una interpretación de lo que es el hombre, y de lo que son las estructuras que él compone.
 
Porque la observación de lo real, si niega la capacidad del puente entre mi conocimiento y el exterior, si niega que aunque limitado e incompleto, lo que observo incide con un mensaje de verdad en mi conocimiento, me he cerrado sobre mí mismo y he caído en un idealismo que puede tener nefastas consecuencias para los demás y para mí mismo.
 
Romper el puente implica que sólo tengo la seguridad de mi existencia, de que no hay nada externo que pueda subordinar o corregir mi pensamiento a unas verdades superiores o a un respeto a una colectividad que es sólo creación de mi intelecto. En ese caso, yo soy el Absoluto, soy la ley y creo el mundo en mi pensamiento.
 
No puedo decir mas que es un desastre práctico el choque de indivudualidades de ese tipo en el mundo.
 
Pero si ese Absoluto se piensa en "colectivo", es entonces cuando mi "pensamiento" iluminado, intentará conformar a mi voluntad y a mis ideas a todo el cuerpo social, que son una especie de parte de mí. ¿Y quién se consideraría parte de otro? Ahí el materialismo llevaría a que todos querrían ser el Señor, y lleva a la Dictadura totalitaria del materialismo.
 
Si consideramos que el puente existe y es débil... entonces ya hay un "otro"... un sujeto de derechos y de deberes. Y entonces sí hay diálogo, hay intento de ética, de organización social.
 
Si consideramos que el puente existe y, como algo natural, tiende a funcionar bien... estamos en un sistema más seguro y esperanzado. Y, aunque parezca mentira, hay posibilidad de "verdades absolutas" compartidas por todos.
 
En ese caso, cabe un diálogo intelectual y una filosofía abierta a la Verdad y a las verdades, así como compatible con las aproximaciones probables a la verdad y las opiniones. Un sistema abierto para la libertad humano y un sistema seguro para sostener una naturaleza estable, creada por Dios, con un modo natural de ser, conocer, querer y organizarse... como todo ser vivo, con pautas naturales. Y, como ser libre, con pautas elegibles.
 
Por eso Javier Úbeda tiene bastante razón al afirmar "La importancia de la filosofía" en uno de sus artículos recientes.
 
En el ámbito social... una filosofía sincera, buscadora de la verdad, confiada en la capacidad humana de conocer, es una filosofía que plantará cara al totalitarismo y al individualismo, a la dictadura y al egoísmo.
 
Y, como siempre, la posición intermedia entre dos extremos, no es un valle sino una cumbre de conocimiento.
 
 
 
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy interesante este aporte que has hecho, he estado largo rato buscando algo bueno con que deleitarme, espero no te moleste que te agregue a mi espacio para poder seguir tus posteos.
Gracias