jueves, febrero 5

Distribucionismo, ¿intermedio entre capitalismo y socialismo?

 
 
Es claro que los cristianos tenemos una preocupación social natural, no en vano leemos en los Evangelios eso de "lo que hagáis a uno de esos pequeños me lo hacéis a mí" o "venid benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer..:" El Paraíso está ligado a obras solidarias, no sólo al amor a Dios... "amor con frutos".
 
 
Pero también es claro que el único experimento cristiano de socialismo fue un fracaso... y la ruina económica de la Comunidad cristiana de Jerusalén, si bien era una "puesta en común" voluntaria.
 
Desde entonces sólo los religiosos, que por vocación están apartados del mundo, viven una "comunidad de bienes" como testimonio escatológico.
 
No es de extrañar que Chesterton abominara del socialismo... y que afirmase que si un cristiano se hacía socialista acababa dejando de ser cristiano... No se puede forzar lo que es libre. La propiedad privada está intrínsecamente unida a la naturaleza humana. Pero también está unido a esa naturaleza el carácter social y solidario de los hombres. Por eso Chesterton intentó corregir el "capitalismo" con la predicación del "distribucionismo" que también se convirtió en una utopía imposible... si bien justifica la intervención de la Sociedad, a través del Estado, para resolver las lacras sociales de la pobreza y la ignorancia.
 
 
Pero ese modelo que quizá sea el que sostienen muchos "personalistas" choca con que también es natural la generación de grandes fortunas y la concentración de riquezas que permiten un más eficiente desarrollo para todos. Y ya me gustaría que hubiese muchos católicos practicantes entre esas grandes fortunas: harían un gran bien.
 
No podemos negar que el egoísmo y el "mero interés", que son distintos, no generan ni justicia ni paz social. El bien no se deriva del mal. Tampoco generan paz social los impuestos onerosos o injustos. La redistribución de la riqueza del estilo socialista nunca es voluntaria y acaba generando pobreza porque mata el "interés", ahoga la iniciativa y uniformiza... potencia individuos uniformes y desincentiva la pluralidad.
 
Por otra parte la "libertad" en sí no es ni virtud ni vicio... sino un medio, medio necesario y natural, para que "con el interés" y el "recto obrar" se fomente riqueza... personal, de los que trabajan en el proyecto empresarial y de todo el cuerpo social.
 
Ahogar la libertad es matar el progreso. Limitar la libertad o distribuir a la fuerza la propiedad para genera "pequeños burgueses" es un "socialismo moderado" pero socialismo y no es viable en el mundo real.
 
El mundo real no es un mundo justo ni lo será nunca. En el mundo real el individualismo es egoísta y el socialismo es la presión de hacerse con el poder dentro del Partido. En el mundo real la acumulación de riqueza no necesariamente se orienta al bien social. En el mundo real los negocios no siempre se atienen a la palabra dada, a la justicia, al libre mercado.
 
El mundo real requiere "tutelar la libertad y la justicia". No somos ni seremos ángeles.
 
Y si en el mundo real la mayoría de las personas vive perezosamente... la rémora es para todos. Si viven buscando el placer y la inmediatez... esa falta de ética repercutirá en los negocios y en la generación de las fortunas. Si se educa a la gente en el relativismo ético y en el miedo al peso de la ley... los más inteligentes encontrarán el mecanismo para imponer su poder y escaquearse de la ley.
 
La realidad del "hombre caído" exige al sistema social correcciones que no son socialismo sino defensa de la libertad.
 
Pero, incluso dentro de una sociedad sana éticamente, los dones y oportunidades son muy variados. De modo natural habrá pobres y ricos, sanos y enfermos, jóvenes con futuro y gente fracasada... y no somos "individuos aislados" sino "personas agrupadas". Y es deber social procurar atender esas necesidades.
 
Ningún hombre es desechable. Los católicos lo sabemos... "lo que hicisteis a uno de ellos a mí me lo hiciste". Por eso además de la justicia distributiva existe una justicia social que es obligación de los gobernantes.
 
Ahora, arremeter contra la libertad porque han fallado los sistemas de control es errar el tiro. El sistema ha fallado porque la ética y la moral se ha debilitado. Las trampas han sido más sofisticadas y el batacazo ha tardado en llegar pero ha sido más gordo.
 
frid

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuantas contradcicciones se encuentran entre los conceptos utilizados en esta publicacion, libertad, burgueses, ser social, propiedad privada, etc, la verdad es que el hombre necesariamente es un ser social que necesita de un capital para poder desarrollarse con un otro dentro de la sociedad en la que habita no?? mas alla de su credo, a mi entender.
Gracias por tan grata lectura.

cartapacio.liberal dijo...

Parte de las contradicciones se derivan del "desnaturalizar" las palabras... otras de ponerlas en el nivel de relación incorrecto... y otras de contraponerlas.

Somos persona e individuo; ser social y en cuanto persona "incomunicables", únicos e irrepetibles... pero también podemos "comunicarnos", compartir e imitar.

La propiedad es necesaria pero no es absoluta, su subordinación al bien común justifica la expropiación, con el justo precio, para fines de la colectividad: una carretera, una requisa paa distribuir en caso de hambruna, etcétera. Eso sin incorporar un matiz que lo enturbia todo: el mal y el pecado.

El hombre, querido por Dios por sí mismo... es la única criatura que odia la obra de Dios y mata a seres humanos por sus fines particulares, sus egoísmos y sus odios.

Olvidar el mal en la construcción social es un error. Maximizarlo, otro.

Y ahí está la contradicción: somos "seres grises", entreverados de blanco y negro.