viernes, noviembre 3

¿Qué hará Montilla?

Aragón liberal
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Los pactos de Tinell son el telón de fondo del juego de las matemáticas electorales en este momento. ¿Quién tiene más fuerza? ¿la estrategia a nivel nacional o el contentar los instintos de los locales?

Sus compañeros del PSC le llamaron el de la nocilla, nocilla blanda y gelatinosa para el unte de pactos de Rodríguez Zapatero.


La situación es complicada, los muchachos del PSC se hace uno con Iniciativa por Cataluña, debido al radicalismo del socialismo zapateril y dicen que juntos suman más que CiU para tener la iniciativa de formar gobierno. Pero la iniciativa sobre el papel es de CiU, fuerza más votada. Lo que separado se presentó se suma separado hasta la hora de los pactos.


Por esa iniciativa los quereres del PSC son nostálgicos, también de la escuela zapateril, su sueño es reeditar el “frente nazional” para enfrentarse a la derecha nacional, una derecha que en Cataluña sólo puede verse en los que fuman privadamente tabaco con el Presidente Zapatero, en ese reducto donde no se aplican las leyes, en el reducto monclovil. Y es de ese no aplicarse las leyes de donde van a venir los problemas a Montilla. Elegido para perder no ha perdido lo suficiente como para que las conversaciones tabaquiles lleven al inevitable pacto con CiU que sea visto también así por las filas socialistas de Cataluña.


Por otra parte ERC necesita ser el Pepito Grillo nacionalista en la gran coalición de izquierdas. Ahí puede diferenciarse y mantener su voto radical. Al ser su discurso sólo el “somos una nación” no encaja con CiU como no encaja un loro verde con un loro verde. Requiere un contraste para sobrevivir.


Tanto ERC, Iniciativa y PSC parecen llamados a entenderse... pero hay un gran pero, el pero de los cigarrillos. ¿Qué pasaría en unas hipotéticas elecciones que diesen la mayoría a los populares y la bisagra a CiU. ¿Cómo reeditar el pacto de Tinell, el de la exclusión antidemocrática del partido popular?


El PSOE de Madrid querrá invertir en futuros, su futuro para la exclusión de la mitad de España es utilizar una bisagra, la nacionalista. Eso lo apunta ya el ideólogo del PSOE, las editoriales del PAIS, que piden “al menos” moderación al discurso de ERC si quieren reeditar tripartito. Pero un CiU sin cuota de gobierno en Cataluña, ocho años de caminar por el desierto, son muchos años para que después no haga un guiño a los populares y les facilite la gobernabilidad nacional.


El viaje de Rubalcaba, el cocinero de los pactos, a la patata caliente de Cataluña es sintomático. ¿Ha ido para sofronizar a su electorado? ¿para prometer humo a los convergentes? ¿a suministrar tila a los de ezquerra? No aventuremos acontecimientos.

frid

1 comentario:

El Espantapájaros dijo...

Las cartas ya están vueltas sobre la mesa y las posiblidades, contadas y valoradas. De todos modos, están tardando lo suyo en decidirse: deberían anunciar de antemano las posibilidades de pacto. Por más repelencia que me produzca, sigo apostando por Mas como Presidente de la Generalidad, porque la vuelta del Tripartito, creo que ya lo he dicho en otra parte, sería algo grotesco en suma medida (recordemos por qué se adelantaron las elecciones, o mejor, que esa forma de gobierno fue un terrible despropósito). A estas horas, es probable un pacto de CiU con la menguada ERC de Carod. De por medio sigue el Pacto de los Cigarrillos y sus frutos, y está claro que Montilla, por más que se resista, es un inepto que no puede plantar cara a su amo Zapatero y a lo que éste acordó con Mas. De momento, descartada la "sociovergencia".

Un saludo