jueves, marzo 16

Conferencia de Natalia López Moratalla sobre la ley de reproducción asistida

El otro día tuve la suerte de asistir a una conferencia insólita, insólita por el sentido común y amor a la vida que emanaba la ponente: Natalia López Moratalla, catedrática de bioquímica de la Universidad de Navarra.

Razón de la conferencia: "La sinrazón de la ley de reproducción asistida".

Es sorprendente que una ley, emanada de un estado europeo del siglo XXI, se deje llevar de mitos no demostrados como la "clonación humana", algo que no se ha hecho todavía nunca en primates y que tiene detrás un grupo de personas que han manipulado datos, coaccionado a los donantes (en algunos casos), mostrado resultados falsos, reprobados por la comunidad científica por sus mentiras y alabados por los políticos por su "atrevimiento".

También sorprende una ley que facilita la manipulación de un potencial hijo, matando varios por el camino, para sanar a otro: muestran el caso de la curación de una niña por la sangre del cordón umbilical de su hermano probeta... cuando esa misma técnica para ese caso se puede hacer con la sangre de cualquier cordón umbilical sin apenas porcentaje de rechazo, sin riesgo de matar unos para fabricar otros.

Otro motivo de sorpresa: con la necesidad de incrementar el banco de embriones (lo de pre-embriones va de guasa), se ofrece esa técnica a parejas fértiles vendiéndoles la moto de la eugenesia: crearles un niño sano. Conviene saber que el borrador de constitución europea que nos hicieron aprobar estos linces socialistas prohíbe expresamente la utilización eugenésica de las técnicas de reproducción asistida.

En definitiva: unos niños que se fabrican, con un grandísimo porcentaje de niños no implantados, otros muchos que se quedan en el camino y otros, los que nacen, en algunos casos tan "sobados" que es bastante probable que salgan menos sanos que lo que la "eugenesia" pretende.
Y unos progresistas que dejan corto a Orwel y a todos los que nos alertan contra "los mundos felices", que son los menos felices de los mundos.

Federico R. de Rivera

No hay comentarios: