miércoles, marzo 29

Los bienes aragoneses en litigio: un empecinamiento leridano:

El día 28 de marzo, Aragón Espacio Abierto (AESPA), organizó una mesa redonda sobre "Los bienes de la Franja, una propiedad irrenunciable" en el Salón de Actos de la CAI del Paseo Damas nº 11 de Zaragoza.

Los ponentes fueron Don José Mora (Vicario Judicial de la Diócesis de Barbastro-Monzón), Don Enrique Calvera (Delegado de Patrimonio Cultural de Barbastro-Monzón), Don José Luis Bermejo (Profesor titular de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza)

Moderó la mesa redonda Doña María José Cabrera (Jefa de Informativos de COPE-Aragón).

Don José Mora dedicó su intervención a exponer el proceso jurídico para la devolución de los bienes aragoneses de las parroquias que estuvieron bajo la jurisdicción de la Diócesis de Lérida.

Expuso que el origen del litigio está en el reajuste de límites de la Diócesis leridana y la de nueva creación de Barbastro-Monzón como fruto de la agregación a la Diócesis de Barbastro de las parroquias aragonesas que dependían de Lérida, por decreto de 15 de junio de 1995. Ese decreto ajustaba los límites diocesanos a los límites autonómicos e implicaba también el traslado de personas y bienes a la diócesis aragonesa.

Entre los bienes que se reincorporaban a la diócesis de Barbastro-Monzón estaba un determinado número de piezas que se encontraban en depósito en el Obispado de Lérida.

Ante la negativa del Obispo de Lérida de la devolución de los bienes alegando su propiedad, recurre Barbastro-Monzón y se resuelve favorablemente a los intereses aragoneses con resolución que establece que esos bienes estaban a título de depósito, que la propiedad es de las parroquias aragonesas y que debería ser la diócesis catalana la que demuestre lo contrario. La presunción de propiedad caía en Aragón.

Desde entonces ha habido una larga lista de recursos jurídicos, todos ganados por los aragoneses, considerándose la cosa juzgada el 17 de febrero de 2004; quedando sólo el trámite de devolución de los bienes. Y es en este trámite en el que siguen las pegas y dificultades constantes tanto por parte de la diócesis de Lérida como por los estamentos públicos catalanes.

En ese ínterin el Gobierno de Cataluña ha catalogado los bienes y declarado de interés cultural. Lo mismo ha hecho Aragón por más motivo. Según declaraciones políticas, cambiantes, parece que los catalanes han informado que su catalogación no impide el traslado de los bienes a Aragón, sin embargo surge la duda sobre si ¿al final se permitirá que los bienes de Aragón vuelvan a las parroquias aragonesas?

El profesor Bermejo nos mostró que el derecho permite compaginar ambas figuras de protección y permitir que el depósito de los bienes pase a la diócesis titular (la de Barbastro-Monzón) respetando las cláusulas de protección, conservación e integridad que rigen sobre ellos.

Cabe preguntarse ¿porqué los catalanes catalogan bienes aragoneses si van a permitir que vuelvan a Aragón?

Don Enrique Calvera nos describió los bienes en litigio y nos mostró diapositivas de varios de ellos. En resumen: 112 piezas de distinta índole deben volver a Aragón, 11 piezas están en paradero desconocido y 15 son de dudoso origen, por lo que se quedarán en Cataluña.

También expone que hay otras 500 piezas sin catalogar, entre las que, presumiblemente, habrá también piezas aragonesas, si bien el conflicto de los bienes se centró en las obras antes referenciadas.

Conclusión:

Hay esperanza de devolución de los bienes, las sentencias dan siempre la razón a las diócesis aragonesas... pero ante las dificultades de todo tipo que desde Lérida se han puesto para impedir el retorno de los bienes, considero que queda todavía mucho camino por andar, que no hay que dejar de "reblar", y que hay que seguir insistiendo por activa y pasiva para reclamar la devolución de los bienes aragoneses en litigio ya.

Y, en esa tarea debemos contar con toda la sociedad civil aragonesa, además de la presión política ya que la cuestión eclesiástica está ya juzgada y sentenciada a favor de Aragón.

Además queda todavía mucho que trabajar para que vuelva todo lo que tiene que volver.

Federico R. de Rivera

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