martes, octubre 17

Sobre la segunda oportunidad a los etarras. Mi disenso.

image

Ayer, en El Mundo, se recogía una entrevista a Rafael Larreina (EA) que merece toda nuestra atención y un comentario muy crítico, al sentirse "no español" nos abre la puerta a ese subjetivismo de ETA que lleva a matar de modo objetivo seres humanos.

Sobre la segunda oportunidad a los etarras. Mi disenso.



Siempre encontrarás un bobo o un loco que te diga lo que quieras oír. El emperador de Alemania encontró en Ockam un teórico que le ponía el poder absoluto en bandeja; y fue un precedente de Lutero y los príncipes alemanes cuando, bajando la escala, se hicieron tiranos absolutos sobre la conciencia de un pueblo. También fue un intelectual, Nietche, quien sirvió de justificación a Hitler para el exterminio judío; y Marx, de nefasta memoria, para los campos de concentración soviéticos, chinos, vietnamitas, coreanos, cubanos y un largo etcétera de experimentos de paraísos terrenales.



Hoy ha sido Eusko Alkartasuna (EA), a través de su portavoz Rafael Larreina quien ha dado el sustento “independiente” a la ideología del pacto de Rodríguez Zapatero. “Hay que dar una segunda oportunidad a los que han cometido crímenes en defensa de la libertad del país Vasco”. Y ese resquicio es el que se necesitaba para decir que, aunque todos los indicios de arrepentimiento son nulos, el presidente, traicionando la Constitución y el Estado de Derecho diga que hay signos claros de pacificación en el país Vasco. Debe de ser que cuando va por ahí, si va, le retiran y limpian los efectos cada vez más notorios del terrorismo “de baja intensidad”, el de la kale-borroka, que significa nada menos que los etarras eran, son y seguirán siendo los que tienen el control de la calle y, con el miedo, de la vida del país Vasco.



Pero es que la rendija que abre, inconsciente, el diputado Larreina, es sencillamente la que legitimizará la violencia en la lucha política y hará buena la desafortunada frase del loco peneuvista que afirmaba que el “terrorismo es un modo moderno de expresión política”. Con ese discurso se legitimiza el asesinato si el móvil que se tuvo es la “lucha por las libertades”. Afirmación subjetiva que todos los regicidas, magnicidas y demás ralea han sostenido. Es, sencillamente, la justificación del “tiranicidio”; pero de un tiranicidio peculiar, el que define el grupo político interesado.



Con esa frase se está, quizá sin saberlo, legitimizando la aniquilación de las personas, en especial de los que piensan en español y son del partido popular; pero luego vendrán los socialistas españolistas, los peneuvistas cristianos, y así toda una larga relación de cruces en la geografía vasca y española porque unos locos les hayan definido como tiranos.



Y no entro en la necesidad de la justicia en el Estado de derecho que exige considerar con máxima gravedad los atentados contra ese propio Estado, lo que hace esos crímenes mucho más graves que los crímenes pasionales. Y el asesinato por motivos políticos es el más grave de todos; porque si se perdonase ese crimen, todo el Estado estaría amenazado.



No me extraña que los creadores del GAL, organización criminal al servicio del Estado Socialista, tengan la sensibilidad democrática estragada y piensen que los etarras y ellos son iguales. En mi humilde opinión, a ambos les separa sólo un papel de fumar, y ese papel es la mera conveniencia.



Por la libertad, por el derecho a la vida, rechazo enérgicamente las declaraciones vertidas por Rafael Larreina en el periódico El Mundo, por ser, sencillamente, una justificación del crimen político.



Frid

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado amigo:
La frase y els entido que le das nor esponde a lo que yo dije en la entrevista. Textualmetne dije:
"Hay personas que estuvieron en ETA, incluso condenados por delitos gravísimos de sangre, que luego han prestado grandes servicios a la democracia. A todas las personas hay que darles la oportunidad de que puedan ser útiles a la sociedad , y reparar el daño causado luchando por la causa de las libertades".
Precisamente lo que subrayo, o quise subrayar, en mi respuesta a la pregunta de la periodista es que una forma de reparar el daño causado es luchando por las libertades. El luchar por las libertades no se refiere a las acciones terroristas.
Por eso citaba que gentes que en su dia estuvieron en ETA y fueron responsables de delitos gravisismos, despues de abandonar la violencia se integraron en partidos democráticos y prestaron grandes servicios a la causa de las libertades.
Creo que todos debemos hacer une sfuerzo por superar las subjetividades y los prejuicios que nos llevan a encasillar al que no coincide con nosotros en categorías que casi siempre no suelen responder a la realidad.
Para lo que quieras estoy a tu disposición en mi blog
www.larreina.net
Saludos, Rafa Larreina

frid dijo...

He puesto este comentario en el blog de Rafael Larreina, a quien considero que actua de buena fe, él no es terrorista ni apoya la violencia, pero... mi juicio es a sus palabras:
Por supuesto que la frase exacta es la que dijiste, aunque manifiesto mi disenso. Considero que esa frase requiere mi comentario. Ese comentario es una opinión personal con la que juzgo que los delitos más graves son los “políticos”, más aún que los pasionales. El delito político se comete con un inocente, por un prejuicio subjetivo, como los vascos que no os consideráis españoles. Yo soy un español que se considera vasco y no estoy dispuesto a que “mis raices familiares” me las desbanquen los subjetivos independentistas. Me siento, por familia, vasco, navarro, aragonés, madrileño, cántabro, andaluz y español. ¿Esas raices no cuentan? Surgieron del hecho de que España era una y toda la tierra de España es de todos los españoles. Por esa subjetividad, entiendo que no se puede dejar que la justicia incida sobre los delincuentes políticos. Y los que ya están libres por cumplir o remitir penas, a esos, la justicia (esté o no de acuerdo) se les ha aplicado y, aunque salvo que pidan perdón, les dejo vivir pero no me interesan.

Anónimo dijo...

Asesinar a una persona siempre será una injusticia y nunca estará justificado, sea el delito por motivos pasionales, políticos, por necesidades surgidas de la dependencia a la droga o por cualquier otro motivo; si entramos en justificaciones o gradaciones de la injusticia podemos caer en el error de que l fin o el objetivo justifica los medios y creo que estamos de acuerdo en que eso es inadmisible.
Hablas del prejuicio subjetivo de considerarse solo vasco y supongo que admitirás que también es un prejuicio subjetivo considerarse vasco y español. Siempre he defendido que las identidades nacionales son algo muy personal que no se puede imponer por decreto o por ley, sino que hay que respetarlas. A mi me parece muy bien que te sientas vasco y español, es más siempre he defendido que los dos tenemos derecho a ser lo que queramos ser y por eso no somos uno u otro mas o menos vasco que el otro. Solo desde el reconocimiento de ese derecho personal a la propia identidad nacional y el compromiso de respeto se puede avanzar en la resolución del conflicto político de fondo. Hablas de la unidad de España que no deja de ser un concepto moderno (surge con la identificación del estado-nación) o si quieres muy cambiante a lo largo de los siglos. Si miramos en la historia podremos comprobar que Sabino Arana no es el primero que habla de la existencia de la nación vasca, sino que desde mucho tiempo antes se hablaba de la nación vasca (compruébese por ejemplo en libros publicados en 1818 o 1820 por Zamacola o Novia Salcedo).
Y finalmente en la relación de todo lo anterior con los presos o los delincuentes, con independencia del delito cometido o de su motivación, creo que esas subjetividades que tu decías no deben interferir.
En mi opinión la política penitenciaria no debe tener un carácter vindicativo sino que debe estar reorientada a la reinserción, a la recuperación para la sociedad de esa persona que ha delinquido. Por eso creo que una vez que se tenga la seguridad de que esa persona no va a volver a atentar contra la sociedad cometiendo otro delito, debe salir de la cárcel y reintegrarse a la sociedad para contribuir con su vida normalizada al bien común. Y aquí tampoco hago distingos entre los presos de ETA o los denominados presos comunes.
Saludos, Rafa Larreina

frid dijo...

Sólo una parábola: normalmente iba por las calles de mi pueblo a mi casa. De pronto, alguen "subjetivo", comenzó a poner empalizadas en la calle del pueblo y me sentí frustrado como si me hubiesen quitado el pueblo.
La justicia, por su naturaleza, exige reparación (y eso puede uno llamarlo vindicativo; pero la reinserción no devuelve ni el dinero robado ni la vida arrebatada). El perdón es virtud cristiana (pero sin arrepentimiento tampoco Dios perdona).
España la formaron entre otros los vascos y eso es así, sólo desde que un romántico navarro se inventó una patria surgió un tema que ensangrentó España.