martes, abril 29

Decir la verdad es la mejor medicina


Paseando por el monte se puede mirar como de lejos, como un paisaje, la realidad humana, sin sentir esa agobiante cercanía de los problemas. Viene bien para hablar y pensar... para hacer examen y proponerse cambios. Pero para eso es bueno decir las cosas como son... o al menos como nos parece que sean. La verdad es una gran medicina.

Mis amigos están empeñados en cambiar el mundo. Yo también. Pero para ello es preciso analizar lo que pasa y los por qué pasa. Podemos afirmar que la vida humana es intocable, que es el primer derecho. Y estamos de acuerdo. Entonces ¿por qué los políticos que piensan eso mismo no cambian las leyes cuando gobiernan? ¿por qué la lacra del aborto? Miles, millones de seres humanos no llegan a nacer. Se trunca su proyecto sin preguntarles siquiera.

Comodidad y "un seguro" para seguir obrando las cosas malas. Los unos afirman: "no es humano"... no se lo creen, pero lo dicen para confundir ¿a su conciencia? ¿Qué madre embarazada piensa que el fruto del embarazo es una enfermedad o un tumor?

No hay mas que ver los cariños de la madre al niño recién nacido para que suene como falso eso de "con mi cuerpo hago lo que quiero". ¿Ahora ya no es tu cuerpo? ¿ahora que puedes acurrucarlo entre tus brazos? ¿ahora que le das tu tierno pecho?

Sabes que es un ser humano... no lo niegues. Hay otras razones para que se ciegue la razón y se desee no cambiar esa ley asesina.

"Es un error que compromete toda mi vida"... "Es el último recurso por si fallan los preservativos y la píldora"... en una alocada satisfacción de mis apetitos. Es como "un borrón y cuenta nueva".

¿Borrón y cuenta nueva? Los hombres arrastramos nuestra historia no reconocida como una cadena pegajosa. Nunca será cuenta nueva.

Decía la sabiduría popular: "a lo hecho, pecho". Eso es más noble que "a lo hecho... asesinato" aunque lo llames por apaciguar tu conciencia "interrupción voluntaria del embarazo". Eufemismos de mentiras que no engañan a nadie, aunque vistan hacia fuera y aletarguen.

Eres tu historia. Cabe el heroísmo de rectificar, de pedir perdón... de ver la verdad de tu obrar con objetividad. Quizá valga la pena que vayas al monte, andes, andes, andes... dejes que tus ojos se recreen en los bosques frondosos, en los grandes horizontes y así... recuperando la serenidad de tus sentidos... lances aguda tu vista a la verdad.

Es bueno ser valiente. Si quieres cambiar el mundo, si quieres ser de los guerreros de la luz, debes aceptar en tu ser la realidad de tus acciones. Ese es el primer paso para el cambio.

Es un ejercicio sublime de la voluntad: Decir que sí a uno mismo, a su verdad. De ahí podrán surgir verdaderas energías que renueven esta sociedad tan marchita que intenta correr hacia adelante, "progreso lo llaman" sin otra meta que avanzar ¿hacia donde?... a ninguna parte, pues deja como reguero una multitud ingente de hombres y mujeres que han dejado de pensar.

Voluntad recia es aceptar la verdad. Puedes ser uno de esos valientes.

frid



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