Línea editorial de Aragón Liberal.
Seguimos creciendo con el periódico digital, con menos de tres meses de vida, la media de lectores es superior a los 1.000 diarios, con puntas de más de 1.500. Pero esa experiencia nos obliga a recapacitar, rectificar y proponer mejoras para que el periódico siga siendo un espacio abierto de liberalismo político impregnado de humanismo cristiano.
Primero he de disculparme ante los lectores del periódico. Ayer tuvimos el típico problema de crecimiento en toda la red liberal. Las visitas crecen, las colaboraciones aumentan y el flujo de la red exige mejoras y modificaciones, que no pudieron anunciarse al menos con una carta de ajuste mientras se producían las migraciones necesarias desde Lastinfoo.
Añado ahora algunas indicaciones prácticas:
Las líneas del periódico incluyen la defensa del valor de la Constitución como elemento que asegura la convivencia de todos los españoles. Por eso no tienen cabida post anticonstitucionales; otra cosa son las quejas que desde este periódico se vierten sobre la manipulación de la Constitución, las distintas interpretaciones de sus articulados, la defensa de modificaciones parciales y los comentarios de los lectores que pueden ser de todo tipo de tendencias.
Somos españoles sin vergüenza de serlo y defendemos el sistema de autonomías consagrado por la Constitución, si bien creemos que ese sistema debe basarse en la cooperación sincera y no en la política de diferenciación por vía de agravios comparativos.
Somos un periódico aconfesional, si bien en la dirección y redactores hay un grupo de personas que son católicos, como es lo normal en un país como España de mayoría católica, y no disimulan su pertenencia a esa religión que es la de la mayoría de nuestros lectores. Somos respetuosos con la Iglesia Católica en particular y con todas las demás confesiones religiosas y rendimos un cálido homenaje a la figura del Papa anterior (Juan Pablo II) y el actual (Benedicto XVI) porque reconocemos en ellos unos enamorados de la libertad y unos defensores sinceros de todos los hombres, en especial de los más desfavorecidos de la tierra.
Defendemos la vida humana en todos los estadios de su existencia, así como la diferenciación de la unión matrimonial de otro tipo de uniones, si bien somos comprensivos con las personas, no juzgamos a nadie que sea violentado hacia el aborto (que es una desgracia también para la madre); como tampoco juzgamos las tendencias personales de cada uno.
Defendemos todos los ámbitos de libertad del individuo. En ese sentido estamos más cómodos con un sistema en el que tanto la enseñanza, la sanidad y la asistencia social descansen en la iniciativa privada de calidad. Entendemos que el Estado hace ahí una labor subsidiaria, que no sustitutoria de la iniciativa organizada de la sociedad civil.
Como es razonable, defendemos la libertad de mercado y la libertad de asociación. Si bien entendemos que determinadas actividades o por su valor estratégico o por su dificultad en la asunción empresarial no monopolista, exigen una tutela de la Comunidad, es decir del Estado. Es el mal menor para que ese bien exista.
En cuanto a la cultura, estimamos que no existe cultura “oficial”, que se impondrá la cultura española si ella misma tiene calidad. Que estamos abiertos al flujo de cultura internacional y que algo es valioso por su belleza intrínseca, por la verdad que contiene y por la bondad que fomenta en los individuos; que estos no deben ser reeducados sino que ellos solos o en el seno de su familia, o de sus relaciones sociales, son lo suficientemente capaces para elegir y elegir bien.
En cuanto a la libertad de prensa, lo hacemos un pilar fundamental de nuestra existencia, unido a la libertad de expresión, de asociarse y de manifestarse. No parece razonable que desde el Gobierno de España se den órdenes de sancionar a los manifestantes discrepantes con su política. Por eso entendemos que la gravedad de la ingerencia del actual aparato estatal hace más y más necesarios medios digitales como éste.
Estas son las líneas básicas de nuestro periódico y valen para la admisión de colaboraciones en él.
Como colofón, pido disculpas si he eliminado algún comentario por un momento pasional. Sólo se deberían eliminar los comentarios ofensivos a las personas y a sus creencias personales porque este lugar no es el lugar del insulto sino el del debate. Procuraré cada vez ser más delicado en la moderación de comentarios. Pretendemos ser un foro abierto al debate y no anclarnos en opiniones preestablecidas.
Un aviso: cuando el artículo lleva más de un mes en el periódico, los comentarios que se hacen no siempre puedo moderarlos y, a veces, quedan obsoletos.
Otro: está en marcha el proyecto de pasar este periódico a un periódico de secciones, con lo que se logrará que las noticias, en su sección correspondiente, aumenten su periodo de permanencia en primera página. Eso exigirá leer el periódico con pestañas para cada sección y con el habitual “página siguiente” para las noticias que vayan cediendo el sitio a otras más recientes.
Y al ser, este escrito, estilo carta, quiero desde este post agradecer muy de veras a los colaboradores habituales y esporádicos del periódico su contribución al mismo. Se que lo hacéis con la ilusión de sacar adelante un medio de expresión con el que creéis de veras, que lo hacéis como una contribución a hacer más justa y alegre a esta sociedad y que estáis incluso más ilusionados que yo en el proyecto que estamos sacando adelante. Somos lo que sois vosotros, pero tenemos que ser más y más constantes.
Federico Rodríguez de Rivera
1 comentario:
Ojalá todos los proyectos en esta Expaña nuestra tuvieran tan claros sus objetivos y estos fueran tan honestos, sensatos y generadores de concordia y convivencia como el vuestro.
Mucha suerte y seguid así.
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