martes, julio 4

El mal se vuelve contra el mal:

He leído un librito en el que José Ramón Ayllón recoge una selección de textos escritos por Chesterton sobre la mujer y la familia. En ese libro hay un artículo con un consejo de Shakespeare que hace suyo.

Consejo a Macbeth: "No escuches a los espíritus del mal; no dejes que tu ambición te devore; no asesines a ancianos en su lecho; no asesines a las mujeres e hijos de tus enemigos por exigencias de la política; porque si haces estas cosas es muy probable que lo pases muy mal"

Chesterton glosa el texto: "En Macbeth aprendemos la gran equivocación que comete un hombre cuando supone que un acto malo le abrirá camino y le conducirá al éxito (...) Cuando Macbeth se da cuenta de que no hay ningún obstáculo entre él y la corona de Escocia, salvo el cuerpo durmiente de Ducan, piensa que si realiza un solo acto inmoral podrá ser feliz para toda la vida. Pero el efecto del crimen fue desconcertante e insoportable: un solo acto contra la moral introdujo a Macbeth en un ambiente mucho más sofocante que el de la ley moral. Su tragedia nos enseña que nadie debe cometer una inmoralidad con la esperanza de salir beneficiado", o sí...

En mi opinión algunos intentan que el mundo funcione al revés, y corrigiendo a Chesterton y a Shakespeare, dirían hoy: el problema de Macbeth es que intentó matar a uno, a Ducan, si hubiese matado a mil su asunto se hubiese resuelto con una adecuada negociación. No se habría podido escribir su tragedia. O bien, es que dejó vivo a uno por descuido. Ese también fue el error de Bruto, dejando indemne a Marco Antonio.

Cuando el mal se hace a conciencia no se cometen errores.

Ahí está el problema. Macbeth era criminal pero tenía conciencia, una conciencia que derivó en tormenta interior. Había quienes le reclamaron justicia. Hubo rebelión y venganza. Ahora los muertos son título de peso para un diálogo con terroristas, y los terroristas no tienen conciencia.

Y la población española, sumisa y embelesada, no dice nada, cuando quien debiera protegerla premia al que mata y castiga al que se defienda. Vivir para ver.

Yo espero que se cumpla la profecía macbethiana y que, aunque pase el tiempo, los malvados prueben el cáliz amargo de su maldad, aunque ahora brinden con cava el logro de su coacción.

Ref. Gilbert K. Chesterton, “la mujer y la familia”, edición de José R. Ayllón, Styria, Barcelona, 2006

4 comentarios:

Charo Palacios dijo...

Yo creo en la "justicia divina" (que no quiere decir que tenga Dios nada que ver). Cuando uno comete un acto de maldad, tarde o temprano, de un modo u otro, éste vuelve a él y lo castiga. Puede ser ingénuo, pero el daño que uno hace no se queda dónde lo dejó.

Un abrazo.

frid dijo...

Parece ser que Zp está recogiendo el fruto de su maldad. Las piedras cantan que un tal Balbino Saez Olarra, ingeniero electrónico, miembro del comando Txirritia, tuvo bastante que ver con el amaño de los móviles del 11-M. Si tiramos de la manta llegaremos a concluir que también en ese caso Macbecht dejó al hijo de Ducan vivo, y cantó la gallina.

JC dijo...

muy bueno, frid, muy acertado.
pero me pregunto cuánto le queda a 'el mundo' para sobrevivir...
saludos

Anónimo dijo...

Reírse de las víctimas y no pasa nada:


Reírse de las víctimas y no pasa nada, es lo que estamos viendo pasa en España desde hace algunos meses, y es que ¿En qué país del mundo civilizado es posible ver a una pareja que está siendo juzgada por el secuestro y asesinato a sangre fría de un ciudadano riéndose a la cara del tribunal y de los padres de la víctima, haciéndose arrumacos, guiñando el ojo a sus colegas y pasándoselo bien? Eso se da en España, y no pasa nada. Los españoles hemos pasado de la dictadura al ultragarantismo más acomplejado en el que todo se permite. Los jueces se arrugan y los terroristas y delincuentes se crecen. Ante esta situación, un extranjero me comentaba: “Les he explicado a mis amigos lo que hicieron Txapote y su novia con Miguel Ángel Blanco y no podían creer su comportamiento ante los jueces. Yo estoy acostumbrado. Por ejemplo en EEUU sería impensable que Bin Laden se riera de la justicia y de los padres de sus víctimas. Y que un presidente negociara con quien se ríe.” En ningún momento han mostrado signos de arrepentimiento, ni estos ni su brazo político (Batasuna). Desgraciadamente aquí, desde que ZP es preside el Gobierno, todo es posible.

Pedro J. Piqueras