sábado, junio 28

Mis vecinos del AVE.


Ayer venía a Madrid en el AVE de media mañana. Antes de salir, el servicio de atención al cliente instaló una rampa en el vagón en el que iba como simple viajero... y subieron una buena panda de minusválidos.

Venían ellos, algún padre y voluntarios. ¿Habrían venido a Zaragoza a la EXPO? Sería interesante un reportaje de "una jornada en la EXPO sin barreras arquitectónicas".

Cuando uno es más joven, el dolor que siente ante los enfermos es mayor, se es más sensible... pero vencida la reacción natural, la contrarreacción puede ser de generosidad extrema. Los voluntarios eran jóvenes y creo que han aprendido a ver en cada persona a un hermano.

El ambiente era de alegría, con bromas y con mucho respeto. Y mucha delicadeza con los demás viajeros. Uno de ellos aprovechó "para huir" del asunto... y trasladarse a otro asiento. Otros preferimos quedarnos donde nos había tocado y compartir.

Miré a estos chicos y pensé en nuestra sociedad, en el crimen del aborto... del que son casi destinatarios de modo necesario. "No dan la talla del control de calidad de la eugenesia real que existe en muchos test del embarazo". La misma sociedad que pone ese servicio especial de RENFE, esas rampas que rompen las barreras arquitectónicas, esas personas que acuden a ayudar de modo voluntario... genera otros frutos mostruosos.

¿Nadie piensa que una ligera enfermedad cerebral, aunque pasajera, puede afectar su movilidad o más facultades y volverle en situación más delicada que estos jóvenes que nacieron así... y que están cada día superándose?

No valoramos que la "Primera" calidad de vida es la misma vida... y después todo lo demás se nos da por añadidura.

Estoy leyendo una novela que relata la superación de una familia pobre en New York, una familia con valores cristianos, y una familia que es feliz, que los niños son felices, con las pequeñas aventuras que día a día se suscitan... porque están vivos.

Ayer los jóvenes disminuidos tuvieron su aventura... su viaje en el AVE, probablemente habían tenido ayer otra gran aventura, su visita a la EXPO 2008. Valió la pena.

Un amigo también se dedica a otro tipo de disminuidos, es montañero, y quiso subirlos al Kilimanjaro. Quedaron a media altura, pero tuvieron aventura. Valió la pena.

Otro fue con un grupo de ciegos a una cima americana.

Esas personas tienen ilusión en el alma, la transmiten. Viven y vale la pena vivir con ellos la vida.

Los que nos siembran la cultura de muerte porque "me falla un dedo"... o algo más serio... nos engañan. Reducen al hombre a un mero animal de granja que al mínimo fallo le están diciendo que se marche, que nos haga un bien a todos, que se mate.

No es broma. Detrás de la eugenesia, del diagnóstico prenatal como "medida de calidad", de la eutanasia no hay mas que egoísmo y deseos de no ver la realidad humana.

Almas limpias, almas alegres... vida... en los jóvenes que subieron en el AVE con ayuda.

Almas taradas, enfermas, tristes... en los políticos que nos venden como progreso la cultura de muerte.

Yo elijo tener a los enfermos "como compañía".

Frid

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