jueves, enero 12

Cómo debe negociar el Señor Iglesias

Es loable que el Señor Iglesias esté de acuerdo con los señores del PP de Valencia y Baleares para defender los bienes comunes de la Corona de Aragón, en concreto nuestro archivo de tanta entidad e importancia.

Lo curioso es que haya dicho que tendrá que recurrir a los tribunales, cuando parece que debería tener peso político para negociar directamente con su correligionario de Cataluña, o bien buscar el arbitrio favorable de nuestro Presidente de Gobierno. Y lo digo porque parece que algunos tienen alergia al contacto con las personas del PP, como si de la gripe aviar se tratase; y con ellos no se sientan a negociar aunque el sentido común lo pidiese a gritos.

Y digo que es curioso, no porque el acuerdo sea de todo punto deseable, sino porque muestra el escaso peso político del Presidente de la Comunidad aragonesa para pactar directamente con su jefe de filas y llegar a acuerdos de verdad, que beneficien a Aragón sin componendas.

Es manifiesto que tenemos, sin pretenderlo, varios conflictos abiertos y mal resueltos con Cataluña como son los bienes de la Franja, que tienen una sentencia firme de devolución y, sin embargo, pactamos que al menos la mitad estén siempre en Cataluña y nos vayan prestando el resto para que los veamos.

También perdemos el archivo de la Corona de Aragón (patrimonio común aragonés, valenciano, mallorquín y catalán), que pasa a ser patrimonio exclusivo de la nación catalana.

Queda la duda de si España sólo se gobierna desde Cataluña y todos los demás barones socialistas son tan cero a la izquierda, como lo es el PP para la mentalidad de partido por la mitad de nuestro Presidente de Gobierno. Y digo lo de partido por la mitad porque primero se quitó de encima la mitad de España a la que dice que no representa (los parias que votaron PP), y ahora se quita la mitad de la mitad, los que no tienen número suficiente de votos, que es lo mismo de poder, para influir sobre la política de su propio partido.

De hecho esas acciones de nuestro presidente parecen hechas de cara a la galería, para tranquilizar a sus votantes con un "mirad que me muevo", al estilo del "vamos a hacer" o "haremos". Promesas e intenciones muy lejos de las realidades que pedimos a un buen gobierno.

Federico R. de Rivera