lunes, enero 23

¿El Estatuto de la insolidaridad?

Nos desayunamos el domingo pasado con un acuerdo de Zapatero y Artur Mas sobre el proyecto de Estatuto para Cataluña. Es preciso analizar, a través de sus declaraciones, dos cuestiones de interés.

Zapatero deja a un lado a sus socios de gobierno para pactar con el segundo partido más votado en Cataluña. Buen mensaje pero unidireccional. Mientras mantiene el pacto de aislamiento del PP, el partido más votado después del PSOE en España, y por un margen muy discreto. Una vez más la táctica sustituye a la lógica, la oportunidad a la fuerza de los argumentos.

Los nacionalistas catalanes de CiU afirman que es este un paso hacia la reforma estatutaria de acuerdo con el texto presentado, ha sido sólo un movimiento de ajedrez. Acepto lo que me dan pero no renuncio a nada. No ha habido de hecho mas que un pacto: "retrasar el conflicto", o bien, "declarar una tregua".

Razón del pacto: los millones de euros que van en una sola dirección, nada menos que los 2.600 a 3.000 millones de euros de regalo; se abre el paso a una agencia tributaria catalana, hacen un reparto único de los tributos de todos los españoles, se eximen del marco general autonómico para la financiación de las CC.AA., y se le ceden los puertos y aeropuertos de interés general. Claramente se remarca el carácter diferente de esa tierra.

Algo bueno tiene el pacto si se frena la inmersión lingüística de esa Comunidad y se establece el derecho y obligación de los catalanes de conocer también la general del estado al que pertenecen, lo que les conviene por un sentido práctico de la vida: los catalanes podrán trabajar en toda España, el resto tendrán que aprender catalán para trabajar en Cataluña.

Espero que, a partir de mañana, publiquen también La Vanguardia en catalán.

Federico R. de Rivera

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