martes, junio 6

Carta abierta de Mona Lisa a Dan Brown

Estimado señor Brown, yo madonna Elisa Gherardini, muy a mi pesar, he tenido que salir de mi plácida vida en el paraíso para defender mi fama terrena. Y no es que lo necesite realmente, porque aquí soy muy feliz con el mio caro Francesco y muchas personas más, entre ellas la Benedetta María de Magdala.

Verá, ha llegado a mis oídos por uno de esos angelotes que están de recaderos del cielo que ha alterado mi nombre buscando una clave exotérica y extraña, llamándome nada menos que Amon-Isis. No sabe las risotadas que ha producido en mi muy caro, el marqués de Giocondo, lo que me ha puesto algo colorada y, sólo momentáneamente, me ha quitado la sonrisa.

Mire, como ferviente católica contraje matrimonio con el signore Francesco di Bartolommeo di Zadoni, las malas lenguas dicen que a los treinta años, lo que niego rotundamente.

Tuvimos la suerte de conversar con Leonardo, conocido artista y sabio, que era originario de Vinci y decidió hacerme un retrato, pero ya sabe le gustó el cuadro y, entre que tuvo que exiliarse a Francia, acabó ese cuadro en manos del rey de Francia.

Le puedo asegurar que el bueno de Leonardo era más bien calvo que se preciaba de trabajar para los grandes, entre ellos importantes eclesiásticos con los que gozó de buena amistad. Y que pintó un cuadro para el Refectorio del Monasterio dominico de Santa maría delle Grazie de Milán en el que representa a Cristo en el momento que anuncia a los doce que uno de ellos le traicionará. Está ahí con trece copas, no con doce como usted dice y con San Juan jovencito como dice la tradición.

Pero a mí preocupa es la credibilidad de usted como historiador del arte. Sé que hasta ahora la autoridad de Giorgio Vasari era suficiente para entender que Mona Lisa es una abreviatura de madonna Elisa, que es como cariñosamente me llama en su obra.

Pero es que me imagino, por un momento el asunto de Amon e Isis y me tiemblan las carnes de pensar que alguien me mezcle con esos cultos primitivos a criaturas materiales, y más a las orgiásticas ceremonias en las que usted se introduce. Yo procuré ser una buena esposa de mi buen Francesco y protesto enérgicamente de sus soeces mentiras.

Sin embargo hay algo que agradezco muy de veras, y es que gracias a usted hay mucha gente que se pregunta, no la verdad de su libro, que es nula, sino la verdad de las historias que usted no cuenta. Al menos muchos historiadores del arte, al ver las evidentes mentiras que usted cuenta, den por descontado que el mundo real es justo al revés de lo que usted dice tanto en lo referente a la historia como a la doctrina de la Iglesia.

Espero que, por su propio bien, rectifique a ver si, aunque colorado de vergüenza, llegamos a conocernos en el paraíso cuando se arrepienta y repare las mentiras que usted suelta.

5 comentarios:

Apolo dijo...

Genial, frid.

Efectivamente el tiro le sale por la culata y la gente está viendo que de tanta mentira no se saca nada limpio y por lo tanto la realidad es la contraria.

Anónimo dijo...

Bueno

Anónimo dijo...

Muy bueno. Me gustaria estar "inspirado" tarde-noche para en esa linea hacer un comentario.

gata dijo...

Magnífico.

frid dijo...

Muchas gracias, gata... alguna vez sale algo y me anima que te haya divertido.