Por: Federico Rodríguez
Este jueves tuvimos un café liberal más, esta vez Isidoro presentó al Doctor Ingeniero Industrial Antonio Pérez Casañ, un experto ingeniero ferroviario que quiso darnos algunas luces sobre el problema de la movilidad en Zaragoza.
Café Liberal con Antonio Pérez Casañ. La movilidad de Zaragoza a debate. En un preámbulo histórico nos expuso que las soluciones novedosas del transporte surgen cuando hay un problema de movilidad de masas. En Londres, inventada la máquina de vapor, con unos 700.000 habitantes, se pretende resolver el problema de acceso al centro de la City. Se crea una compañía metropolitana y hacen el "tubo", un tren subterráneo de vapor que horada Londres y resuelve el problema. El vapor que generan las máquinas se disipa con grandes chimeneas desde esos túneles. Posteriormente se inventa el motor eléctico y la locomotora del "metro" pasa a ser eléctica. Es un tren subterraneo que comenzó su singladura en 1863. Madrid con 800.000 habitantes crea su Metro en 1919; Barcelona con 700.000 habitantes resuelve su problema en 1924. Desde entonces las líneas de Metro no han dejado de crecer. Por superficie se generó el sistema tranviario, "tren-vía" que dejó paso al trolebús y que compite con desventaja en cuanto a movilidad con las redes de autobuses, taxis y vehículos privados. Por eso se desmantelan los tranvías en los años sesenta. Es necesario llegar a los años 90 para que el Metro se proyecte y construya en otras ciudades españolas: Bilbao en 1995 y sigue creciendo su red subterránea; Valencia, Sevilla, Málaga. Los Metros han resuelto todos los problemas estructurales que podríamos encontrar en Zaragoza: han pasado por debajo del Canal de la Mancha, del Nervión, del Támesis, del Moscova... Han pasado por cotas de 45 metros debajo de la superficie. Una movilidad sostenible podría pasar por reservar la superficie al peatón y su trabajo... y el subterraneo para los grandes desplazamientos. Sostiene Antonio Pérez Casañ que los dos sistemas en debate podrían subsistir, cada uno con su espacio propio. En la ciudad consolidada el Metro sería la mejor solución, en la ciudad en expansión podría salir a la superficie como si fuese un tranvía. Ejemplo de Tranvía moderno: el tranvía de Parla que hace un recorrido circular y enlaza con estaciones de trenes de cercanías, de metro y autobuses. Con un solo tipo de billete eliges el modo de desplazamiento. Con respecto a la tipología del vehículo, prácticamente hoy en día se hacen a la carta, el "tranvía" que expusieron en Zaragoza es también un "vehículo de metro". Antonio nos expuso problemas y ventajas de cada sistema de transporte como la frenada y soluciones al descarrilamiento del tranvía, los espacios urbanos que uno ocupa y otro libera, los precios más económicos de km construido en la solución tranviaria, pero también la estabilidad de la inversión del tren subterraneo. Desde el punto de vista ecológico incluso el eutobús de hidrógeno o de bioetanol presenta avances y ventajas a considerar. En el coloquio, Adolfo Herrera preguntó las razones y los intereses para una solución u otra, manifestó algo que a los ahí presentes nos parece de sentido común: el metro en la zona consolidada es buena solución; también recordó que hay que pensar en construir el área metropolitana de Zaragoza y eso pasa por un sistema que vaya en superficie fuera del núcleo urbano pero que luego se entierre al llegar y atravesar Zaragoza. Se comentan los potenciales de viajeros de las conurbanizaciones en expansión de Zaragoza y núcleos próximos, de los polígonos industriales, de la repetición de estudios realizados por el Gobierno de Aragón, siempre con consultores del mismo modo de pensar. También se habló de que "algunos quieren jugar a los trenes" con los Zaragozanos a base de meter el tranvía en el casco histórico, nos echarán de la calle. Hubo un recuerdo al empecinamiento de los concejales de la CHA cuando gobernaban con Belloch. Y se acabó la tertulia sin poder terminar la multitud de preguntas que se suscitaron. frid
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