Emotivo recuerdo. 11-D y la casa cuartel de la Guardia Civil

Cartas y Artículos . 12.12.2007. Hacía frío en la plaza de la Avenida de Navarra, un frío que entraba muy hondo, que era reacio a dejarse eliminar por el calor humano de los ahí congregados. Y es que los tiempos de recuerdo son hoy tiempos contra corriente. Se clama justicia y se exige que el olvido no llegue a las instituciones gubernamentales.

 

Por: Federico Rodríguez

---

Ahí saludamos a José Marco y luego nos retiramos a un discreto rincón para seguir el desarrollo del caluroso recuerdo a las víctimas del terror, víctimas que "tal día como hoy" se fueron produciendo en distintos años en Zaragoza, Madrid, y otros lugares de la geografía española... y apenas hace diez días en Francia dos jóvenes dieron su vida por España.

El recuerdo de las víctimas es un llamamiento a la Justicia. Murieron sirviendo en un Estado de derecho, pero es que otros murieron viviendo en él, siquiera empezada la vida. Niños en el seno de la madre, madres, hijos pequeños... víctimas blancas. Y ¿Quién hay que ante esa personas les pueda decir a la cara que está negociando con los que les mataron?

Nuestras víctimas de ese día: "El 11 de diciembre de 1987 la banda terrorista ETA colocó un coche bomba en la Casa Cuartel de la Guardia Civil de la avenida Cataluña de Zaragoza, atentado en el que perdieron la vida las gemelas Miriam y Esther Barrera Alcaraz (4 años), Silvia Ballarín (7), Silvia Pino (7) y Rocío Capilla (13). También murieron los guardias civiles José Pino Arriero, José Ignacio Ballarín Cazaña y Emilio Capilla Tocado y los civiles Pedro Alcaraz, de 17 años, y María del Carmen Fernández y Pilar Franco, amas de casa que, además, estaban embarazadas" (EFE).

Al acto asistieron representantes de partidos políticos, de asociaciones cívicas, de la Guardia Civil, del Gobierno de Aragón, de la delegación de Gobierno... pero quizá faltaron cabezas, cabezas realmente comprometidas para acabar con ETA. Lo protocolario estuvo discreto, el acompañamiento estuvo falto.

Momento emocionante la carta de una víctima del atentado a sus seres queridos que sólo le escucharán desde el cielo, ofrenda de ramos de flores y de una rosa blanca por cada persona fallecida. Rosas que no son de la vergüenza sino de la defensa de las libertades.

Después del acto, a las 20:00, en el Pilar, se celebró una Misa por las víctimas. Es también el apoyo y la oración de los cristianos. Es el acompañamiento ahí donde los inocentes y los justos tienen su morada.