De La Razón
Por: Federico Rodríguez
Curioso eslogan elegido para atacar a los que defienden la vida del no nacido: "vuestro derecho a la vida es pecado machista".
Curioso eslogan elegido para atacar a los que defienden la vida del no nacido: "vuestro derecho a la vida es pecado machista". El materialismo condenando un acto material... se entiende que se condena la procreación porque siempre "por ahora" interviene un varón. Ver La Razón del 19/02/08 Las feministas de la pancarta no sólo son abortistas, son "hominicidas". No saben de amor humano, son maniqueas, esclavizadas en un cuerpo de mujer del que pretenden liberarse. Es el amargor de la criatura que se rebela contra Dios que es su creador, y el creador de la vida... y se hace materialista y atea. Pero no deja de ser mortal y creada. Su misma vida es una referencia a un origen. Es el amargor de la mujer que quiere revelarse de su papel de criatura y no tener la marca de su distinción natural... y se rebela contra la complementariedad con el varón, contra su papel de hija, esposa y madre. Es el amargor del ser humano que quiere revelarse contra sí mismo... y quiere ser autosuficiente, dueño absoluto de su destino, poder eliminar y borrar las consecuencias de su obrar, la concepción ya producida, la conciencia de culpa de lo que no supo evitar. Es el amargor de quien no es capaz de ver el amor humano en positivo, como acto abierto a la vida, como donación de dos hacia el futuro. Es el amargor de quien no es capaz de amar a su propio hijo por miedo a volver a ser humano. Y ese rencor, alimentado por los eslóganes que les adueñan de su propio cuerpo y del ajeno, que les hacen creer que son lo que deciden al margen del punto difierencial de partida, que les hacen creer que progresamos a un mundo en el que la procreación no será una carga sino una tarea del Estado... hace que los "pro muerte" sean unos pobres enfermos, desorientados, tristes y manipulables. Yo comprendo su problema, no se aceptan... querrían ser superman o superwoman... y no saben que cada ser humano es único e irrepetible, amado por Dios por ser él mismo, insustituible en el afecto de sus padres, hijos, marido y hermano. Dejen la escalada del odio y de la muerte... el amargor de una vida vacía y vayan a una vida de amor, de entrega y de vida... y al resultado de una vida entera. La vida vale la pena... siempre. No, no es el fruto del pecado machista... es el fruto del amor humano, del afecto limpio... y si no hubiese sido así... el dejarles vivir hace comenzar un nuevo amor humano y un nuevo afecto puro y sencillo. frid
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