Reflexiones liberales: Lo social una necesidad libremente asumida.
Mis amigos liberales venden la bondad del sistema económico liberal y tienen razón, es un sistema en el que el equilibrio de mercado se alcanza de modo natural. Lo mejor, lo más barato, lo más eficiente, en definitiva, lo que mejor se adecua a las necesidades del cliente suele triunfar en el mercado. Y esa persona se enriquece, pero también atiende las necesidades de las personas que le compran el producto. Hay un beneficio mutuo, hay una relación entre personas, hay un vínculo social libremente asumido.
Y es que el hombre es "un ser en relación". La libertad le pone continuamente en relación con otros seres. Sin ser obligado por nadie se ve llamado a formar un hogar, a entregarse, a amar a su mujer, a sacrificarse por sus hijos, a hacer de retén voluntario en la cuadrilla de bomberos del pueblo, a donar sangre, a dedicar parte de su tiempo a atender a sus padres mayores, o a los enfermos de un Hospital. La relación con el otro surge de modo natural en el ser humano y su aceptación es un vínculo social libremente asumido.
Solo los libertarios no tienen raíces "teóricas", porque tienen compañera, hijos, colegas, movidas,... otros nombres para entablar relaciones "libremente asumidas" que vinculan. No mola traicionar a un colega, ni mola dejar que pase ese mal momento sola esa compañera, ni ver el partido del Zaragoza sin la peña.
No digo nada de los socialistas y comunistas, porque esos han atrofiado tanto la función social del hombre que habría que hablarles de la "intimidad como una necesidad libremente asumida", si bien para algunos esa intimidad les genere un profundo ruido: el ruido de la conciencia.
Pero para los seres normalmente constituidos libertad e intimidad son dos partes de la misma moneda. La cara mira a los otros: genera negocio, amor, solidaridad, compromiso. La cruz mira hacia dentro y encuentra la conciencia generando pautas éticas del obrar, prioridades en la acción, relación de intimidad con Dios, goce y placer, dolor y angustia. En definitiva la "cruz" es deseada por una persona liberal porque ahí encuentra su Yo personal, aquel que se relaciona pero que también mejora o empeora. Pero esa "cruz" no es deseada por un socialista porque en su Yo personal encuentra su propia conciencia, el concepto de bien y de mal y a Dios que le interpela y le recuerda su ser de criatura.
Por eso lo liberal está en equilibrio entre lo "imposible" del libertario y lo "peligroso e imposible a largo plazo" del socialista. Uno no puede vivir aunque quiera un minuto sin estar en relación con un ser humano. Pero puede acallar su individualidad sintiéndose parte de un proyecto colectivo.
De ahí que el peligro real sea el socialismo real: ilusiona sentirse más, y ya que uno es uno con todas sus miserias, se diluye en el muchos con todas sus cegueras. Para el libertario la solución es dejar que viva, con la propia vida uno se enreda en relaciones deseadas... y luego que abra los ojos y se verá atado.
frid
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Interesante reflexión.
Un saludo.
Publicar un comentario