miércoles, abril 26

Un dislate en derecho:

Diego López Garrido afirma que se ha exagerado la propuesta socialista del proyecto Gran Simio, que lo que ellos avanzan es en la ampliación de derechos, defendiendo a los grandes monos de la esclavitud, de la tortura, de la cárcel y, probablemente de todo tipo de violación de los derechos humanos.

Su afirmación se basa en una tesis asumida por la Izquierda progresista... elevar la dignidad de los simios, que no hace mal alguno, y de paso... evitar la extinción de la vida sobre la tierra.

Estas afirmaciones tienen mucho enganche en el ignorante mundo, pero no en el mundo civilizado... porque los animales y demás seres vivos, no humanos, tienen en el derecho figuras de protección, catálogos de especies en peligro de extinción, de especies amenazadas, de plagas (si fuese el caso), o cualquier otra figura en la que el hombre hace un acto de ordenación del universo material.

Por otra parte, la figura que se pretende adoptar afecta a la soberanía de otros países, donde hay simios... ya que no se menciona ni de pasada la ya extinta mona de Gibraltar.

Y si se trata de proteger un bien de otro país... y digo un bien, no una persona, pues, que se adopte un acuerdo de colaboración internacional para llevar a cabo un plan de recuperación de las especies animales amenazadas.

Todo lo que exceda de ahí sólo tiene una finalidad... definir una situación difusa entre personas y animales con la que sufre la parte humana, se nos monifica, pro decirlo de algún modo... salimos perdiendo porque la ficción jurídica se basa en una gran mentira... en equiparar unos animales a los hombres... camino vamos a imponer desde el Estado el ser vegetariano.

Federico R. de Rivera

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