domingo, agosto 13

Los sueños de verano del Presidente Zapatero:

Los sueños del presidente:

Ayer soñé que los etarras estaban arrepentidos, que todo el país estaba en calma y pacífico. Pero al ojear la prensa vi que seguían insistiendo en chantajear a los empresarios navarros. ¿Será que me equivoqué en mis sueños?

Ayer soñé también que había voluntad de paz en los etarras. Hoy, al escuchar la radio, me entero que el bueno de Txapote me suelta que los jueces son monigotes de circo. Menudo txapapote me está montando, me está haciendo crecer los enanos.

Ayer soñé que los españoles tenían una fe ciega en mí y en mi proceso de paz. Pero resulta que los familiares de uno de mis compañeros, asesinado por ETA, me dicen que quieren justicia, que no olvidan. ¿ Será que piensan que es imposible la paz sin justicia?

Mira por donde, mi palabra no es tan potente como para recrear la realidad; ni mis sueños tan fuertes como para cambiarla. ¿En qué estoy fallando?

frid

2 comentarios:

VICTRIX dijo...

Siempre es lo mismo... Los problemas de España son dos: 1- Hay menos demócratas y liberales de los que creemos. 2- La izquierda vive de sus traumas pasados que se remontan a la guerra civil. Como los nacionalistas se aprovecharon de su tendencia federalista y lucharon juntos en la guerra ahora creen que todo el que se oponga a los nacionalistas también se opone a ellos y es franquista. Pero no asimilan que socialismo y franquismo tienen más puntos en común que los que ambos puedan tener con el liberalismo. Esto es: control del ciudadano, intervensionismo estatal, revisionismo histórico etc... Todo el problema se reduce a un trauma que les ha hecho identificarse a la fuerza con una ideología predeterminada de tal modo que un socialista nunca se va a manifestar abiertamente españolista o centralista. Y no porque no quiera, sino porque cree que no puede y que traicionaría a sus ideales. Un saludo.

frid dijo...

Creo que venceremos a la Izquierda mostrando que son una panda de "mariacomplejados", no tienen en este país de intelectuales mas que el barniz, la ciencia uniforme del País, que les dice lo que han de pensar y una cerrazón que les impide dar el paso de madurez que es pensar por cuenta propia.