sábado, agosto 26

Reflexiones éticas: Yo prefiero más luz que una bombilla sólo.

Reflexiones éticas: La luz del mundo: un sol o una bombilla.

Muchas personas están empeñadas en justificar el mundo negando a Dios.

Dicen:- debe haber una explicación convincente sin necesidad de acudir a un ser superior, a un creador.

Y, en la paradoja, acaban de colocarse, sin saberlo, en la cúspide de la creación. Sólo afirmarán como verdadero aquello que cabe en su cabeza; una cabeza limitada, de una criatura y, lo más probable es que tampoco sea la más inteligente y luminosa de la tierra.

Y, con esa luz de 20 vatios quieren alcanzar a iluminar un mundo que lleva millones y millones de años existiendo, antes de que apareciera la vida humana sobre la tierra.

Curiosamente, el pensar que todo esto tuvo un principio creador traslada la luz de 20 vatios a la muy potente de Dios, de un ser omnipotente, omnisciente, de un Ser que pudo haber creado todo con un destino inteligente, con un orden que es como parece que se dan las cosas en el universo conocido.

Los hombres, en su pequeñez, no quieren admitir esa luz; que, por otra parte, no explica los porqués ni los como, simplemente da la seguridad de que este mundo no es un caos, hay un orden, una providencia y, por tanto, podemos con serenidad buscar el sentido de las cosas con la seguridad de que no nos vamos a encontrar el caos sino el orden; en definitiva, nos da sentido a la ciencia humana.

Hay leyes que, descubiertas, se convierten en explicación de cómo funcionan los astros y la vida; pero esas leyes no son la causa de que existan esos astros o de que exista la vida sino simplemente la manifestación de que quien loa creó, lo hizo con un orden que podemos captar.

Conclusión: nuestros 20 vatios fueron puestos por Dios, son la luz con la que vemos la Luminosidad creada y nos hace descansar en la verdad conocida con la seguridad de que mañana esa verdad seguirá de pié sin desmoronarse.

frid

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