Mediados de julio de 1936, alzamiento nacional... llegan a Calanda el 20 de julio un grupo de soldados y falangistas que toman el mando y encarcelas a algún militante de las izquierdas. Se adquiere un compromiso entre las fuerzas políticas del pueblo y nadie es asesinado... todavía.
Avanzan desde Barcelona las milicias troskistas y anarquistas, entran el 27 de julio en Calanda. No hay pacto que valga y van a construir el nuevo orden eliminando (matando) todo elemento (personas) subversivo (que no piensan como ellos).
Estos fanáticos y pistoleros, bandoleros también, eliminan a 42 personas, entre hombres y mujeres cuyo delito es ser católicos y practicantes, y "en algún caso" ser propietarios de campos. (Sobre la muerte construirán el paraíso de la libertad).
Enseguida el primero de los bandos del terror (¿del nuevo orden republicano?): pena de muerte a todo aquel que oculte en su casa a religiosos (vaya crimen).
Como consecuencia del bando siete dominicos huidos del paraíso barcelonés y el capellán de la Iglesia del Milagro de Calanda (Don Manuel) se entregan para proteger la vida de sus benefactores.
Todos ellos, entre burlas y golpes, fueron hacinados en una prisión, abofeteados, molidos a golpes y asesinados el 29 de julio del 36, mientras los verdugos se reían del Cristo en el que ellos creían. El pago que recibieron los asesinos fue el perdón de sus víctimas.
(Ver la memoria de Calanda y el libro de Vittorio Messori sobre "El Gran Milagro")
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