viernes, mayo 12
A vueltas con la células madre.
Traslado esta carta por su interés.
Hace unos meses los medios nos anunciaban en grandes titulares “Empieza la investigación con embriones”, sobre los proyectos de investigación con estos organismos. Dada la importancia del tema me parece conveniente de fijar algunos conceptos.
La extracción de células estaminales (células madre) embrionarias, movida por intereses investigadores, no sólo no conduce a éxitos en experimentos, sino que causa directamente la muerte de los embriones. Puesto que el embrión es un ser humano, susceptible de derechos y dotado de dignidad personal, por eso es importante estemos alerta sobre de qué se está hablando exactamente cuando se alude a las células estaminales embrionarias.
Lo cierto es que mientras las estaminales embrionarias no han dado resultados -por razones técnicas (y no económicas)- que son bien conocidas a la comunidad científica, la terapia con las estaminales adultas (células madre adultas) es una reconfortante realidad que va enriqueciéndose casi a diario de nuevos descubrimientos y nuevas aplicaciones.
¿Por qué entonces, nos preguntamos, se quiere enfatizar prácticas que causan directamente la muerte de los embriones sin ninguna “necesidad” de hacerlo, dado que tales prácticas no funcionan? Parece que la razón está en la tendencia cultural actualmente difundida que considera al embrión un objeto de consumo, cuyas cualidades para el consumidor son adecuadamente publicitadas y perfeccionadas, incluso las no verdaderas, como se tiende a hacer en el mundo de las cosas, además de económicas y un cierto esnobismo. El objetivo, de hecho, no es tanto usar el embrión, sino poderlo usar a placer, o sea, favorecer en toda forma su reducción a “cosa”, a producto.
Jesús Domingo Martínez
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