He leído un magnífico u breve artículo de Natalia López Moratalla, catedrática de bioquímica de la U.N., en el que vuelve a recordar que Woo-Suk Hwang en Seúl, manipuló la información sobre la obtención de 11 tipos de células embrionarias a partir de material genético de adultos enfermos con una eficacia sorprendente. Con esa noticia sorprendió en su diá a varios de los equipos que, sin éxito, trabajaban en el intento en China, Australia y EE.UU.
Ante esa falsedad se pregunta un catedrático y experto en bioética, Gonzalo Herranz el por qué el empecinamiento de la revista "Sciencie" en publicar en dos ocasiones falsedades como la de Seúl.
La respuesta es fácil: el querer es poder, las barreras éticas no cuentan para la ciencia... y seguiremos en el intento. Un día será verdad lo que, por ahora no parece posible.
Ahora bien ¿nos preguntamos para qué? porque, de hecho, parece ser que salvo por el prurito de lograr el reto, no hay una razón médica para esa manipulación, sino todo lo contrario: se están obteniendo magníficos resultados para la ciencia de la salud con las células madre no embrionarias, y sin necesidad de investigar sobre la clonación de seres humanos.
Dice la profesora Moratalla, que lo que sí se hace es clonación a base de manipular óvulos humanos, lo que supone, en mi opinión y en román paladino, manipular seres humanos para crear otros seres denominados "bebés medicamento", mientras los fallos no se entierran sino que se van por el fregadero, y los sobrantes pasan a engrosar un material de investigación proveniente del asesinato de esos seres humanos.
Cuando el presidente de todos los españoles, salvo de los que están en fase embrionaria, insta para que aprobemos una ley como la de la Clonación Terapéutica demuestra varias cosas y ninguna es buena:
• Que no tiene ningún respeto a la vida, porque permite la manipulación de la vida más indefensa.
• Que no tiene ningún conocimiento científico, porque permite que se investigue en España lo que ha demostrado su falta de solidez científica en varias ocasiones.
• Que está haciendo de corifeo a un grupo de presión sin prejuicios, a un lobby que pretende comercializar células madre embrionarias para unos experimentos innombrables.
• Que admira al Doctor Menguele en cuanto considera al ser humano una mercancía para la venta, la manipulación y la prueba de la pseudomedicina.
La mentira mediática, vuelvo a la voz de la doctora Moratalla, es hacernos creer que en la investigación con embriones está el futuro, atacando de prejuicios religiosos los que son respeto a la vida humana y a su dignidad, ¿o acaso el respeto a la vida es un prejuicio religioso? y búsqueda de la veracidad en la ciencia ¿o acaso la verdad también es un concepto que sólo se defiende desde el punto de vista religioso?
viernes, mayo 19
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