viernes, mayo 12

Nos han contado un cuento... y creíamos que era verdad... sobre la nación catalana.

Dice Antonio Fontan en el ABC el 11 de mayo: «Nación» en el lenguaje actual del derecho público generalmente aceptado en todo el mundo implica «soberanía». Sean monarquías o repúblicas, se llama naciones a las comunidades políticas que funcionan separada e independientemente unas de otras, igual que tres siglos antes los reinos de entonces. Basta recordar la naturaleza y los nombres de la ONU y de la OTAN, por no mencionar otras organizaciones interestatales -«internacionales»- que a los españoles les caen más de lejos, como NAFTA, ANZUS, etc.

Todo está muy bien si la conversación se hace con equilibrados expertos en Derecho o en gramática, en búsqueda de la precisión terminológica. Hoy Nación tiene un sentido jurídico claro y me remito al brillante artículo de Fontán... sin embargo ¿estamos ante unos políticos rigurosos o ante otra cosa?

Hoy hemos visto como el PSC se quita de en medio al ya molesto ERC, con el que han logrado un Estatuto en el que se refirma la realidad nacional al tiempo que se merman las libertades catalanas supeditándolas al catalanismo y avanza en cultura de la muerte siendo más permisiva en lo referente a los atropellos de la vida.

El PSC ahora nos querrá vender la bandera de la moderación de mano de su nueva querida... el CiU, al que le ha colado aspectos inadmisibles a una parte importante de su electorado... y al que volverá a traicionar mañana... siguiendo la máxima zetaperina (¿viperina?): "en política no hay lealtades".

Si nos detenemos en el aspecto de la realidad nacional... hay que explicar como Manuela de Madre, de Huerva, y otros muchos socialistas catalanes... han contribuido a hacer realidad el hecho diferenciador... aquel que antes, en y después del régimen de Franco impuso una industrialización preferente de esa tierra y "obligó a miles de andaluces a emigrar" donde se produjo esa inversión asimétrica... y con la "nueva Constitución de tapadillo" pues más de lo mismo.

Ahora ERC se retira porque podrá seguir peleando por la Independencia, porque ellos saben muy bien que Nación es Nación y no lo que el lenguaje de ocasión nos quiera vender. Así, moviendo ficha... están a punto de un jaque mate al Rey negro... ya que nuevas elecciones... nuevos debates... y nuevos pactos para avanzar en un Estatuto que ya abandonaron por insatisfactorio.

Y todos contentos. El PSC se lava la cara del nacionalismo radical después de haberlo claudicado todo... ERC se retira del pacto con un triunfo para preparar la demanda de independencia... y CiU retorna a vivir del poder con un Estatuto que impone la realidad nacional y la imposición del catalanismo... abriendo de nuevo las arcas públicas a sus ya escuálidos políticos.

Federico R. de Rivera

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