sábado, mayo 6

En memoria de los mártires de la Guerra Civil


Dentro de ese afán que nuestro presidente tiene de recuperar la memoria histórica... cayó por casualidad en mis manos un librito que, como zaragozano, estoy leyendo con mucho interés... está escrito por Vittorio Messori y es "El Gran Milagro"... trata del milagro que la Virgen María hace, en el siglo XVII (el jueves 29 de marzo de 1640), en Calanda con un joven campesino al que le amputaron una pierna en Zaragoza... esa misma pierna es la que la Virgen, una noche, se la trae y recompone en el pueblo de Calanda... ¡qué grande es la Virgen del Pilar!

Bueno, pero yo no voy por ahí esta vez... sino por el hecho de que cuando viene el Señor Messori a documentarse para escribir el libro, al entrar en la árida tierra aragonesa... quizá por asociación de ideas a esa especie de tierra de Caín que es el secano en el más duro momento del mediodía de agosto... recuerda los trágicos sucesos que asolaron España en la última gran guerra, la más sangrienta de nuestras guerras y cita al "laico y progresista" Hugh Tomas... quien afirma... "nunca en la historia de España y, seguramente del mundo, se vio un odio tan implacable contra el catolicismo, sus hombres (vivos y muertos, pues llegaron a ensañarse con cadáveres desenterrados), sus edificios y sus normas" (p- 21-23)

Recuerda el bueno de Vittorio que "entre sacerdotes, novicios (muchos de ellos menores de edad), religiosos y monjas, los asesinados -a menudo después de crueldades nunca vistas desde tiempos más bárbaros- fueron finalmente en toda España más de siete mil"... de entre ellos se han iniciado, y algunos terminados, más de dos mil procesos de beatificación, contando con varios ya canonizados... y eso significa que de estos está documentado que murieron perdonando a sus asesinos, en muchos casos implorando al cielo que se reunieran con ellos en el cielo, sin atisbo de odio y de rencor. Y es así como recupera su memoria la Iglesia Católica... poniendo a esos mártires como modelo de la tolerancia, de la paz y del perdón.

Espero que Zapatero aprenda de los católicos el talante para perdonar del que hicieron gala, sin buscar confrontaciones ni odios, ni atentar contra la paz de los españoles.

Pero, Messori también recuerda otros hechos... el pago que, aún durante la guerra recibieron esos criminales forjadores de mártires por sus propios compañeros de armas... desaparecieron torturados y masacrados en las checas de Barcelona... y, los que ordenaron esas matanzas, los comunistas españoles con la aquiescencia del gobierno republicano (en manos socialistas), fueron al terminar la guerra a huir a su Paraíso soviético.

Allí, en la URSS, Valentín González (el Campesino) fue depurado, enviado a los Gulabs... huyó y desde el exilio no dejó de despotricar de sus correligionarios comunistas de Moscú. Otros tuvieron menos suerte, José Díaz, secretario general del PC español fue defenestrado por sus amigos comunistas en un Hotel de Moscú.

Veamos cómo se pagan lealtades y elijamos bien... no olvidemos la historia si es para aprender la moraleja: los cristianos perdonaron, aceptaron la muerte con afán de reconciliación y así ponen a sus mártires como ejemplo. Los que cometieron esos delitos se mataron entre sí, no se perdonaron entre ellos, se autoaniquilaron y mostraron cómo pagan a los derrotados.

Unos sembraron paz... otros cual Saturno devorando a sus hijos se comportaron.

Federico R. de Rivera

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con el artículo. El cristianismo se basa en el amor (a Dios y a los hombres). Si falta el sentido cristiano, el hombre se hace lobo para el hombre y termina orientado por el odio. Ese es el odio que se trasluce en los enemigos de la Iglesia.
Arturo