viernes, septiembre 15

Cuba el día después. Los nuevos capitalistas.

Cuba el día después. Los nuevos capitalistas.

He leído un servicio de ACEPRENSA dedicado exclusivamente a analizar el futuro de Cuba después de Castro, es el nº 87/06. Recomiendo su lectura, porque no voy a reproducirlo, simplemente quiero apuntar una idea que muestra un camino similar al emprendido por el Comunismo Chino: el de la creación de una nueva clase: los capitalistas de estado.

Este paso lo dio antes el comunismo soviético al caer. Los miembros del polit-bureau soviético se encontraron como titulares de todo el complejo empresarial y militar del estado comunista y, más titulares cuanto más altos estaban en la nomenclatura del partido.

Igualmente en China se está caminando en la sustitución del Partido por una especie de Confederación de Empresarios Comunistas. Es el aire de la economía capitalista dentro de un sistema dirigista. Es un paso a la generación de la competencia estructurada. Lo que tienen ahí es muchos millones de chinos para mantenerlos abajo y un temor de que esos pies se les vayan de las manos y caigan en una revolución.

Occidente alimenta a ese nuevo híbrido de tres cabezas: una cierta economía de mercado de los grandes, una cierta libertad económica dirigida de los pequeños, y una nula libertad de expresión y pensamiento. También Occidente tiene tres cabezas: una hipocresía manifiesta por la que da alas al dragón chino en cuanto invierte y saca rendimiento casi seguro de esa economía dirigida (repartiendo con el dragón, elefante, león o ratón que haga de intermediario); una esperanza utópica en que el bienestar de los chinos repercuta en una mayor libertad (pero no tanta como para que no se sepa quien es el interlocutor válido, único y seguro del negocio), y una tímida y estudiada denuncia de las violaciones de los derechos humanos del gigante comunista.

Pero ante Cuba, pequeño dragón, gobernada por un tirano de opereta que se sostiene últimamente gracias al petróleo proletario de Chávez, la operación puede caérseles de las manos. El polit-bureau cubano tiene tanta población descontenta fuera como dentro; hay muchos intelectuales cubanos que piensan en clave occidental dispuestos a volver y relanzar la isla en una economía de mercado y en aires de libertad. Las larvas de los nuevos tiranos requerirán un aislamiento aún mayor, muerto el carismático comandante, para que no se les vaya el agua entre las manos.

No es fácil el intento de que la Cuba post-Castro se convierta en la Cuba de los nuevos ricos del Partido Comunista. La transición es necesaria, pero no podrá venir de esa manera. Yo pienso que el único camino de paz es el del compromiso entre los actuales comunistas que deberían renunciar a ser “los nuevos ricos” y los actuales opositores que no deberían hurgar en la herida del agravio.

Hay una nación que sí lo supo hacer: la nación polaca; si bien la diferencia está en que los comunistas polacos “esgrimieron la excusa de tener encima la bota soviética”.

Frid.

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