martes, septiembre 26

La igualdad de la especie humana en El Mercader de Venecia.

Unas reflexiones sobre la tensión debida a motivos religiosos. Pero también hoy en día se incluye otra religión más en la intolerancia: "el ateismo militante". Busquemos la paz en la razón.

Escenas del Mercader de Venecia:


El pretendiente de Porcia, el rico rey de Marruecos (negro por el guión) exclama que por sus venas corre una sangre incluso más roja que los que ahí le están contemplando. Por debajo de esa apariencia de color hay un ser humano con la misma dignidad que los venecianos.

Shylock, el rencoroso judío, justifica su rencor en una realidad manifiesta: tiene los mismos sentimientos y necesidades que un cristiano. Y si se siente ofendido también tiene los mismos deseos de venganza: “Soy judio... ¿No tiene ojos un judío? ¿No tiene un judío manos y órganos, medidas, sentidos, afectos y pasiones? ¿No se alimenta de la misma comida, se hiere con las mismas armas, está expuesto a las mismas enfermedades, se cura con los mismos medios, se acalora y se enfría en los mismos inviernos y veranos que un cristiano? Si nos picáis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos? Si nos envenenáis, ¿no morimos? Y si nos hacéis mal, ¿no vamos a vengarnos?”

Si bien el judío apela a la justicia sin misericordia no deja de tener razón en sentirse agraviado, como podría estarlo cualquier persona que es tratada como ciudadano de segunda por motivos religiosos.

Y, veamos, en qué países del mundo ocurre todavía eso: en los que tienen como ley la sharia musulmana.

En esos países el injuriado no sería un Shylock, al que probablemente ni le dejarían vivir, sino cualquier cristiano que viva en un pueblo de Palestina y vea quemar sus Iglesias, o viva en Arabia Saudí y no pueda construirse sus templos. ¿No es cierto que la civilización exige que se respete y permita el hecho religioso?

frid

1 comentario:

Imperator dijo...

Me gustó mucho la ultima adaptación cinematográfica.

Un saludo.